Investigadores israelíes identifican mutación genética que frena la degeneración de motoneuronas en la ELA, abriendo nuevas vías para terapias génicas.
Descubrimiento israelí en la lucha contra la ELA
Un equipo de investigadores del Hospital Universitario Hadassah en Jerusalén, en colaboración con instituciones internacionales, identificó una mutación genética que protege contra la progresión de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El hallazgo, publicado en 2022, revela que esta mutación reduce la degeneración de las motoneuronas, las células nerviosas responsables del movimiento voluntario, cuya pérdida caracteriza a esta enfermedad neurodegenerativa. La investigación, liderada por científicos israelíes, analizó el ADN de pacientes con formas hereditarias de la ELA y encontró que la mutación, localizada en un gen específico, disminuye la toxicidad celular asociada con la enfermedad.
El estudio se centró en familias con antecedentes de ELA familiar, que representa aproximadamente el 10% de los casos de la enfermedad. Los investigadores compararon secuencias genéticas de pacientes afectados con las de individuos sanos dentro de las mismas familias. Los resultados mostraron que la mutación actúa como un modulador, reduciendo la acumulación de proteínas tóxicas que dañan las motoneuronas. Este descubrimiento, respaldado por pruebas de laboratorio en modelos celulares, sugiere que la mutación podría estabilizar las funciones neuronales, ofreciendo una resistencia parcial a la progresión de la ELA.
La investigación israelí se llevó a cabo en el Centro de Investigación de Células Madre del Hospital Hadassah, en colaboración con expertos de la Universidad de Tel Aviv y centros de investigación en Estados Unidos y Europa. Los científicos utilizaron tecnologías de secuenciación de última generación para identificar la mutación, que afecta un gen aún bajo estudio para determinar su función exacta. Aunque los detalles del gen no se han divulgado completamente por motivos de propiedad intelectual, los investigadores confirmaron que su impacto se centra en la regulación de procesos celulares clave, como la gestión del estrés oxidativo y la reparación del ADN.
Los ensayos preliminares en modelos animales mostraron que la introducción de esta mutación mediante técnicas de edición genética redujo los síntomas motores en ratones con ELA inducida. Los investigadores planean avanzar hacia ensayos clínicos en humanos para evaluar la viabilidad de terapias génicas basadas en este hallazgo. El equipo israelí destacó que el descubrimiento no solo ofrece esperanza para pacientes con ELA familiar, sino que también podría aplicarse a casos esporádicos, que constituyen el 90% de los diagnósticos de la enfermedad.

Datos clave sobre la mutación protectora contra la ELA
- La mutación fue identificada en el Hospital Hadassah en Jerusalén en 2022.
- Reduce la degeneración de motoneuronas al mitigar la toxicidad celular.
- Se encontró en familias con ELA hereditaria, que representa el 10% de los casos.
- Ensayos en modelos animales mostraron mejoras en la función motora.
- El descubrimiento impulsa el desarrollo de terapias génicas para la ELA.
Colaboración internacional y avances en terapias génicas
El equipo del Hospital Hadassah trabajó con investigadores de la Universidad de California y el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, quienes aportaron datos genéticos de cohortes más amplias. Esta colaboración permitió validar los hallazgos en poblaciones diversas, confirmando que la mutación protectora no se limita a un grupo étnico específico. Los científicos utilizaron técnicas de CRISPR-Cas9 para replicar la mutación en modelos celulares y animales, observando una reducción significativa en la muerte neuronal en comparación con los controles no modificados.
El descubrimiento se suma a esfuerzos previos en Israel para combatir la ELA. En 2013, científicos de la Universidad de Tel Aviv, en colaboración con la empresa Brainstorm Cell Therapeutics, desarrollaron una técnica basada en células madre que frenó la progresión de la enfermedad en algunos pacientes. Este antecedente, combinado con la nueva mutación protectora, posiciona a Israel como un líder en la investigación de tratamientos para la ELA. Los investigadores subrayaron que, aunque la mutación no cura la enfermedad, su capacidad para ralentizar la degeneración abre nuevas posibilidades para terapias personalizadas.
La ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, afecta a las neuronas motoras en el cerebro y la médula espinal, provocando debilidad muscular progresiva y, en última instancia, insuficiencia respiratoria. La enfermedad tiene una incidencia global de aproximadamente 7 por cada 100,000 personas, con una esperanza de vida promedio de 2 a 5 años tras el diagnóstico. En Israel, se estima que unas 600 personas viven con la enfermedad, y los esfuerzos de investigación se han intensificado en los últimos años gracias a la financiación de instituciones públicas y privadas.
Los científicos israelíes planean iniciar ensayos clínicos en 2026 para probar terapias génicas basadas en la mutación protectora. Estos ensayos buscarán introducir la mutación en pacientes con ELA familiar mediante vectores virales, una técnica ya probada en otras enfermedades genéticas. Los investigadores también exploran cómo la mutación podría aplicarse a casos esporádicos, donde las causas genéticas son menos claras pero podrían beneficiarse de enfoques similares.
Contexto global de la investigación genética en la ELA
La identificación de la mutación protectora se alinea con otros avances recientes en la genética de la ELA. En 2024, investigadores del Instituto Sant Pau en España descubrieron un nuevo gen, ARPP21, asociado con la enfermedad, lo que subraya la importancia de estudiar poblaciones específicas para identificar factores genéticos. En Europa, la mutación en el gen C9ORF72, identificada en 2011, sigue siendo la causa genética más común de la ELA familiar, explicando hasta el 33% de estos casos. Sin embargo, el hallazgo israelí destaca por su enfoque en una mutación que no causa la enfermedad, sino que la mitiga.
Otros genes relacionados con la ELA, como SOD1, TARDBP y FUS, representan aproximadamente el 60% de los casos familiares y el 10% de los esporádicos. Estos descubrimientos han impulsado el desarrollo de terapias dirigidas, como el tofersen, aprobado en 2024 por la Agencia Europea de Medicamentos para tratar la ELA asociada a mutaciones en SOD1. El trabajo israelí complementa estos esfuerzos al ofrecer una perspectiva novedosa: en lugar de corregir mutaciones dañinas, los investigadores buscan replicar mutaciones protectoras para frenar la enfermedad.
La investigación en Israel se beneficia de un ecosistema de innovación que combina instituciones académicas, hospitales y empresas biotecnológicas. El Hospital Hadassah y la Universidad de Tel Aviv han liderado proyectos de investigación en enfermedades neurodegenerativas durante décadas, con un enfoque en la traducción de descubrimientos básicos a aplicaciones clínicas. La colaboración con socios internacionales ha permitido a Israel acceder a recursos y datos que amplifican el impacto de sus hallazgos.
El descubrimiento de la mutación protectora marca un hito en la lucha contra la ELA, pero los investigadores advierten que aún quedan desafíos significativos. La complejidad de la enfermedad, que combina factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, requiere un enfoque multidisciplinario. Mientras los ensayos clínicos avanzan, la comunidad científica global observa con interés los progresos de Israel, que podrían transformar el tratamiento de esta devastadora enfermedad.