Alemania desarrolla el DLR-FFD “Devil”, un avión experimental que prueba tecnologías clave para futuros cazas de sexta generación, sin fines de producción inmediata.
DLR lidera el desarrollo de un demostrador para aviones de combate
El proyecto DLR-FFD “Devil”, dirigido por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), ha despertado interés en el sector aeroespacial por su potencial para influir en el diseño de los próximos aviones de combate. Aunque el dispositivo no está destinado a una producción final, actúa como plataforma de prueba para tecnologías avanzadas en diseño, propulsión, sigilo y operaciones.
Situado en Colonia y con presencia en 35 ubicaciones en Alemania, el DLR combina investigación civil con participación en programas de defensa, en colaboración con el Ministerio de Defensa y empresas del sector. En este marco, el “Devil” forma parte del proyecto Diabolo, que financia el desarrollo de métodos de diseño y evaluación de configuraciones aeronáuticas futuras.
Dentro de este esfuerzo, el DLR no limita sus estudios a una única plataforma. El proyecto contempla una amplia gama de configuraciones, incluyendo opciones tripuladas y semiautónomas, con el objetivo de explorar soluciones que cubran vacíos tecnológicos en el ámbito de la aviación de combate.
La iniciativa representa un modelo de investigación aplicada que prioriza la validación de conceptos, enfocándose en capacidades de próxima generación antes de su implementación práctica.
El “Devil” busca capacidades propias de un caza de sexta generación
Entre las características clave del “Devil” se encuentra su diseño orientado al dominio aéreo. Este avión conceptual apunta a las especificaciones de un caza de sexta generación, que incluyen avances en sigilo, velocidad, maniobrabilidad e interoperabilidad con sistemas no tripulados.
Las especificaciones actuales del demostrador indican un alcance de 2,000 kilómetros y un radio de combate de entre 1,000 y 1,300 kilómetros. Su peso máximo al despegue rondaría las 36 toneladas, mientras que la carga útil se estima en hasta 8 toneladas, lo que permite transportar armamento y sistemas sin comprometer el rendimiento operativo.
Respecto al armamento, el avión incorpora un compartimento interno para misiles aire-aire con capacidad de 1.8 toneladas. Esta característica reduce la firma de radar del dispositivo, preservando su capacidad de sigilo en combate.
El diseño de dicho compartimento recuerda al del Su-57 ruso, lo que indica un enfoque centrado en la eficiencia durante los enfrentamientos aéreos, con énfasis en la discreción y velocidad de respuesta.
Datos técnicos clave sobre el DLR-FFD “Devil”
- Alcance estimado: 2,000 kilómetros.
- Radio de combate: entre 1,000 y 1,300 kilómetros.
- Peso máximo al despegue: 36 toneladas.
- Carga útil: hasta 8 toneladas.
- Velocidad máxima proyectada: 2,800 km/h.
- Altitud operativa: 15.2 kilómetros.
- Empuje por motor: entre 145 kN y 227 kN.
- Relación empuje-peso estimada: entre 0.84 y 1.32.
El sistema de propulsión permitiría un alto rendimiento aéreo
El DLR planea equipar al “Devil” con dos motores con postcombustión, que generarían entre 145 kN y 227 kN de empuje cada uno, según la configuración. Estas cifras permiten una relación empuje-peso elevada, entre 0.84 y 1.32, lo que se traduce en una maniobrabilidad superior en combate.
Además, se proyecta que el avión alcance una velocidad máxima de 2,800 kilómetros por hora, superando ampliamente la velocidad del sonido. Su altitud operativa se situaría en aproximadamente 15.2 kilómetros, facilitando operaciones tácticas en altitud elevada.
El diseño también incluiría entradas de aire tipo “bump”, que permiten separar las capas límite dentro de los conductos del motor. Esta técnica mejora el flujo de aire y disminuye la posibilidad de ser detectado por radares enemigos.
La arquitectura del “Devil” contempla también la integración en un entorno de red, lo que facilitaría su conexión con otras plataformas aéreas, tanto tripuladas como autónomas, en línea con los conceptos operacionales del FCAS europeo.
Colaboraciones internacionales y posibles vínculos con el FCAS
La participación de Alemania en proyectos como el Sistema de Combate Aéreo del Futuro (FCAS), junto a Francia y España, genera interrogantes sobre si el “Devil” está alineado directamente con este programa o si actúa como una iniciativa paralela.
Algunos informes apuntan a que el “Devil” podría funcionar como banco de pruebas para tecnologías aplicables al FCAS. Otros sugieren que se trata de una alternativa diseñada para explorar avances fuera del marco de los compromisos multinacionales.
El contexto europeo incluye además programas como el GCAP, impulsado por Reino Unido, Japón e Italia. La falta de claridad sobre la relación del “Devil” con estos programas acentúa el interés de la comunidad aeroespacial.
Durante 2024, la presentación pública de un modelo del “Devil” generó atención, aunque no se ha confirmado un calendario para el desarrollo de un prototipo funcional ni para una eventual producción.
Aplicaciones duales y simulación avanzada en el proceso de diseño
El DLR subraya que las tecnologías desarrolladas en el “Devil” podrían tener aplicaciones civiles, especialmente en aviación eficiente y sostenible. Por ejemplo, la investigación en motores impulsados por hidrógeno se cruza con los avances del “Devil” en propulsión y aerodinámica.
En la fase de desarrollo, el centro ha recurrido a herramientas de simulación y modelado virtual que permiten evaluar el rendimiento del avión antes de fabricar prototipos físicos. Esto reduce costos y agiliza el proceso de validación técnica.
Dentro del proyecto Diabolo, se han realizado pruebas en túneles de viento y simulaciones por computadora para estudiar firmas radar, acústicas e infrarrojas. Estas evaluaciones buscan asegurar el cumplimiento de los requisitos establecidos por el Ministerio de Defensa alemán.
La comparación del “Devil” con el F-22 Raptor estadounidense, en términos de tamaño y capacidades, sugiere una intención de desarrollar un avión versátil y avanzado, aunque el modelo alemán sigue en fase conceptual.