NACIONES UNIDAS (AFP) – Después de que más de 100 países intervinieran durante dos días de debate extraordinario, la Asamblea General de la ONU se disponía a votar el miércoles si deploraba enérgicamente la invasión rusa de Ucrania y exigía a Moscú la retirada inmediata de las tropas.
La votación sobre el proyecto de resolución ha sido presentada por los diplomáticos como un indicador de la democracia en un mundo en el que la autocracia aumenta en países como Myanmar o Venezuela, y se produce en un momento en el que las fuerzas del presidente ruso, Vladimir Putin, se abaten sobre Kiev mientras los ucranianos huyen aterrorizados.
La resolución no es vinculante, pero -si se aprueba- servirá como una poderosa reprimenda a Rusia en la escena mundial y un marcador de su aislamiento. La votación debe alcanzar un umbral de dos tercios para ser aprobada.
Putin lanzó la invasión a gran escala de Ucrania el 24 de febrero. Moscú ha alegado “defensa propia” en virtud del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
Pero esto ha sido rechazado rotundamente por los países occidentales que acusan a Moscú de violar el artículo 2 de la Carta, que exige a los miembros de la ONU abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza para resolver una crisis.
El texto de la resolución -dirigida por los países europeos en coordinación con Ucrania- ha sufrido numerosos cambios en los últimos días.
Ya no “condena” la invasión como se esperaba inicialmente, sino que “deplora en los términos más fuertes la agresión de la Federación Rusa contra Ucrania”.

También deja claro que las Naciones Unidas “condenan” la decisión de Putin de poner sus fuerzas nucleares en estado de alerta, una medida que provocó una protesta inmediata de Occidente.
El ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, dijo el lunes que Israel votaría a favor de la resolución, días después de que rechazara una petición de Estados Unidos para copatrocinar una medida similar en el Consejo de Seguridad. Esa decisión provocó el viernes una reprimenda a la misión israelí por parte de la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, según una fuente familiarizada con el asunto.
Imperio
Casi todos los oradores de la Asamblea General condenaron el lunes y el martes sin reservas la guerra y los riesgos de una escalada militar.
En medio de los temores de un efecto dominó en caso de que Ucrania caiga en manos de Rusia, Colombia rechazó cualquier retorno al “imperio”, mientras que Albania se preguntó: “¿Quién será el siguiente?”.
Del mundo árabe fue Kuwait, víctima a su vez de una invasión por parte de Irak en 1990, cuya denuncia de Moscú fue la más explícita, quedando el resto de Oriente Medio en un segundo plano.
Japón y Nueva Zelanda encabezaron la condena desde Asia, mientras que India -cercana a Moscú militarmente- se mantuvo cauta y China subrayó que el mundo no tenía “nada que ganar” con una nueva Guerra Fría.

La embajadora adjunta de Israel ante la ONU, Noa Furman, calificó la invasión rusa de “grave violación del orden internacional”.
Pero Rusia no se quedó sin amigos, ya que Siria, Nicaragua, Cuba y Corea del Norte se pusieron del lado de Moscú y arremetieron contra lo que consideran el doble rasero de las naciones occidentales que han invadido países como Libia, Irak y Afganistán en los últimos años.
Putin se equivocó
Quedan varios países por hablar antes de la esperada votación del miércoles, entre ellos el aliado de Moscú, Bielorrusia -que permitió a Rusia utilizar su territorio como plataforma de lanzamiento para parte de la invasión- y Estados Unidos.

Washington, al igual que Europa, ha adoptado un aluvión de sanciones destinadas a aislar a Rusia y ahogar su economía para que no pueda financiar la guerra.
Al margen de la Asamblea General, Washington ha apuntado a los rusos que trabajan en las Naciones Unidas, lanzando acusaciones de espionaje y exigiendo expulsiones el martes por segundo día consecutivo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el martes en su primer discurso sobre el estado de la Unión que Putin había subestimado la respuesta de Occidente a la invasión.
“Rechazó los esfuerzos de la diplomacia. Pensó que Occidente y la OTAN no responderían. Y, pensó que podría dividirnos aquí en casa”, dijo Biden.
“Putin se equivocó. Estábamos preparados”.