Un sorpresivo ataque israelí contra instalaciones nucleares iraníes marcó un giro inesperado en las tensiones regionales, según informó The New York Times el sábado. Aunque Irán conocía los preparativos de Israel para una posible ofensiva, Teherán no anticipó que Jerusalén actuaría mientras las negociaciones nucleares con Estados Unidos seguían en curso, lo que garantizó el éxito de la operación lanzada el viernes por la mañana.
Fuentes cercanas al liderazgo iraní revelaron que Teherán asumió que no habría ataques antes de la sexta ronda de diálogos con Estados Unidos, prevista para el 15 de junio en Omán. Tras el bombardeo, la continuidad de estas conversaciones permanece incierta, y las autoridades iraníes sugirieron que probablemente se cancelarán. Los líderes de Irán creyeron que las advertencias sobre una amenaza israelí inmediata eran mera propaganda para forzar concesiones en las negociaciones sobre su programa nuclear.
La confianza excesiva de Irán resultó costosa, según funcionarios citados por The Times. Altos mandos militares no tomaron precauciones como trasladarse a refugios seguros, lo que permitió a Israel eliminar a figuras clave, entre ellas Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, y Mohammad Hossein Bagheri, líder de las Fuerzas Armadas. En otro error crítico, el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de las Fuerzas Aeroespaciales de la Guardia Revolucionaria, convocó a sus principales oficiales a una reunión de emergencia, pero un bombardeo israelí acabó con ellos.
Mensajes privados entre altos funcionarios iraníes, divulgados por The Times, reflejan su frustración y desconcierto. “¿Dónde está nuestra defensa antiaérea?”, cuestionó uno. Otro expresó indignación: “¿Cómo puede Israel atacar lo que quiera, matar a nuestros comandantes y no logramos detenerlo?”. Estas comunicaciones evidencian fallos en la inteligencia y defensa iraníes, que no previeron la magnitud ni el impacto de la ofensiva.
Hamid Hosseini, miembro del comité de energía de la Cámara de Comercio de Irán, declaró a The Times: “El ataque de Israel tomó por sorpresa a los líderes, especialmente el asesinato de figuras militares y científicos nucleares”. Además, destacó la vulnerabilidad de las defensas antiaéreas iraníes y la capacidad de Israel para atacar sitios críticos sin resistencia. Hosseini subrayó que la infiltración israelí en el aparato militar y de seguridad de Irán dejó a los funcionarios en estado de conmoción.
Tras los ataques, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, encabezó discusiones para definir una respuesta, según dos funcionarios iraníes. Jamenei expresó su deseo de vengarse de Israel, pero instó a evitar acciones precipitadas. Sin embargo, surgieron desacuerdos sobre cómo responder y si Irán podría sostener un conflicto prolongado, especialmente ante la posibilidad de una intervención estadounidense y los daños sufridos en sus sistemas de misiles y defensas.
Un funcionario presente en las discusiones advirtió que un ataque israelí contra la infraestructura energética o hídrica podría desatar disturbios internos. Otro miembro de la Guardia Revolucionaria, informado sobre la reunión, señaló que Jamenei enfrenta un dilema: una guerra total podría acabar con su régimen, mientras que no responder se interpretaría como una derrota tanto dentro como fuera de Irán.
Ali Vaez, director de proyectos de Irán en el International Crisis Group, comentó a The Times: “Jamenei no tiene opciones fáciles. Si intensifica, arriesga un ataque israelí más devastador con posible apoyo estadounidense. Si no actúa, podría debilitar su régimen o perder el poder”. La ofensiva israelí apuntó a instalaciones nucleares, infraestructura de misiles balísticos, defensas antiaéreas y altos cargos de seguridad iraníes.
En respuesta, Irán lanzó varias oleadas de misiles balísticos contra Israel, que causaron daños a edificios y la muerte de tres personas. Israel justificó su ataque como una medida para impedir que Irán desarrolle un arma nuclear. Teherán, por su parte, niega tener intenciones de fabricar armamento nuclear, aunque ha enriquecido uranio a niveles incompatibles con usos pacíficos y ha reiterado su objetivo de destruir a Israel.