El dron FPV Knyaz Vandal Novgorodsky, controlado por fibra óptica, inicia producción en tres regiones rusas, destacando por su inmunidad a interferencias electrónicas.
Rusia impulsa dron Knyaz Vandal para contrarrestar guerra electrónica
El 26 de abril de 2025, la agencia estatal rusa TASS anunció que Rusia ha iniciado la producción en masa del dron de visión en primera persona (FPV) Knyaz Vandal Novgorodsky en tres regiones del país. Este vehículo aéreo no tripulado, desarrollado por el Centro Científico y de Producción Ushkuynik en Veliky Novgorod, utiliza un cable de fibra óptica para su control, lo que lo hace inmune a las interferencias de guerra electrónica, una ventaja táctica significativa en el contexto de la guerra con Ucrania. La producción, estimada en 6,000 unidades mensuales, refleja un esfuerzo estratégico para fortalecer las capacidades militares rusas frente a las sanciones internacionales y la intensificación de la guerra electrónica en el campo de batalla.
El Knyaz Vandal Novgorodsky se distingue por su sistema de control basado en un carrete de fibra óptica que puede alcanzar hasta 20 kilómetros de longitud. Este cable transmite imágenes de alta resolución y mantiene una conexión estable, evitando las interrupciones causadas por sistemas de interferencia de radiofrecuencia, como los utilizados por las fuerzas ucranianas. Según el experto militar ruso Viktor Litovkin, esta tecnología hace que el dron sea “más eficaz que un dron convencional”, ya que no puede ser bloqueado electrónicamente ni detectado mediante reconocimiento electrónico, protegiendo así la ubicación de sus operadores. El dron ha demostrado una precisión de impacto del 95%, en comparación con el 20% de los drones FPV tradicionales que dependen de señales de radio, según el analista de armas ruso Oleg Shalandin.
El debut del Knyaz Vandal en el campo de batalla ocurrió en agosto de 2024, durante la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk. En ese contexto, los sistemas de guerra electrónica ucranianos, como el Bukovel-AD, neutralizaron muchos drones rusos controlados por radio, pero el Knyaz Vandal resistió estas contramedidas. Videos difundidos en canales de Telegram rusos, como Siberian Army, mostraron al dron atacando vehículos blindados ucranianos, incluidos tanques Leopard 2A6, Abrams M1A1 y vehículos Humvee, con una claridad de imagen libre de interferencias. Alexéi Chadáyev, director del Centro Ushkuynik, afirmó que los equipos militares de la OTAN destruidos por este dron tienen un valor cercano a los mil millones de dólares.
En enero de 2025, se introdujo una versión del dron equipada con un visor térmico, que permite operaciones nocturnas y amplía su versatilidad. Aunque no se han revelado detalles sobre su capacidad de carga útil o velocidad de vuelo, el dron ha sido utilizado para destruir objetivos de alto valor, como vehículos blindados y tanques, según imágenes de combate de la región de Kursk. La producción masiva, iniciada a pesar de las sanciones europeas y estadounidenses, busca contrarrestar la ventaja numérica de Ucrania en la producción de drones, que alcanzó una capacidad anual de 4 millones de unidades en 2025, según declaraciones del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
Datos clave del dron Knyaz Vandal Novgorodsky
- Producción: 6,000 unidades mensuales en tres regiones rusas.
- Alcance: Hasta 20 km mediante cable de fibra óptica.
- Precisión: 95% de tasa de impacto, frente al 20% de drones FPV convencionales.
- Inmunidad: Resistente a interferencias de guerra electrónica.
- Desarrollo: Centro Ushkuynik, Veliky Novgorod, operativo desde 2023.
- Costo estimado: Entre 300 y 600 euros por unidad, más 2,000 euros por carrete de 25 km de fibra óptica.
Avances tecnológicos y desafíos en la producción del Knyaz Vandal
La tecnología de fibra óptica en drones no es nueva, con antecedentes en misiles antitanque de la Guerra Fría, como el Malyutka soviético o el TOW estadounidense, pero su aplicación masiva en drones FPV marca una evolución en la guerra moderna. El Knyaz Vandal aprovecha esta tecnología para superar las limitaciones de los drones tradicionales, que son vulnerables a sistemas de interferencia como el Krasukha-4 ruso o el Bukovel-AD ucraniano, capaces de interrumpir señales de radio en un radio de 50 kilómetros. Sin embargo, el uso de fibra óptica presenta desafíos logísticos, como la gestión de cables en el campo de batalla y la limitación del alcance según la longitud del carrete.
Rusia ha intensificado el uso de estos drones desde finales de 2024, particularmente en regiones como Donetsk y Kursk, donde han causado bajas significativas. El teniente coronel ruso Roman Kuziv señaló que el 60% de los heridos en zonas de alto conflicto son resultado de ataques con drones bomba, incluyendo modelos como el Knyaz Vandal. Por su parte, el jefe de inteligencia ucraniano, Kirilo Budánov, reconoció en diciembre de 2024 que los drones de fibra óptica representan un “problema enorme” para las fuerzas ucranianas, prediciendo su protagonismo en 2025.
A pesar de la ventaja inicial de Rusia, Ucrania está desarrollando sus propios drones de fibra óptica, con pruebas exitosas reportadas por el Ministerio de Defensa ucraniano el 2 de enero de 2025. La incubadora tecnológica Brave1 demostró un modelo con un alcance de 20 kilómetros, aunque la producción ucraniana aún no iguala la escala rusa. Empresas ucranianas, apoyadas por una inversión mensual de 60 millones de dólares del Ministerio de Defensa, buscan cerrar esta brecha, pero enfrentan dificultades para obtener materiales debido a restricciones geopolíticas.
La producción del Knyaz Vandal también enfrenta retos. Aunque el Centro Ushkuynik trabaja en sustituir componentes importados para lograr un dron 100% ruso en 2025, la dependencia de suministros externos persiste. Además, la producción en masa de cables de fibra óptica, fabricados parcialmente en China, ha generado preocupaciones sobre la calidad, según analistas militares. Un carrete de 25 kilómetros de fibra óptica tiene un costo aproximado de 2,000 euros, mientras que el dron en sí oscila entre 300 y 600 euros, lo que representa un desafío económico en un contexto de sanciones.
Impacto estratégico del Knyaz Vandal en la guerra
El Knyaz Vandal Novgorodsky ha transformado las tácticas rusas en la guerra, permitiendo ataques precisos contra objetivos de alto valor sin las vulnerabilidades de los drones convencionales. Su uso masivo en Kursk y Donetsk ha fortalecido la capacidad de Rusia para penetrar las defensas ucranianas, que dependen en gran medida de la guerra electrónica. Sin embargo, Ucrania está adaptándose rápidamente, con iniciativas como el ataque de drones del 5 de abril de 2025 contra una planta de fibra óptica en Mordovia, que buscó interrumpir la producción rusa de esta tecnología.
La carrera tecnológica entre ambos países refleja una dinámica de innovación bajo presión. Mientras Rusia apuesta por la producción en masa del Knyaz Vandal, Ucrania combina un enfoque descentralizado con startups para desarrollar contramedidas y drones propios. Esta competencia ha convertido la guerra en un laboratorio de tecnologías no tripuladas, donde la guerra electrónica y los drones de fibra óptica definen el futuro de las operaciones militares.
El Knyaz Vandal no es un arma definitiva, pero su impacto en el campo de batalla subraya la importancia de la inmunidad a las interferencias electrónicas. A medida que ambos bandos perfeccionan estas tecnologías, el equilibrio táctico seguirá evolucionando, con implicaciones para conflictos futuros más allá de Ucrania.