El canciller iraní se reunirá en Pekín para coordinar posturas con China previo a la tercera ronda de negociaciones nucleares con Estados Unidos en Omán.
Irán refuerza lazos con China antes de diálogo con Estados Unidos
Abbas Araghchi, ministro de Relaciones Exteriores de Irán, realizará una visita oficial a China el martes 22 de abril de 2025, según informó Esmaeil Baghaei, portavoz de la cancillería iraní. Este viaje antecede a la tercera ronda de negociaciones nucleares entre Teherán y Washington, previstas para el 26 de abril en Omán. La escala en Pekín forma parte de una gira diplomática que recientemente incluyó Moscú, en un intento de Teherán por consolidar alianzas estratégicas en medio de conversaciones sensibles con Estados Unidos.
Según Baghaei, el principal objetivo del viaje será mantener consultas bilaterales sobre el proceso de negociación nuclear. Subrayó que Irán sostiene un diálogo continuo con China y Rusia en este tema. Durante su visita previa a Moscú, Araghchi declaró a la televisión estatal iraní que estas consultas son habituales, especialmente en temas relacionados con el programa nuclear. En una entrevista con RT el 20 de abril, calificó la cooperación trilateral con Rusia y China como una “necesidad estratégica” para la estabilidad global.
Detalles clave de la negociación nuclear y contexto regional
- La tercera ronda de conversaciones se celebrará el 26 de abril en Muscat, Omán.
- Irán posee 274.8 kg de uranio enriquecido al 60%, según la IAEA.
- China y Rusia buscan influir en el proceso negociador con su respaldo a Irán.
- La economía iraní experimentó una leve recuperación tras el inicio de los diálogos.
- El papel de Omán como mediador ha sido clave en mantener el canal diplomático.
Las negociaciones comenzaron el 12 de abril en Muscat, donde Araghchi y Steve Witkoff, enviado especial de EE. UU., sostuvieron conversaciones indirectas. De acuerdo con medios como Reuters y The New York Times, ambas partes calificaron esa primera ronda como “constructiva” y acordaron seguir dialogando. Aunque se consideró Roma para una segunda ronda, finalmente se confirmó que la reunión se realizaría nuevamente en Omán. En la próxima cita del 26 de abril, expertos técnicos se reunirán previamente para definir un marco de posible acuerdo.
Las discusiones tienen como objetivo principal restringir el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Irán ha señalado de manera firme que este alivio de sanciones es una condición innegociable. Estas conversaciones se desarrollan en un entorno de creciente tensión regional y bajo la presión de evitar un nuevo ciclo de hostilidades en Oriente Medio.
El avance nuclear iraní y su impacto en las negociaciones
Desde el retiro de Estados Unidos del Acuerdo Nuclear de 2015 (JCPOA) en 2018, Irán ha aumentado significativamente su producción de uranio enriquecido. Un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica de febrero de 2025 indica que las reservas actuales se aproximan al nivel requerido para armamento. Aunque Irán reitera que su programa tiene fines pacíficos, Occidente y en particular Israel han expresado preocupación por estas capacidades.
La visita de Araghchi a China ocurre mientras Pekín urge a Washington a actuar con “sinceridad” en las negociaciones, según declaraciones del portavoz chino Lin Jian. China, firmante del JCPOA, ha criticado las sanciones de EE. UU. y defiende una salida diplomática. En ese sentido, la reunión en Pekín abordará métodos para contrarrestar la presión estadounidense y coordinar estrategias con vistas a la próxima ronda negociadora.
Un artículo publicado por Al Jazeera el 14 de abril menciona que Rusia y China ya participaron en consultas previas al inicio del diálogo en Omán. Esta implicación directa busca influir en la dirección de las conversaciones e impulsar una mayor cohesión entre aliados no occidentales.
El encuentro inicial en Omán incluyó el intercambio de mensajes entre Araghchi y Witkoff, facilitado por el canciller omaní Badr al-Busaidi. Aunque indirecto, este diálogo culminó en un breve contacto cara a cara entre ambos diplomáticos, el primero de alto nivel en una década. En la segunda ronda, celebrada el 19 de abril en Roma, Araghchi afirmó que se avanzó en la definición de principios para un posible acuerdo, destacando un “ambiente constructivo”.
Presión económica interna y respuesta del mercado iraní
Las condiciones económicas internas ejercen presión sobre Irán para obtener resultados tangibles. Las sanciones han afectado severamente su economía. En marzo de 2025, el rial iraní cayó a un mínimo histórico de más de un millón por dólar, según la agencia AP. Sin embargo, tras el anuncio de las negociaciones en Omán, la moneda se recuperó a 850,000 por dólar y la Bolsa de Teherán subió un 2%, informó The Times of Israel.
Omán ha sido crucial como mediador. El sultanato mantiene buenas relaciones tanto con Irán como con Estados Unidos, lo que ha permitido crear un entorno favorable al diálogo. Según expresó al-Busaidi en X, las conversaciones del 12 de abril se desarrollaron en un “ambiente amistoso” que facilitó la aproximación de posturas. Irán, por su parte, insiste en mantener el formato de diálogo indirecto mientras se mantengan las sanciones estadounidenses, postura reiterada por Baghaei en medios estatales.
La comunidad internacional observa con atención estos desarrollos. El 16 de abril, el director general de la IAEA, Rafael Grossi, visitó Teherán para reunirse con Araghchi y el presidente iraní, Masoud Pezeshkian. Grossi recalcó la necesidad de transparencia en el programa nuclear como condición esencial para cualquier acuerdo futuro. Además, países europeos como Francia, Reino Unido y Alemania han manifestado su intención de salvaguardar sus intereses de seguridad en el marco de las negociaciones, según declaraciones del ministro francés Jean-Noel Barrot.
Las tensiones geopolíticas en la región siguen siendo un factor determinante. La guerra entre Israel y Hamás en Gaza y los enfrentamientos en Líbano han afectado a los aliados regionales de Irán. Esto ha generado especulaciones sobre un posible interés iraní en estabilizar su posición mediante un acuerdo nuclear. No obstante, Irán ha dejado claro que no negociará sobre su programa de misiles ni su influencia regional, según The Times of Israel.
La reunión en China busca reforzar una estrategia conjunta frente a las exigencias de Washington. Al hacerlo, Irán demuestra su voluntad de mantener alianzas sólidas con potencias como China y Rusia, mientras las negociaciones avanzan hacia un posible acuerdo. El desarrollo de estos diálogos dependerá de cómo se equilibren las condiciones impuestas por Estados Unidos, las exigencias iraníes y las expectativas internacionales.