El F-47, desarrollado por Boeing bajo el programa NGAD, sustituirá al F-22 e integra tecnologías de sexta generación y sistemas autónomos avanzados.
El F-47 reemplazará al F-22 con nuevas capacidades operativas
La Fuerza Aérea de Estados Unidos confirmó el desarrollo del F-47, un caza de sexta generación fabricado por Boeing, que sustituirá al F-22 Raptor. Este nuevo avión fue presentado el 21 de marzo de 2025 por el presidente Donald Trump. Su denominación rinde tributo al 47.º presidente de EE. UU., al legendario P-47 Thunderbolt y al año 1947, cuando se fundó oficialmente la USAF.
Con el objetivo de mantener la superioridad aérea, el programa Next Generation Air Dominance (NGAD) incorpora al F-47 como su plataforma principal. Diseñado para trabajar junto a drones autónomos denominados Collaborative Combat Aircraft (CCA), el nuevo caza operará como centro de comando aéreo, ampliando el alcance sensorial y ofensivo a través de sistemas cooperativos.
La USAF asegura que el F-47 ofrecerá mejor rendimiento, mayor alcance, mayor capacidad de sigilo y facilidad de mantenimiento en comparación con el F-22. También se prevé una producción más numerosa y a un costo inferior al del Raptor, cuyo precio unitario alcanzó los 350 millones de dólares.
La historia del F-47 comenzó en 2014 cuando DARPA lanzó una iniciativa para construir prototipos experimentales. Boeing realizó el primer vuelo de demostración en 2019 y continuó las pruebas desde 2020, acumulando cientos de horas de vuelo. Según el general David Allvin, jefe del Estado Mayor de la USAF, el caza ha alcanzado una madurez tecnológica sin precedentes en esta etapa.
Boeing lidera el contrato de desarrollo tras superar a Lockheed Martin
Después de una competición cerrada, la Fuerza Aérea adjudicó a Boeing el contrato de más de 20 mil millones de dólares para la fase de ingeniería y desarrollo de manufactura. Lockheed Martin, responsable del F-22 y F-35, quedó fuera del proyecto, mientras que Northrop Grumman se retiró en 2023 para priorizar otros programas.
Con esta victoria, Boeing refuerza su posición en el sector de defensa, afectado por sobrecostos en proyectos como el KC-46 y el T-7 Red Hawk. La compañía fabricará el F-47 en su planta de St. Louis, Missouri, donde se espera revitalizar su infraestructura de producción de aeronaves de combate.
Características técnicas y operativas del nuevo F-47 de Boeing
- Velocidad máxima cercana a Mach 2 y mayor alcance que el F-22.
- Capacidades de sigilo avanzadas que lo hacen casi invisible a radares enemigos.
- Diseño modular para facilitar futuras actualizaciones tecnológicas.
- Compatibilidad con drones autónomos para misiones coordinadas de combate.
- Imágenes muestran una nariz ancha en forma de pala y alas con diedro, sin canards.
- Sensores de última generación y sistemas de fusión de datos.
Aunque los detalles técnicos permanecen clasificados, la USAF y Boeing han adelantado que el avión contará con tecnología de sigilo superior y una arquitectura abierta para incorporar nuevas capacidades. Trump afirmó que el F-47 será “virtualmente invisible”, y algunas representaciones conceptuales recuerdan al demostrador Bird of Prey, aunque sin incluir canards.
Además de sensores avanzados y sistemas integrados de datos, existe la posibilidad de que el F-47 incorpore armamento de energía dirigida, aunque la USAF no ha confirmado oficialmente esta función. Su estructura modular permitirá añadir capacidades frente a amenazas emergentes.
En un contexto de creciente tensión internacional, el F-47 es presentado como el primer caza tripulado de sexta generación del mundo, superando en esta categoría a los desarrollos chinos y rusos. China trabaja en el J-XX, y Rusia impulsa el MiG-41, ambos en fases tempranas.
Durante el anuncio, Trump declaró: “Nunca lo verán venir, y si alguna vez sucede, no sabrán qué los golpeó”. También mencionó la posibilidad de exportar versiones reducidas del F-47, marcando un posible cambio frente a la política de no exportación del F-22.
Presupuesto, cronograma y dudas sobre la viabilidad internacional
El costo total del programa aún no está definido. Aunque el contrato inicial supera los 20 mil millones de dólares, estimaciones no oficiales indican que la cifra total podría ascender a cientos de miles de millones, considerando producción y mantenimiento a largo plazo.
La Fuerza Aérea tiene planes para adquirir al menos 200 unidades del F-47, una cifra superior a los 187 F-22 actualmente operativos. La estrategia inicial contempla una producción de bajo volumen, como ocurrió con el bombardero B-21, con el fin de validar el desempeño antes de ampliar la fabricación.
Boeing ha resaltado que el F-47 se inscribe en su herencia de cazas emblemáticos como el P-51 Mustang, F-4 Phantom y F-15 Eagle. Sin embargo, la continuidad del programa ha enfrentado desafíos institucionales y políticos.
En mayo de 2024, la administración Biden pausó temporalmente el NGAD debido a inquietudes sobre costos y relevancia. La reactivación del programa ocurrió tras el respaldo del gobierno de Trump. A pesar del entusiasmo oficial, el exsecretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, expresó reservas sobre la exportación del F-47, aludiendo al alto costo y a factores geopolíticos.
Implicaciones estratégicas del F-47 en la competencia global
El F-47 representa una apuesta estratégica de la USAF para mantener la supremacía aérea frente a China y Rusia, en un entorno donde los avances tecnológicos definen las capacidades militares.
La integración con sistemas autónomos y su arquitectura adaptable le otorgan una ventaja operativa en escenarios de alta complejidad. Esta capacidad de adaptación busca prolongar su relevancia táctica por varias décadas.
Con prototipos ya en fase de pruebas, la Fuerza Aérea proyecta que el primer vuelo oficial del F-47 ocurrirá antes de enero de 2029, al cierre del actual mandato presidencial. El cronograma exige un avance constante para cumplir con los plazos establecidos.
El programa, respaldado por una fuerte inversión gubernamental y empresarial, será evaluado no solo por sus características técnicas, sino también por su capacidad de cumplir con las expectativas de rendimiento, sostenibilidad y escalabilidad en los próximos años.