Israel y EE. UU. inician distribución de ayuda en Gaza para aliviar hambre, mientras ataques aéreos contra Hamás matan a 46, según el grupo terrorista.
Inicio de la Fundación Humanitaria de Gaza en medio de ofensiva
Israel comenzó el lunes 26 de mayo la distribución de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza a través de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un mecanismo respaldado por Israel y Estados Unidos para aliviar el hambre en el enclave. La oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó que el sistema, diseñado para evitar que la ayuda sea desviada por el grupo terrorista Hamás, inició operaciones con la meta de alcanzar a un millón de palestinos, casi la mitad de la población de Gaza, para finales de semana. La iniciativa se lanzó en paralelo a una intensificada ofensiva militar israelí, conocida como “Carros de Gedeón”, que busca derrotar a Hamás, liberar a 58 rehenes y retomar el control de seguridad del territorio.
La GHF anunció que abriría el primero de varios puntos de distribución en el sur de Gaza, operados por contratistas de seguridad privados estadounidenses. Estos sitios permitirán a representantes de familias preseleccionadas recoger cajas de alimentos. Sin embargo, la iniciativa enfrenta críticas de organizaciones humanitarias y la ONU, que argumentan que no satisface las necesidades locales, podría generar más desplazamientos y viola principios humanitarios al ser controlada por una parte beligerante. La renuncia del director ejecutivo de GHF, Jake Wood, el mismo lunes, destacó estas tensiones, al citar la imposibilidad de adherirse a principios de neutralidad e independencia.
En los últimos dos días, la Fuerza Aérea de Israel ejecutó más de 200 ataques en Gaza, dirigidos contra operativos terroristas, depósitos de armas, túneles y centros de mando de Hamás y la Yihad Islámica Palestina. Uno de los objetivos fue la escuela Al-Jarjawi en la ciudad de Gaza, convertida en refugio, pero utilizada, según Israel, como centro de comando terrorista. Las autoridades controladas por Hamás reportaron al menos 46 muertes en estos ataques, incluyendo 31 en la escuela, sin aclarar si eran civiles o combatientes. Israel afirmó haber empleado medidas, como munición de precisión y vigilancia aérea, para minimizar daños a civiles, responsabilizando a Hamás por operar en áreas pobladas.
El contexto de la ofensiva militar es crítico. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desplegaron cinco divisiones, decenas de miles de soldados, y planean ocupar el 75 por ciento de Gaza en dos meses. En el norte, un ataque destruyó un edificio usado por la fuerza de élite Nukhba de Hamás. En el sur, las tropas atacaron depósitos de armas y puestos de observación. Además, tres proyectiles lanzados desde Gaza hacia Israel fueron neutralizados, dos cayeron en el enclave y uno fue interceptado por defensas aéreas.
Datos clave sobre la ayuda y la ofensiva en Gaza
- Población objetivo: La GHF planea llegar a un millón de palestinos para fines de semana, escalando a toda la población en semanas posteriores.
- Operaciones militares: Más de 200 ataques aéreos en 48 horas, dirigidos contra infraestructura y operativos de Hamás y Yihad Islámica.
- Rehenes: Hamás retiene a 58 rehenes, de los cuales Israel estima que más de la mitad están muertos.
- Seguridad de distribución: Contratistas privados estadounidenses operan los puntos de distribución en el sur de Gaza.
- Antecedente: La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, con 1.200 muertos y 251 secuestrados por Hamás.
Contexto de la crisis humanitaria y respuesta internacional
La reactivación de la ayuda humanitaria se produce tras un bloqueo iniciado por Israel en marzo, tras el colapso de un alto el fuego de dos meses que permitió el ingreso de alimentos y suministros. La semana pasada, Israel autorizó nuevamente el flujo de asistencia, coincidiendo con el lanzamiento de la ofensiva “Carros de Gedeón”. Expertos han advertido sobre un riesgo inminente de hambruna en Gaza, y hasta Estados Unidos, aliado clave de Israel, expresó preocupación por la crisis alimentaria. La GHF defendió su plan, afirmando que “soluciones nuevas y creativas” son necesarias frente a las críticas, y aseguró que sus camiones estaban listos para distribuir ayuda desde el lunes.
