Emmanuel Macron llegó este martes a El-Arish, ciudad portuaria egipcia cercana a Gaza, donde instó a Israel a levantar las restricciones que impiden el ingreso de asistencia humanitaria al enclave palestino.
Ubicada a unos 50 kilómetros de la Franja, El-Arish funciona como punto clave para el tránsito de suministros hacia Gaza. Macron visitó la zona acompañado por el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi.
Durante su estancia, el mandatario francés tiene previsto reunirse con médicos y pacientes palestinos, además de recorrer los almacenes de la Media Luna Roja y dialogar con personal de Naciones Unidas y organizaciones de ayuda.
En un comunicado emitido por la presidencia francesa, se confirmó que Macron pedirá la reapertura inmediata de los cruces para el ingreso de bienes esenciales al territorio gazatí.
Desde El Cairo, Macron, Al Sisi y el rey Abdalá II de Jordania exigieron un alto el fuego sin demora. Los tres mandatarios discutieron la guerra y el colapso humanitario que afecta a los 2,4 millones de habitantes de Gaza, la mayoría desplazados al menos una vez desde el inicio de la guerra.
Agencias de la ONU denunciaron el lunes que la población gazatí se encuentra “atrapada, bombardeada y hambrienta”, mientras toneladas de alimentos, medicinas y combustible permanecen bloqueadas en los pasos fronterizos.
El 2 de marzo, Israel suspendió el flujo de ayuda para presionar a Hamás a extender un acuerdo inicial de cese al fuego y liberación de rehenes. Hamás rechazó continuar las negociaciones sin avances en las siguientes fases del pacto.
Ante la falta de consenso, Israel reanudó su ofensiva aérea y terrestre el 18 de marzo. Aunque el gobierno israelí mantiene su postura de condicionar el suministro de ayuda a una aceptación plena del acuerdo, una fuente militar indicó que las FDI se preparan para facilitar el ingreso de asistencia en las próximas semanas.
Según reportes del medio Ynet, las fuerzas armadas advirtieron al liderazgo político que pronto no tendrán otra opción que permitir la entrada de alimentos, medicinas y combustible.
La guerra estalló tras la masacre del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás asesinó a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomó a 251 rehenes en el sur de Israel.
Cincuenta y nueve personas continúan secuestradas; 24 siguen con vida, según inteligencia israelí. Más de 100 rehenes fueron liberados en una tregua en noviembre, y durante la pausa más reciente, Hamás entregó a 30 cautivos vivos y los cuerpos de otros ocho.
El Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás, afirma que la guerra ha dejado más de 50.000 muertos o desaparecidos. Israel estima haber eliminado a 20.000 combatientes hasta enero y a 1.600 terroristas durante el ataque inicial.