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Egipto evalúa el caza J-35 chino en maniobras conjuntas

25 de mayo de 2025
J-35

J-35

El jefe de la Fuerza Aérea egipcia expresó interés en el J-35 durante ejercicios con China, señalando un posible cambio en la estrategia de defensa.

Egipto considera el J-35 chino para modernizar su fuerza aérea

Durante los ejercicios aéreos bilaterales Águilas de la Civilización 2025, celebrados en la Base Aérea de Wadi Abu Rish en Egipto, el teniente general Mahmoud Fuad Abdel Gawad, comandante de la Fuerza Aérea egipcia, destacó las capacidades del caza furtivo chino J-35. Según reportes, Abdel Gawad expresó un interés significativo en la aeronave y manifestó su deseo de visitar China para inspeccionar el avión de cerca. Este pronunciamiento, realizado en el contexto de maniobras conjuntas con la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación china, marca un posible punto de inflexión en la estrategia de adquisiciones militares de El Cairo.

El J-35, un caza de quinta generación desarrollado por Chengdu Aerospace Corporation, es una plataforma furtiva diseñada para competir con aviones como el F-35 estadounidense y el Su-57 ruso. Con capacidades avanzadas de sigilo, sensores integrados y armamento de precisión, el J-35 ha atraído la atención de varias naciones que buscan modernizar sus flotas aéreas. La participación del J-35 en los ejercicios en Egipto, junto con el caza J-10C, permitió a los oficiales egipcios evaluar su rendimiento en escenarios operativos reales.

La Fuerza Aérea egipcia opera actualmente una flota diversa que incluye cazas Rafale franceses, MiG-29 y Su-35 rusos, así como F-16 estadounidenses. Sin embargo, la búsqueda de nuevas plataformas refleja el interés de Egipto por diversificar sus proveedores de defensa y reducir la dependencia de socios tradicionales como Estados Unidos y Francia. La posible adquisición del J-35 podría fortalecer los lazos estratégicos con China, un socio comercial y militar en crecimiento para Egipto.

Los ejercicios Águilas de la Civilización 2025 incluyeron simulaciones de combate aéreo, misiones de ataque a tierra y operaciones de reabastecimiento en vuelo. Estas maniobras ofrecieron una plataforma para que China promocionara el J-35, especialmente ante la presencia de delegaciones militares de alto nivel. Fuentes de defensa indican que Egipto busca incorporar cazas de quinta generación para contrarrestar las capacidades aéreas avanzadas de potencias regionales como Israel y Turquía, que operan o planean adquirir aviones furtivos.

J-35A
J-35A

Detalles clave sobre el interés de Egipto en el J-35

  • El J-35 es un caza bimotor con diseño furtivo, optimizado para superioridad aérea y ataque de precisión.
  • Egipto ya adquirió 46 cazas MiG-29 y 24 Rafale, pero busca plataformas de quinta generación.
  • China ha incrementado su presencia en el mercado de defensa africano, con exportaciones a países como Nigeria y Sudán.
  • El costo estimado del J-35 es significativamente menor que el del F-35, lo que lo hace atractivo para economías emergentes.
  • La visita potencial de Abdel Gawad a China podría incluir negociaciones sobre transferencia tecnológica.

Contexto estratégico de las adquisiciones militares egipcias

La declaración de Abdel Gawad se produce en un momento en que Egipto enfrenta desafíos estratégicos en la región del Medio Oriente y el Cuerno de África. La modernización de la Fuerza Aérea es una prioridad para mantener la superioridad militar en un entorno donde países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Israel han invertido en capacidades aéreas avanzadas. La flota actual de Egipto, aunque robusta, incluye aeronaves de generaciones anteriores que podrían quedar obsoletas frente a plataformas furtivas.

China ha intensificado su influencia en África y Medio Oriente a través de acuerdos de defensa y proyectos de infraestructura. En el caso de Egipto, la relación bilateral se ha fortalecido con inversiones en el canal de Suez y la venta de drones armados como el Wing Loong II. La promoción del J-35 en El Cairo, reportada por medios como Defense News, refuerza la estrategia de Pekín para competir con potencias occidentales en el mercado global de armamento.

El interés en el J-35 también responde a consideraciones económicas. El caza chino se presenta como una alternativa más asequible frente a los costosos programas occidentales. Por ejemplo, el precio unitario del F-35 supera los 100 millones de dólares, mientras que estimaciones sugieren que el J-35 podría costar entre 50 y 70 millones de dólares por unidad, según datos de Janes Defence Weekly. Esta diferencia de costos es crucial para Egipto, cuya economía enfrenta presiones por la inflación y la deuda externa.

Además, China ha demostrado flexibilidad en sus acuerdos de defensa, ofreciendo paquetes que incluyen mantenimiento, entrenamiento y, en algunos casos, transferencia de tecnología. Esto contrasta con las restricciones impuestas por proveedores occidentales, como las aprobaciones del Congreso de Estados Unidos para la venta de armas avanzadas. La posible adquisición del J-35 podría incluir acuerdos para ensamblaje local, un modelo que Egipto ha explorado con otros socios.

Implicaciones regionales y globales del interés egipcio

Posible operación furtiva israelí en Teherán con F-35I Adir
F-35I Adir de Israel

El acercamiento de Egipto a China en materia de defensa tiene implicaciones para el equilibrio de poder en el Medio Oriente. Una Fuerza Aérea egipcia equipada con cazas furtivos chinos podría alterar la dinámica con vecinos como Israel, que opera el F-35I Adir, y Turquía, que desarrolla su propio caza de quinta generación, el TF-X. Aunque Egipto e Israel mantienen un tratado de paz, la modernización militar de El Cairo es vista como una medida para preservar la paridad estratégica.

Por otro lado, la diversificación de proveedores refleja la política exterior de Egipto bajo el presidente Abdel Fattah al-Sisi, quien ha buscado equilibrar las relaciones con Estados Unidos, Rusia, Francia y socios emergentes como China. Esta estrategia permite a Egipto negociar mejores términos en acuerdos de defensa y evitar depender de un solo proveedor. En 2024, Egipto firmó un contrato de 300 millones de dólares con Francia para modernizar sus cazas Rafale, lo que indica que El Cairo no planea abandonar a sus socios tradicionales, sino complementar sus capacidades.

China, por su parte, ve en Egipto un mercado clave para expandir su influencia en África y el mundo árabe. La demanda estimada de la Fuerza Aérea china para el J-35 supera las 1.000 unidades, y su Armada requiere más de 100 cazas navales, según posts en X. Sin embargo, la capacidad de producción de Chengdu Aerospace podría priorizar exportaciones a aliados estratégicos como Egipto, especialmente si se concretan acuerdos de coproducción.

El interés de Abdel Gawad en el J-35 no garantiza una adquisición inmediata, pero señala una apertura hacia China como socio de defensa de largo plazo. Las negociaciones futuras dependerán de factores como el financiamiento, la interoperabilidad con la flota existente y las presiones diplomáticas de socios occidentales. Mientras tanto, los ejercicios Águilas de la Civilización 2025 han consolidado la cooperación militar entre El Cairo y Pekín, sentando las bases para una relación más profunda en el ámbito de la defensa.

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