Aviones de combate de la Fuerza Aérea Israelí, dirigidos por la Dirección de Inteligencia, bombardearon un centro de fabricación de misiles antitanque de origen iraní. Estos proyectiles, producidos en Irán, llegaron a manos de grupos aliados del régimen iraní a través de países intermediarios, con el propósito de ejecutar ataques terroristas contra Israel.
En los últimos años, el régimen iraní suministró cientos de misiles a Hezbolá, organización terrorista que los ha empleado contra Israel. Desde el inicio de la guerra actual, Hezbolá disparó numerosos misiles antitanque que causaron heridas y muertes a civiles y militares israelíes.
Durante décadas, Irán ha proporcionado armamento a grupos terroristas que operan en los alrededores de Israel, como Hamás, Hezbolá, la Yihad Islámica Palestina y los hutíes. En el transcurso de la guerra, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) infligieron daños significativos a estas organizaciones.
Las FDI mantienen operaciones continuas contra instalaciones de producción de misiles ubicadas en territorio iraní.