Israel está desarrollando un proyecto en el que líderes y empresarios palestinos no afiliados a Hamás desempeñarían un papel clave en la administración de la ayuda en Gaza, estableciendo finalmente una autoridad gubernamental palestina, informa el Wall Street Journal.
Altos funcionarios de defensa israelíes, en conversaciones con Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Jordania, están buscando apoyo regional para esta iniciativa. A pesar de ello, el primer ministro Benjamin Netanyahu no apoya el plan.
El mecanismo propuesto implica que Israel supervise la ayuda antes de que entre en Gaza, que se almacenaría de forma centralizada en la Franja. Los responsables de distribuir esta ayuda asumirían funciones gubernamentales, apoyados por la seguridad financiada por las naciones árabes ricas. Sin embargo, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos han condicionado su participación en la reconstrucción de Gaza a un plan que avance hacia una solución de dos Estados.
Un funcionario anónimo cercano a Netanyahu declaró al Journal que el futuro gobierno de Gaza estaría en manos de personas comprometidas con la paz con Israel. Sin embargo, la viabilidad del plan se enfrenta a obstáculos debido a la resistencia de Hamás.
Netanyahu ha evitado debates en profundidad sobre el “día después” de la guerra en el gabinete de seguridad, posiblemente para evitar divisiones dentro de su coalición de derechas. Estados Unidos ha presionado para que una Autoridad Palestina reformada gobierne Gaza después de la guerra, una propuesta rechazada por Israel bajo el gobierno de Netanyahu.
El contexto de esta propuesta es una guerra desatada el 7 de octubre, tras un ataque de Hamás desde Gaza, que causó la muerte de unos 1.200 israelíes, en su mayoría civiles, y el secuestro de 253 personas. Israel ha respondido con una ofensiva aérea y terrestre destinada a desmantelar Hamás, que controla Gaza desde 2007, y rescatar a los rehenes.
La crisis humanitaria en Gaza ha intensificado la presión internacional sobre Israel para que permita la entrada de más ayuda. Israel acusa a la ONU de no distribuir los suministros con eficacia y a Hamás de apropiarse de la ayuda destinada a los civiles.