La nieve comenzó a caer en Jerusalén y en las montañas del centro de Israel el miércoles por la noche. Las fuertes nevadas continuarán cayendo en la capital durante toda la noche del jueves y se espera que se queden en el suelo, según el Servicio Meteorológico.
Se espera que las lluvias y los fuertes vientos del desierto acompañados de tormentas eléctricas y granizo se extiendan el jueves por la noche desde el norte de Israel hasta el norte del Desierto del Néguev. Hubo una posibilidad de inundación en las regiones más bajas, y los vientos se establecieron para alcanzar velocidades de hasta 100 km por hora.
La nieve ya ha estado cayendo en el norte montañoso de Israel, en Galilea y en los Altos del Golán, donde la lluvia torrencial y el granizo dañaron a algunos automóviles y convirtieron las calles en ríos de lodo.
En Judea y Samaria, la nieve primero llegará a las montañas en el norte y se extenderá hasta el área de Gush Etzion y Hebrón. Se espera que estas áreas vean hasta 10 centímetros de nieve.
En los Altos del Golán, los vehículos se colocaron en las intersecciones principales para bloquear el tráfico durante la nevada, a fin de permitir el paso de los arados y evitar accidentes.
La policía instó al público a tener cuidado al conducir en condiciones de nieve y evitar viajes innecesarios.
Se espera que las tormentas disminuyan, pero las temperaturas seguirán siendo inusualmente bajas y se esperan lluvias locales.
Los vientos polvorientos azotaron Judea y Samaria también. En El Cairo, los vientos alcanzaron más de 50 kilómetros por hora (30 mph), doblando palmeras a lo largo del río Nilo, mientras que en Libia la lluvia, el viento y el frío impulsaron una mayor demanda de electricidad que sobrecargó las redes eléctricas y provocó cortes de energía.
Mientras tanto, en Gaza, los pescadores regresaron a puerto y atracaron sus botes para protegerse contra el mar tormentoso.
Las tormentas de arena son comunes en la región a fines del invierno y comienzos de la primavera y la Comisión Meteorológica de Egipto instó a la precaución pero no aconsejó a nadie que cambiara sus rutinas diarias.