Empresas israelíes como IDE Technologies producen agua potable con sistemas eficientes, cubriendo el 80% de la demanda doméstica.
Tecnología israelí en desalinización transforma la gestión hídrica
Israel abastece más del 80% de su agua doméstica mediante desalinización, liderada por empresas como IDE Technologies. La tecnología de ósmosis inversa elimina sal e impurezas del agua de mar, produciendo agua potable de alta calidad. En la planta de Sorek, la mayor del mundo, se procesan 624,000 metros cúbicos diarios, equivalente al 20% del consumo doméstico del país. Esta capacidad responde a la escasez hídrica, un desafío ambiental crítico en regiones áridas. Los sistemas israelíes integran membranas de alta eficiencia y dispositivos de recuperación de energía, reduciendo el consumo energético hasta en un 30% frente a tecnologías tradicionales.
La desalinización en Israel comenzó en los años 1960 con procesos térmicos como la destilación por flash multietapa, pero estos eran costosos y energéticamente intensivos. La adopción de la ósmosis inversa en las décadas siguientes marcó un cambio significativo. Sidney Loeb, científico israelí, desarrolló en la Universidad Ben-Gurion las bases de esta tecnología, que utiliza membranas semipermeables para filtrar sales bajo alta presión. Desde entonces, plantas como Ashkelon (2005), Palmachim (2007), Hadera (2009), Sorek (2013) y Ashdod (2015) han incrementado la producción a 595 millones de metros cúbicos anuales, según datos del Ministerio de Finanzas de Israel.
El impacto ambiental de la desalinización ha sido un foco de innovación. IDE Technologies implementa procesos sin químicos en Sorek, utilizando filtros biológicos para eliminar bacterias y sedimentos. Esto reduce la contaminación por residuos químicos en el mar Mediterráneo. La gestión de salmuera, un subproducto concentrado, cumple con regulaciones estrictas del Ministerio de Protección Ambiental. Estudios de Nurit Kress (2019) confirman que la calidad del efluente en plantas como Sorek y Hadera no daña los ecosistemas marinos, manteniendo el impacto ecológico mínimo.
La eficiencia energética es otro logro clave. En los 1970, la ósmosis inversa consumía 20 kWh/m³. Hoy, gracias a mejoras en membranas y sistemas de recuperación como los dispositivos isobáricos, el consumo se redujo a 2-5 kWh/m³, según ScienceDirect. IDE Technologies produce agua a un costo de 0.55 USD/m³ en Sorek, competitivo con el tratamiento de agua convencional. Esto ha permitido a Israel revertir su crisis hídrica, pasando de una sequía severa en 2008 a un superávit hídrico en 2016, según Scientific American.

Datos clave sobre la desalinización en Israel
- Producción anual: 595 millones de metros cúbicos de agua desalinizada.
- Consumo energético: 2-5 kWh/m³, un 75% menos que en los 1970.
- Plantas principales: Sorek, Hadera, Ashkelon, Palmachim, Ashdod.
- Costo por metro cúbico: 0.55 USD en la planta de Sorek.
- Impacto ambiental: Efluentes cumplen regulaciones, sin daño marino.
Innovaciones en ósmosis inversa fortalecen la sostenibilidad
Las innovaciones en ósmosis inversa han posicionado a Israel como líder global en gestión hídrica. La planta de Sorek, operada por IDE Technologies, emplea membranas de alta permeabilidad que minimizan la presión requerida, reduciendo costos operativos. Además, los sistemas de recuperación de energía reutilizan hasta el 98% de la energía empleada en el proceso, según IDE Tech. Estas mejoras han hecho que la desalinización sea viable incluso en regiones con altos costos energéticos.
La tecnología israelí también aborda el problema del ensuciamiento de membranas, un desafío común en la ósmosis inversa. IDE Technologies desarrolló sistemas de limpieza por ósmosis directa (DOC) que eliminan la necesidad de detergentes químicos. En Sorek, filtros de piedra de lava porosa capturan microorganismos antes de que obstruyan las membranas, según Scientific American. Estas soluciones prolongan la vida útil de las membranas y reducen los costos de mantenimiento.
Israel exporta su experiencia en desalinización a países como India, China y Estados Unidos. La planta de Carlsbad en California, construida por IDE Technologies, produce 190,000 metros cúbicos diarios, abasteciendo a 400,000 personas. En India, la planta de Gujarat apoya a la mayor refinería de petróleo del país. Estas iniciativas demuestran la escalabilidad de la tecnología israelí, adaptada a diversas condiciones geográficas y económicas, según The Times of Israel.
El modelo israelí combina tecnología con políticas públicas efectivas. El gobierno, a través de Mekorot, la empresa nacional de agua, coordina la distribución de agua desalinizada a 57 municipios. En 2018, Israel actualizó su plan de desalinización para producir 1.1 mil millones de metros cúbicos para 2030, según ISRAEL21c. Este enfoque ha reducido el consumo per cápita de agua natural de 504 millones de metros cúbicos en 1967 a 98 millones en 2015.
Desalinización como solución global a la escasez hídrica
La desalinización aborda un problema global: 700 millones de personas enfrentan escasez de agua, un número que podría alcanzar los 1.8 mil millones en 2035, según la ONU. En Israel, la tecnología de ósmosis inversa ha permitido independizarse de fuentes naturales como el Mar de Galilea, que en 2008 estuvo al borde del colapso. La capacidad de producir agua potable de alta calidad, incluso en sequías prolongadas, ha convertido a Israel en un referente, según NoCamels.
Las plantas israelíes operan bajo estrictos estándares de calidad. El agua desalinizada cumple con las normas del Ministerio de Salud, con niveles de sólidos disueltos inferiores a 1000 mg/L, según la OMS. En Sorek, se reincorporan minerales esenciales post-tratamiento para garantizar su potabilidad. Además, la automatización avanzada permite operar con mínimos recursos humanos, reduciendo costos operativos, según IDE Tech.
La sostenibilidad energética es un área de mejora continua. Aunque las plantas israelíes son de las más eficientes, consumen 3.7% de la electricidad nacional, según MDPI. Proyectos piloto integran energía solar para reducir la dependencia de combustibles fósiles. Sin embargo, los ingenieros gubernamentales estiman que avances significativos en eficiencia energética serán limitados en el futuro cercano, según MDPI.
La experiencia de Israel ofrece lecciones para regiones áridas. Países como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que producen 55% de la salmuera global, enfrentan desafíos ambientales mayores debido a la menor regulación, según ScienceDirect. En contraste, el modelo israelí prioriza la gestión ambiental, demostrando que la desalinización puede coexistir con la preservación ecológica.