Enfrentamientos en Jaramana, al sureste de Damasco, dejan 13 muertos, incluyendo dos agentes de seguridad, tras tensiones por una grabación ofensiva.
Violencia sectaria sacude los suburbios de la capital siria
Los enfrentamientos sectarios en las afueras de Damasco han dejado un saldo de 13 muertos, según informaron rescatistas locales el 29 de abril de 2025. Los choques, que comenzaron en la noche del lunes y se extendieron hasta la madrugada, ocurrieron en la ciudad de Jaramana, de mayoría drusa, al sureste de la capital siria. Hombres armados provenientes de Maliha y otras áreas predominantemente suníes iniciaron los ataques, según fuentes de seguridad consultadas por medios internacionales.
El detonante de la violencia fue una supuesta grabación en la que un hombre druso habría insultado al profeta Mahoma, lo que provocó la furia de los atacantes suníes. Las tensiones entre comunidades religiosas en Siria han escalado desde que los rebeldes liderados por islamistas derrocaron al exlíder Bashar al-Assad en diciembre de 2024, instalando un nuevo gobierno y reestructurando las fuerzas de seguridad del país.
Entre las víctimas fatales se encuentran dos miembros del Servicio de Seguridad general de Siria, una fuerza recientemente formada que integra a exrebeldes, según informó Mustafa al-Abdo, portavoz del Ministerio del Interior. Los enfrentamientos también dejaron un número indeterminado de heridos, aunque las autoridades no han proporcionado cifras oficiales al respecto.
Los combates en Jaramana representan el más reciente episodio de violencia sectaria en Siria, un país fracturado por más de una década de guerra civil y ahora enfrentado a nuevos desafíos bajo el gobierno rebelde. La caída de Assad marcó el fin de un régimen que, pese a sus abusos, mantenía un delicado equilibrio entre las diversas comunidades religiosas del país, incluyendo suníes, alauitas, drusos y cristianos.
Datos clave sobre los enfrentamientos en Jaramana
- Lugar: Jaramana, ciudad de mayoría drusa al sureste de Damasco.
- Causa: Grabación atribuida a un hombre druso insultando al profeta Mahoma.
- Víctimas: 13 muertos, incluyendo dos agentes del Servicio de Seguridad general.
- Contexto: Aumento de tensiones sectarias tras la caída de Bashar al-Assad en diciembre de 2024.
- Fuerzas involucradas: Hombres armados suníes de Maliha y fuerzas de seguridad sirias.
Tensiones sectarias en el nuevo panorama político sirio
La violencia en Jaramana se produce en un momento de creciente inestabilidad en Siria, donde el nuevo gobierno rebelde enfrenta el desafío de unificar a un país dividido por diferencias religiosas y étnicas. Desde la caída de Assad, las minorías, incluyendo a los drusos y los alauitas, han expresado temores de represalias por parte de grupos islamistas que ahora dominan las instituciones estatales. Según informes de organizaciones internacionales, los incidentes de violencia sectaria han aumentado en un 30% en los últimos cuatro meses.
El Servicio de Seguridad general, creado para reemplazar a las antiguas fuerzas de seguridad del régimen, ha sido objeto de críticas por su composición, que incluye a excombatientes rebeldes con antecedentes de enfrentamientos sectarios. Mustafa al-Abdo señaló que las autoridades están investigando el incidente de Jaramana y prometió que los responsables enfrentarán la justicia, aunque no especificó medidas concretas.
Los enfrentamientos también han avivado los temores de que Siria pueda deslizarse hacia una nueva fase de conflicto interno, esta vez impulsada por divisiones religiosas más que por la lucha contra el régimen. En Maliha, los líderes comunitarios suníes han negado cualquier coordinación organizada en los ataques, atribuyendo la violencia a “individuos enfurecidos” por la grabación ofensiva.
Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch, han documentado un incremento en los incidentes de violencia intercomunitaria desde la transición de poder. En un informe publicado en marzo de 2025, la organización reportó más de 50 incidentes de ataques sectarios en zonas urbanas de Siria, con un saldo de al menos 200 muertos desde diciembre de 2024.
Contexto histórico de la violencia sectaria en Siria
La guerra civil siria, que comenzó en 2011, exacerbó las divisiones entre las comunidades religiosas del país. Durante la guerra, el régimen de Assad se apoyó en gran medida en las minorías alauitas y drusas para mantener el control, mientras que los grupos rebeldes, en su mayoría suníes, se radicalizaron con el tiempo, adoptando agendas islamistas. La caída de Damasco en diciembre de 2024 marcó un punto de inflexión, pero no el fin de las hostilidades.
En Jaramana, los enfrentamientos recientes no son un hecho aislado. La ciudad, conocida por su diversidad religiosa, ha sido escenario de tensiones previas, incluyendo bombardeos durante la guerra civil que dejaron decenas de muertos. La grabación que desencadenó los últimos choques aún no ha sido verificada por fuentes independientes, pero su impacto ha sido suficiente para movilizar a grupos armados.
El gobierno rebelde, liderado por facciones islamistas, ha prometido proteger a todas las comunidades religiosas, pero sus esfuerzos han sido limitados por la falta de cohesión interna y la resistencia de algunos sectores a aceptar su autoridad. En un comunicado emitido el 28 de abril de 2025, el Ministerio del Interior llamó a la calma y anunció el despliegue de refuerzos de seguridad en Jaramana y Maliha para prevenir nuevos enfrentamientos.
La comunidad internacional, incluyendo a la ONU, ha expresado preocupación por el aumento de la violencia sectaria en Siria. En una declaración reciente, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, instó a todas las partes a priorizar el diálogo intercomunitario para evitar una escalada mayor. Sin embargo, la falta de una estructura de gobernanza sólida en el país complica los esfuerzos de reconciliación.