Saab mantiene negociaciones activas con Canadá sobre el Gripen, pese al acuerdo firmado en 2023 para adquirir 88 F-35 de Lockheed Martin.
Canadá reconsidera sus opciones aéreas frente a compromisos previos
El 6 de abril de 2025, el medio sueco Dagens Industri informó que Saab continúa en conversaciones con Canadá para ofrecer su avión de combate JAS 39 Gripen, pese al contrato firmado por Ottawa en 2023 para adquirir 88 unidades del F-35 Lightning II fabricado por Lockheed Martin. Este contrato, valorado en 19.000 millones de dólares, incluía fondos asignados para los primeros 16 cazas, que ya comenzaron su producción en las instalaciones de la empresa estadounidense.
Micael Johansson, director ejecutivo de Saab, confirmó en declaraciones recientes que las negociaciones con Canadá siguen vigentes. Además, mencionó conversaciones en paralelo con gobiernos como el de Portugal y avances significativos en un acuerdo comercial con Colombia. El interés canadiense por el Gripen surge en un contexto de tensión comercial con Estados Unidos y un creciente foco estratégico en la región del Ártico.
De acuerdo con información publicada por FlightGlobal y Defense News, Saab ha reforzado sus campañas de exportación del Gripen, subrayando su menor costo operativo y la posibilidad de establecer asociaciones industriales locales. La empresa sueca ha destacado que el modelo Gripen E, la versión más avanzada, ofrece una alternativa más flexible y económicamente viable frente a los altos costos de mantenimiento del F-35.
Fuentes del Ministerio de Defensa canadiense, citadas por The Globe and Mail, indicaron que Ottawa mantiene su compromiso con Lockheed Martin, pero no descartaron evaluar otras opciones en función de las necesidades operativas y presupuestarias futuras. Aunque el contrato con Lockheed Martin sigue en vigor, Saab ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos y técnicos para posicionarse como un socio estratégico alternativo en defensa aérea.
Presiones económicas y geopolíticas influyen en decisiones militares
El proyecto de adquisición del F-35 por parte de Canadá ha sido objeto de críticas internas debido al costo total y los desafíos logísticos asociados. Parlamentarios y analistas de defensa han cuestionado si el modelo estadounidense se ajusta completamente a los requerimientos canadienses, especialmente en entornos como el norte ártico, donde la resiliencia operativa y la capacidad de operar en pistas dispersas son esenciales. El Gripen, en ese sentido, ha sido presentado como un sistema más adecuado para ese tipo de escenarios.
En un informe técnico publicado por Jane’s Defence Weekly, se compararon capacidades clave de ambos modelos. El Gripen E ofrece una tasa de operatividad más alta, menor huella logística y un diseño optimizado para mantenimiento rápido en bases dispersas, lo que podría alinearse mejor con las necesidades territoriales de Canadá. Además, Saab propone realizar parte de la fabricación y soporte técnico en territorio canadiense, lo que implicaría beneficios económicos para la industria local.
Según Reuters, el gobierno canadiense enfrenta presiones crecientes para justificar la inversión en el F-35, ya que algunos sectores políticos han pedido mayor transparencia en el análisis comparativo de capacidades y costos. Aunque no se ha anunciado oficialmente una reconsideración del contrato, la existencia de negociaciones paralelas con Saab indica un posible cambio en el enfoque del gobierno de Justin Trudeau sobre su estrategia aérea a largo plazo.
En este contexto, el hecho de que Saab mantenga su campaña activa y cuente con respaldo institucional en Suecia podría representar una competencia indirecta que influya en futuras decisiones presupuestarias o técnicas en Ottawa. Además, la actual dependencia tecnológica con Estados Unidos en materia de defensa ha sido motivo de debates internos dentro de los círculos de política exterior y defensa canadiense.
Saab promueve el Gripen como opción viable y cooperativa
El Gripen E se ha convertido en el eje de la estrategia de exportación de Saab. El modelo ha sido adquirido por Brasil y Suecia, y ha sido presentado como una plataforma con capacidades de combate modernas, incluyendo radar AESA, guerra electrónica avanzada y compatibilidad con armamento occidental diverso. Saab ha promocionado su interoperabilidad con aliados de la OTAN y su capacidad para operar desde bases de alta dispersión sin necesidad de grandes infraestructuras.
En su oferta a Canadá, Saab ha puesto énfasis en los beneficios industriales directos, ofreciendo establecer centros de ensamblaje, formación técnica y transferencia de tecnología. Esta propuesta busca atraer el interés de la industria canadiense, particularmente en regiones donde el sector aeroespacial representa una fuente relevante de empleo e innovación tecnológica.
Documentos divulgados por Defense Aerospace y Aviation Week señalan que Saab ha propuesto un cronograma acelerado de entrega en caso de que Canadá opte por un cambio parcial o complementario en su flota. Además, los voceros de la empresa indicaron que ya cuentan con infraestructura disponible para iniciar fases iniciales del proyecto sin retrasos significativos.
Si bien el F-35 ofrece capacidades furtivas superiores y ha sido adoptado por numerosos miembros de la OTAN, Saab insiste en que el Gripen puede complementar sistemas de quinta generación a un costo significativamente menor, sin requerir una transformación total de la estructura operativa existente.
Competencia abierta entre modelos frente a decisiones estratégicas
Lockheed Martin no ha emitido comentarios públicos específicos sobre las negociaciones de Saab con Canadá, pero mantiene su cronograma de entregas y acuerdos asociados al contrato firmado en 2023. El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha reiterado el valor estratégico del F-35 en las capacidades conjuntas de defensa aérea del continente norteamericano bajo el marco del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD).
Por su parte, Saab ha desplegado una estrategia comunicacional centrada en destacar la flexibilidad y sostenibilidad del Gripen como opción competitiva. Los mensajes han sido dirigidos tanto al gobierno como a sectores industriales canadienses, planteando al avión sueco como una solución que fortalece la soberanía tecnológica y la independencia operativa.
Expertos citados por Breaking Defense sostienen que la existencia de un competidor como Saab podría beneficiar a Canadá al mantener la presión sobre el cumplimiento de plazos, calidad y costos del programa F-35. Asimismo, mencionan que una posible combinación de ambos sistemas no es descartable en ciertos escenarios operativos.
Hasta la fecha, no se ha confirmado ningún cambio oficial en la postura canadiense respecto al contrato del F-35. Sin embargo, el mantenimiento de conversaciones con Saab evidencia una apertura por parte de Ottawa a revisar o complementar sus opciones en materia de defensa aérea, según el desarrollo de sus prioridades geoestratégicas y presupuestarias.