El ministro de Defensa italiano acusó al Reino Unido de restringir el acceso a tecnología clave en el programa trilateral de desarrollo del caza GCAP.
Crosetto señala falta de cooperación tecnológica del Reino Unido
Durante una entrevista con Reuters, el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, manifestó su preocupación por la actitud del Reino Unido dentro del Programa Aéreo Global de Combate (GCAP). Afirmó que mientras Italia ha eliminado barreras al intercambio tecnológico y Japón ha avanzado significativamente en ese sentido, el Reino Unido permanece “mucho más reacio” a compartir tecnología.
Las declaraciones de Crosetto no incluyeron detalles específicos sobre las tecnologías implicadas, pero generaron debate en torno a la dinámica de cooperación en este ambicioso proyecto conjunto. El GCAP tiene como objetivo reemplazar los Eurofighter Typhoon del Reino Unido e Italia, así como los Mitsubishi F-2 de Japón.
El tratado que formalizó la colaboración trilateral se firmó en diciembre de 2022. El avión de sexta generación previsto incorporará características furtivas, inteligencia artificial, arquitectura abierta y capacidad para operar con drones como multiplicadores de fuerza.
Según el Ministerio de Defensa británico, la colaboración es equitativa y las tecnologías compartidas representan avances científicos y de ingeniería de primer nivel. Sin embargo, los comentarios de Crosetto ponen en duda la fluidez del intercambio técnico, necesario para cumplir con el cronograma que contempla un prototipo volador para 2027 y entrada en servicio en 2035.
El diseño del GCAP responde a requisitos estratégicos regionales
Durante el Salón Aeronáutico de Farnborough en julio de 2024, se presentó el diseño del nuevo caza. El aparato muestra una estructura de doble cola en forma de V y una envergadura mayor que los conceptos iniciales, lo que mejora la aerodinámica y responde a las necesidades operativas de Japón en el Indo-Pacífico.
Japón requiere un caza con gran alcance debido a la dispersión de sus bases aéreas y al contexto geopolítico regional, marcado por las tensiones con China. El GCAP también integrará sensores capaces de procesar datos a una escala 10.000 veces superior a los sistemas actuales.
Además de sensores y armas de última generación, el avión utilizará materiales compuestos avanzados desarrollados por Japón. Estos materiales, empleados previamente en fragatas clase Mogami y en el Boeing 787, mejorarán el sigilo y reducirán el peso total del caza.
Los tres países involucrados en el GCAP —Reino Unido, Italia y Japón— han fusionado sus proyectos nacionales previos: Tempest y F-X. El programa es liderado por BAE Systems, Leonardo y Mitsubishi Heavy Industries respectivamente.
Datos clave sobre el GCAP y tensiones internas entre socios
- El GCAP se formalizó en diciembre de 2022 mediante un tratado trilateral.
- Busca reemplazar los Eurofighter Typhoon y Mitsubishi F-2 hacia 2035.
- El Reino Unido lidera el desarrollo con BAE Systems, seguido por Italia y Japón.
- Un prototipo volador está previsto para 2027, con fabricación inicial en 2026.
- La colaboración enfrenta desafíos por la presunta reticencia británica a compartir tecnología.
- Japón contribuye con experiencia en materiales compuestos de alta tecnología.
- El avión incorporará arquitectura abierta e integración con drones no tripulados.
- La sede del organismo de gestión tripartito estará en el Reino Unido y será dirigido inicialmente por Japón.
Comparación con otros programas europeos como el FCAS
Las tensiones dentro del GCAP no son excepcionales. Programas como el Future Combat Air System (FCAS), desarrollado por Francia, Alemania y España, también enfrentaron obstáculos similares. Las disputas entre Dassault Aviation y Airbus sobre propiedad intelectual causaron retrasos hasta 2022.
El FCAS, que tiene como objetivo sustituir los Rafale franceses y los Typhoon alemanes y españoles, avanza con un cronograma más lento. El primer prototipo está previsto para 2029 y su entrada en servicio para 2040, en contraste con el calendario más ambicioso del GCAP.
Algunos ejecutivos del sector, como Mike Schoellhorn de Airbus Defence and Space, han advertido que Europa no puede mantener dos programas de sexta generación debido a los altos costos. Para el FCAS, se estiman entre 50.000 y 80.000 millones de euros.
A pesar de los desafíos, el GCAP avanza con mayor rapidez. BAE Systems sostiene que su proyecto tiene ventajas operativas y de desarrollo frente a su contraparte continental.
Expansión potencial del programa hacia otros aliados estratégicos
Más allá de los socios actuales, el GCAP busca ampliar su alcance. Arabia Saudí ha sido mencionada como posible nuevo participante, con Guido Crosetto resaltando su capacidad financiera y necesidad de modernización tecnológica.
El Ministerio de Defensa británico estima que los primeros cuatro años del programa costarán 2.000 millones de libras. Incluir a más países podría reducir la carga económica del proyecto.
La Real Fuerza Aérea Australiana recibió una presentación sobre el GCAP, lo que despertó especulaciones sobre su interés. Aunque se considera cliente potencial del Boeing F-47, las capacidades de largo alcance del GCAP se ajustan a sus necesidades en el Pacífico.
Una eventual incorporación de Australia también consolidaría su alianza con Japón en el marco del pacto AUKUS, que incluye al Reino Unido y Estados Unidos, centrado en tecnologías avanzadas como submarinos nucleares y ciberdefensa.
Perspectivas industriales y económicas del desarrollo del GCAP
El Ministerio de Defensa británico defendió la postura del Reino Unido tras las críticas de Crosetto, subrayando que el proyecto avanza gracias a una colaboración genuina. Sin embargo, no proporcionó información concreta sobre las tecnologías supuestamente retenidas.
Casos anteriores como el del Eurofighter Typhoon superaron dificultades similares mediante acuerdos industriales y decisiones políticas. El GCAP debe mantener esa línea para alcanzar su ambicioso objetivo de construir el prototipo en marzo de 2026.
En términos económicos, el programa podría generar 21.000 empleos altamente calificados en el Reino Unido y atraer 26.000 millones de libras en inversiones hasta 2050. Japón espera reforzar su industria de defensa nacional a través de Mitsubishi Heavy Industries.
Italia, por su parte, busca conservar su papel en la industria aeroespacial europea mediante su participación en el GCAP, liderado por Leonardo. El ingreso de países como Canadá o Australia podría ampliar el mercado y reducir el costo unitario del nuevo caza de sexta generación.