Niv Aivas, civil que se sumó como voluntario a las reservas de las FDI tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, fue abatido por error un día después cuando fuerzas israelíes confundieron su vehículo con el de un terrorista y abrieron fuego con aproximadamente 400 disparos.
Sus padres han buscado responsabilizar a los involucrados y exigieron al Tribunal Superior de Justicia que el ejército reconozca a su hijo como un soldado caído en lugar de clasificarlo como “víctima del terrorismo”.
El 30 de enero recibieron con horror una carta oficial dirigida a su hijo muerto, en la que el Departamento de Investigaciones Policiales Internas informaba el cierre de la denuncia sobre el «incidente del 8 de octubre de 2023» por falta de «fundamento razonable para sospechar mala conducta criminal», según reportó el Canal 12.
Según la carta, Aivas tenía derecho a apelar la decisión por correo o a través del sitio web de la Fiscalía del Estado. Su madre, Keren Aivas, declaró sentirse desmayar al leer la comunicación y acusó a las autoridades de encubrir el caso. «¿No saben que está muerto? ¿No saben que el ‘incidente’ terminó con su muerte?», reclamó indignada.
Poco antes de recibir la carta, los padres habían sostenido una reunión con funcionarios del DIPI que habían considerado productiva. Sin embargo, la carta, fechada el 30 de diciembre, reveló que la decisión de cerrar la investigación ya había sido tomada antes de la reunión, generando en la familia la falsa esperanza de que se abordaría el caso con seriedad.
El DIPI se disculpó por el error administrativo, pero ratificó el cierre del caso, argumentando que no era posible determinar quién disparó primero. No obstante, aseguró que ayudaría a la familia a obtener los documentos de la investigación y que consideraría cualquier nueva evidencia.
Aivas, de 25 años, era sargento mayor en el Batallón Caracal y conoció a su esposa Lior, también combatiente, en la misma unidad. Ella estaba embarazada cuando él fue asesinado y desde entonces dio a luz a su hijo.
De acuerdo con el Canal 12, Aivas no recibió de inmediato su orden de reclutamiento, a diferencia de su esposa y otros reservistas, tras la incursión de Hamás que dejó alrededor de 1.200 muertos y 251 secuestrados. Impaciente por ayudar, tomó prestado un Mazda azul y se dirigió a Jerusalén para recoger su equipo.
Al transitar por la Ruta 4, coincidió con una alerta de seguridad sobre terroristas que viajaban en un Audi azul robado. Cerca del cruce Emunim, Aivas observó hombres armados y enmascarados, cambió de dirección y fue atacado por efectivos de seguridad, quienes consideraron su acción sospechosa.
Entre los tiradores estaba Roi Yifrach, quien cumplió 11 meses de prisión por suplantar a un soldado. En una entrevista con el programa Uvda, admitió haber participado en el tiroteo fatal.
Keren Aivas denunció la insensibilidad de la policía durante la investigación. Recordó que apenas una hora después de la muerte de su hijo, le preguntaron dónde quería recibir el coche, aún cubierto de sangre y con el teléfono de Aivas sobre el asiento del conductor, perforado por las balas.
El mes pasado, en una reunión con Ronen Yitzhak, subdirector del DIPI, los padres de Aivas escucharon que su hijo había entrado en una «zona de exterminio» y que, cuando se ordenó cesar el fuego, ya era tarde. Benny Aivas, indignado, exigió explicaciones: «Alguien dio la orden de asesinar a mi hijo».
Con molestia, criticó la falta de criterio de las fuerzas de seguridad: «Cualquier niño puede distinguir entre un Mazda y un Audi». También aseguró que el Estado debe asumir la responsabilidad y que los responsables deberían enfrentar prisión.
A pesar del cierre del caso, los padres sintieron que en la reunión fueron finalmente escuchados y solicitaron declaraciones oficiales sobre su exclusión en la investigación. Al volver a casa, encontraron la carta con la notificación oficial.
La madre de Aivas criticó la demora en la investigación y advirtió que, si ocurre otra incursión, «todos esperarán en casa el llamado oficial mientras los terroristas llegan a Tel Aviv«. Enfurecida, se preguntó por qué nadie se tomó el tiempo de asumir responsabilidad o de compartir su dolor.
Afirmó haber recopilado pruebas suficientes para identificar a los responsables. «He recogido balas, sé qué unidad disparó, quién apretó el gatillo. Había balas en el cuerpo de mi hijo», aseguró.
En declaraciones finales al Canal 12, Keren Aivas destacó que la muerte de su hijo «no puede quedar archivada» y exigió que alguien asuma la responsabilidad. «No busco culpables, solo pido que alguien rinda cuentas».