Un capitel de piedra con menorás, hallado en Motza, data del período romano tardío y estará en exhibición en el Día de la Independencia.
Descubrimiento de capitel con menorás en Motza, Jerusalén En 2020, arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) descubrieron un capitel de piedra caliza decorado con menorás, candelabros rituales judíos de siete brazos, en el barrio de Motza, a la entrada de Jerusalén. El hallazgo, anunciado el 29 de abril de 2025, se exhibirá públicamente por primera vez durante el Día de la Independencia de Israel. El capitel, encontrado invertido en una estructura bizantina del siglo VI o VII d.C., data del período romano tardío, entre los siglos II y IV d.C. Los directores de la excavación, Dr. Uzi Ad y Anna Eirich, indicaron que el capitel fue reutilizado en la construcción bizantina, una práctica conocida como uso secundario.
El capitel se halló durante excavaciones previas a obras de infraestructura en Motza, a 6 kilómetros al oeste de Jerusalén. Los arqueólogos determinaron que probablemente coronaba una columna en un edificio público o una calle de un asentamiento romano tardío. El sitio de Motza, cerca del valle de Wadi Sorek, era un punto estratégico en la ruta hacia Jerusalén. Las excavaciones revelaron cerámicas, monedas y herramientas del período romano tardío, confirmando la ocupación del asentamiento entre los siglos II y IV d.C.
El asentamiento de Motza estaba habitado principalmente por descendientes de veteranos romanos retirados, según los hallazgos arqueológicos. Tras la Revuelta de Bar Kojba (132-135 d.C.), liderada por Simeón bar Kosba, el emperador Adriano destruyó Jerusalén, renombrándola Aelia Capitolina y prohibiendo a los judíos residir en la ciudad y sus alrededores. La presencia de un capitel decorado con menorás, un símbolo judío asociado al Segundo Templo, plantea preguntas sobre su origen en un contexto romano.
La menorá de siete brazos, grabada en el capitel, es un emblema judío raro en sitios romanos posteriores al 135 d.C. Excavaciones en otros sitios, como la sinagoga de Migdal en 2009, hallaron una menorá en piedra del período del Segundo Templo (siglo I d.C.), antes de su destrucción en el 70 d.C. En contraste, el capitel de Motza es posterior, del período romano tardío, y su presencia en un asentamiento no judío sugiere una posible reutilización de materiales de un sitio judío anterior.
Datos arqueológicos clave del capitel de Motza Fecha del hallazgo: 2020, en excavaciones por obras en Motza. Período: Romano tardío (siglos II-IV d.C.), reutilizado en estructura bizantina (siglos VI-VII d.C.). Material: Piedra caliza, con grabados de menorás de siete brazos. Ubicación: Motza, 6 km al oeste de Jerusalén, cerca de Wadi Sorek. Contexto: Asentamiento de veteranos romanos tras la Revuelta de Bar Kojba. Contexto arqueológico del período romano tardío en Judea Tras la Revuelta de Bar Kojba, el emperador Adriano convirtió Jerusalén en Aelia Capitolina, una colonia romana, y erigió un templo a Júpiter Capitolino en el Monte del Templo. La región de Judea pasó a llamarse Siria Palestina, y los judíos enfrentaron restricciones severas. En Motza, los hallazgos incluyen estructuras de piedra, cisternas y prensas de aceite, típicas de asentamientos romanos agrícolas. Las monedas encontradas, acuñadas entre los siglos II y III d.C., muestran efigies de emperadores como Antonino Pío y Septimio Severo.
Excavaciones previas en Motza, financiadas por proyectos como la Carretera 16, revelaron un asentamiento neolítico de 9,000 años en 2019, con restos de casas, herramientas y silos. En el período romano, el sitio albergaba instalaciones agrícolas y un mercado, según fragmentos de ánforas y pesos de balanza. La presencia del capitel con menorás contrasta con la iconografía romana predominante, que incluía motivos paganos como águilas y deidades.
Otros sitios en Jerusalén han proporcionado evidencia de la cultura judía antes y después de las revueltas. En la Ciudad Vieja, excavaciones entre 1967 y 1983 hallaron una menorá grabada en una pared del período herodiano (siglo I a.C.-I d.C.). En Hebrón, estructuras romanas del siglo II d.C. muestran influencias helenísticas, pero carecen de símbolos judíos. La sinagoga de Horvat Kur, del período bizantino, contiene mosaicos con menorás, pero es posterior al capitel de Motza.
La AAI documentó el capitel con escaneos 3D, permitiendo un análisis detallado de los grabados. Los arqueólogos compararon los diseños de las menorás con los de la Lámpara de Jason, un artefacto del siglo I d.C. encontrado en Jerusalén, que muestra un candelabro similar. El capitel de Motza mide aproximadamente 60 cm de alto y 50 cm de ancho, con grabados en dos de sus caras.
Importancia del sitio de Motza en la arqueología israelí El sitio de Motza ha sido excavado desde la década de 1990, revelando ocupación continua desde el Neolítico hasta el período otomano. En el período romano tardío, Motza era un centro agrícola y comercial, conectado a Jerusalén por caminos pavimentados. Los hallazgos incluyen un mosaico romano con motivos geométricos y un horno de cerámica del siglo III d.C., que producía ánforas para vino y aceite.
La AAI ha identificado en Motza restos de un acueducto romano que abastecía Jerusalén, construido en el siglo II d.C. Este acueducto, de 3 km de longitud, transportaba agua desde manantiales locales. Otros artefactos, como lámparas de aceite con sellos romanos y estatuillas de terracota, confirman la influencia romana en el asentamiento. El capitel con menorás es el primer objeto con simbología judía encontrado en este contexto en Motza.
Excavaciones en sitios cercanos, como Kiryat Ye’arim, han revelado estructuras del período del Segundo Templo con menorás grabadas, pero datan de antes del 70 d.C. En contraste, el capitel de Motza es un raro ejemplo de iconografía judía en un asentamiento romano posterior a las revueltas. La AAI planea exhibir el capitel en un museo de Jerusalén, junto con otros artefactos romanos y bizantinos de la región.
El descubrimiento se suma a los hallazgos de la Carretera 1, donde en 2016 se encontró una villa romana con mosaicos y prensas de vino. Estos sitios confirman la riqueza arqueológica de la zona oeste de Jerusalén, un área clave para entender la transición entre los períodos romano y bizantino en Judea. La AAI continúa excavaciones en Motza para documentar más estructuras antes de futuras obras de infraestructura.