La creación de la GHF a principios de 2025 respondió a las acusaciones de Israel de que Hamás desvía ayuda humanitaria para financiar operaciones, acumular suministros y venderlos. Aunque la fundación es una entidad estadounidense, su establecimiento se coordinó estrechamente con las autoridades israelíes. Antes de su renuncia, Jake Wood, exinfante de marina, había negociado con Israel para expandir los sitios de distribución y mantener los canales de ayuda existentes hasta que la GHF estuviera plenamente operativa. Sin embargo, la negativa de la ONU y grupos humanitarios a colaborar subraya las divisiones sobre la legitimidad del mecanismo.
En el terreno, los combates se intensificaron. Las FDI reportaron ataques con drones contra operativos de Hamás en edificios cercanos a sus fuerzas y la destrucción de infraestructura clave, como pozos de túneles y posiciones antitanque. En el ataque a la escuela Al-Jarjawi, el ejército afirmó que los blancos eran “terroristas clave” que planeaban ataques contra civiles y tropas israelíes. Funcionarios de salud en Gaza, como Fahmy Awad, describieron múltiples impactos en la escuela durante la noche, que provocaron incendios y dejaron pertenencias carbonizadas. El hospital Shifa reportó 15 muertes en un ataque a una vivienda, aunque no se confirmó oficialmente.
La guerra, que comenzó con la invasión de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, dejó 1.200 muertos, principalmente civiles, y 251 secuestrados. A 600 días de la guerra, la situación en Gaza sigue marcada por la devastación, con Israel manteniendo una estrategia dual de presión militar y esfuerzos humanitarios para estabilizar el enclave mientras enfrenta a Hamás.
Estrategia militar y desafíos de la ayuda en Gaza
La ofensiva “Carros de Gedeón” representa un cambio significativo en la estrategia de Israel, con un enfoque en ocupar grandes porciones de Gaza para desmantelar la infraestructura de Hamás. El ejército planea una maniobra terrestre a gran escala tras los intensos bombardeos aéreos, que han destruido centros de mando, arsenales y redes de túneles. Las FDI destacaron la eliminación de operativos de la unidad Nukhba y otros líderes terroristas, mientras mantienen que los ataques se ejecutan con precisión para evitar bajas civiles, aunque las cifras de víctimas reportadas por Hamás generan debate.
Paralelamente, la GHF enfrenta el desafío de implementar un sistema de distribución en un entorno de guerra activa. La seguridad de los puntos de distribución, a cargo de contratistas estadounidenses, es un componente crítico, dado el historial de Hamás de interferir con la ayuda. La fundación planea expandir rápidamente sus operaciones, pero la salida de Jake Wood y la falta de apoyo de la ONU complican su legitimidad y eficacia. Israel, por su parte, no ha emitido comentarios adicionales a través del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios, que supervisa la logística de la ayuda.
La guerra sigue generando repercusiones internacionales. La presión de Estados Unidos y otros actores por abordar la crisis humanitaria ha llevado a Israel a flexibilizar las restricciones de ayuda, pero la prioridad militar sigue siendo clara. Las FDI continúan atacando objetivos estratégicos, como depósitos de armas y centros de inteligencia de Hamás, mientras neutralizan amenazas como los proyectiles lanzados desde Gaza. La interceptación de uno de estos el lunes evitó daños en Israel, pero subraya la persistencia de la amenaza.
La combinación de operaciones militares y esfuerzos humanitarios refleja el enfoque de Israel para equilibrar la seguridad y la estabilización de Gaza. A medida que la ofensiva avanza y la GHF busca consolidarse, el panorama en el enclave permanece complejo, con la población atrapada entre la guerra y la necesidad urgente de asistencia.