La economía de Israel se encuentra en una encrucijada después de los estragos causados por la guerra. Los líderes económicos del país se enfrentan a la difícil tarea de abordar el agujero fiscal resultante de esta guerra, y diversas opciones se encuentran sobre la mesa, aunque algunas son más populares que otras.
Para obtener una visión profesional de los retos económicos que la guerra ha planteado y las medidas que deben tomarse, “Globes” conversó con tres ex altos funcionarios del Ministerio de Finanzas de Israel: el doctor Michael Sarel, quien se desempeñó como economista jefe de 2012 a 2014, y es el actual director del Foro Económico Kohelet; David Boaz, comisario de presupuestos entre 1987 y 1991, y David Milgrom, comisario de presupuestos entre 1997 y 2000.
Sarel expresó su preocupación acerca de la excesiva burocracia gubernamental en Israel. “Hay 38 ministros y treinta y tantos ministerios en el Gobierno: estas cifras no tienen sentido”, afirmó. “Existen propuestas para reducir el número de ministerios a catorce, lo que sería mucho más apropiado para Israel desde el punto de vista funcional, de coordinación y de eficacia en la gestión. La noción de que se necesitan tantos ministros y ministerios para mantener la estabilidad de la coalición es simplemente un desprecio al público”.
Además, Sarel sugiere la necesidad de recortar diversos beneficios fiscales que actualmente se otorgan. Entre ellos, menciona la exención del IVA en ciertas circunstancias que carecen de justificación económica y social. Asimismo, destaca la exención de impuestos directos, como la exención del impuesto sobre las plusvalías en zonas donde beneficia principalmente a los más ricos. Sarel argumenta que estas medidas no mejoran la situación de las capas más vulnerables de la población y no contribuyen a la economía en términos de eficacia o productividad.
Sarel también advierte contra el aumento de impuestos, ya que puede tener un impacto negativo en el crecimiento económico. En cambio, recomienda la reducción de los puntos de crédito fiscal, especialmente aquellos relacionados con los padres, que han experimentado un crecimiento significativo en la última década. En vista de la situación fiscal actual, Sarel sugiere que es necesario encontrar formas de aumentar los ingresos y reducir el gasto público.
En cuanto al acuerdo salarial del sector público, que contempla aumentos salariales generalizados hasta finales de 2027, Sarel considera que debe revisarse dadas las cambiantes circunstancias económicas del país.
En cuanto a los fondos de la coalición, Sarel destaca la importancia de reducirlos, no porque estén destinados a los partidos de la coalición, sino debido a su impacto negativo en el crecimiento económico. Según Sarel, existen pruebas y estudios que demuestran que la educación de los niños en la sociedad haredi no se adapta al mercado laboral moderno, lo que plantea interrogantes sobre la justificación de asignar presupuestos iguales para niños haredi y no haredi en estas circunstancias.
Durante la conversación, David Milgrom enfatizó que la toma de decisiones debe basarse en el reconocimiento de que la realidad ha cambiado y que es necesario adaptarse. “El orden de prioridades debe cambiar”, afirmó. “Lo que fue correcto en el pasado, no necesariamente lo es ahora. Todos deben reconocer que ciertas políticas que eran apropiadas en su momento deben cambiar para enfrentar los desafíos actuales”.
Reformas Fiscales en Israel: Expertos Proponen Medidas Urgentes para Reducir el Déficit
En medio de la creciente preocupación por la salud económica de Israel, expertos financieros y economistas de renombre han propuesto una serie de medidas drásticas para abordar el creciente déficit presupuestario del país. En un momento en que la estabilidad económica es crucial, estas recomendaciones buscan garantizar un futuro financiero más sostenible para Israel.
El economista Sarel ha expresado su apoyo a la idea de reducir el número de ministros en el gobierno, afirmando que “los ministerios deberían retroceder dos años”, lo que implicaría la anulación de todas las ampliaciones presupuestarias que se han otorgado en ese período. Esta medida se presenta como una forma de poner a dieta a los ministerios y ahorrar miles de millones de NIS.
Además, Sarel respalda la reducción significativa de los beneficios fiscales, argumentando que estos se otorgan en respuesta a la presión ejercida por sectores específicos durante un año determinado. A largo plazo, estos beneficios fiscales se acumulan y representan un costo significativo para el Estado. Sarel propone que en lugar de otorgar beneficios fiscales, se conviertan en gastos presupuestarios, lo que permitiría una mayor transparencia y control sobre estos beneficios.
En cuanto a los programas presupuestarios, Sarel sugiere una revisión exhaustiva de los programas que, si bien pueden ser beneficiosos en tiempos de abundancia fiscal, deberían detenerse en la situación económica actual. Esto incluye programas como el plan de ahorro para niños, que aunque es importante, podría ser congelado durante unos años para evitar recortes en áreas más críticas.
Por otro lado, David Boaz propone un programa que incluye un aumento temporal en los impuestos para abordar el déficit presupuestario. Entre sus sugerencias se encuentra elevar el impuesto al valor agregado (IVA) del 17% al 19% durante dos años, lo que generaría ingresos adicionales de 15.000 millones de NIS. También propone aumentos en el impuesto sobre la renta de las personas físicas y el impuesto de sociedades, lo que contribuiría con 11.000 millones de NIS adicionales a los ingresos del Estado.
Es importante destacar que Boaz insiste en que estos aumentos de impuestos serían temporales y se reducirían una vez que la proporción entre la deuda pública y el PIB no supere el 65%. Además, Boaz sugiere cancelar acuerdos de coalición, transferencias sectoriales y presupuestos de ministerios innecesarios para financiar los costos de la guerra.
Finalmente, Boaz aboga por la extracción de dividendos de las empresas gubernamentales, una medida que podría generar al menos 1.000 millones de NIS adicionales en ingresos para el Estado.