Noviembre de 2019 fue uno de los seis meses de noviembre más secos de los últimos ochenta años en Israel. En muchos lugares no hubo ninguna lluvia y el promedio de precipitaciones en noviembre fue un veinte por ciento menos de lo normal. Una ventaja: fue un tiempo estupendo.
Hacía calor y las playas estaban llenas. Esto era ideal para los turistas y los excursionistas, pero no para el país. El nivel del agua del Mar de Galilea bajó 70 centímetros durante los meses de verano hasta su nivel actual de menos 211.80 metros, que está tres metros por debajo del nivel más alto. Una vez más los rabinos pidieron que se rezara por la lluvia.
Un conocido nuestro, que es más bien religioso, piensa que la sequía de noviembre podría estar espiritualmente relacionada con el caos político del país. El pueblo está dividido. Siempre no hay una coalición de gobierno. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha sido acusado y se han convocado elecciones por tercera vez en un año. En la Biblia, las condiciones climáticas a menudo tienen un significado espiritual. Truenos y relámpagos, tormenta y lluvia, nubes, viento, granizo y por supuesto el arco iris, todo esto tiene un significado para los habitantes del país, como si Dios quisiera decir algo.
Según los meteorólogos israelíes, si el calentamiento global no se detiene, las precipitaciones disminuirán entre 15 y 25 por ciento. Las temperaturas se elevarán en Israel. Según los expertos israelíes, el cambio climático ya no es una teoría, sino un hecho. En el escenario más pesimista, la temperatura media aumentará 1.2 grados en los próximos treinta años. Los expertos en clima están seguros de que las temperaturas en la tierra no deberían aumentar en más de 2 grados, y esperan que el aumento se mantenga por debajo de 1.5 grados. De lo contrario, debemos tener en cuenta las consecuencias de largo alcance. Si la temperatura supera determinados criterios, se producirá una peligrosa reacción en cadena, según la advertencia de los expertos.
La temperatura media ha aumentado en 1.4 grados desde 1950, y de forma más rápida en los últimos treinta años. El hidrólogo israelí Dr. Amir Givati dice: “El último informe muestra que la temperatura en Israel ha aumentado en 1.4 grados, y comparado con el resto del mundo al doble de la misma tasa”.