Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron el lunes que sus unidades ejecutaron una operación nocturna en el sur de Siria, donde capturaron a una célula de operativos que actuaban bajo órdenes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. La acción se desarrolló en la zona de Kwdana, cercana a la frontera, donde se ubica un puesto militar israelí.
Durante la incursión, participaron reservistas de la Brigada Alexandroni junto con interrogadores de campo de la Unidad 504, adscrita a la Dirección de Inteligencia Militar. La célula fue detenida tras un operativo conjunto que permitió identificar su actividad como subordinada a los intereses militares iraníes en la región.
Fuentes del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, informaron que fuerzas israelíes irrumpieron en una localidad rural del área de Quneitra durante la madrugada. Según el reporte, las tropas efectuaron registros en varios domicilios y detuvieron a dos hermanos que presuntamente formaban parte de la célula.
Cinco días antes, el ejército israelí ya había informado sobre una operación similar, donde sus tropas capturaron a miembros de otra célula terrorista respaldada por Irán en el sur sirio y decomisaron armamento. Estas acciones forman parte de una estrategia persistente para impedir la consolidación de infraestructura armada iraní o de sus aliados en territorio sirio.
Desde la fragmentación del régimen de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo múltiples ataques aéreos y terrestres en Siria con el objetivo de neutralizar capacidades militares que podrían quedar en manos de grupos islamistas hostiles. A su vez, ha posicionado fuerzas en el lado sirio de la zona desmilitarizada del Golán, establecida tras el acuerdo de separación de 1974.
La Organización de las Naciones Unidas considera esta presencia militar israelí como una violación del tratado, aunque Israel ha argumentado que el acuerdo perdió validez porque una de las partes ya no mantiene el control necesario para hacerlo cumplir. De acuerdo con esta posición, el despliegue responde a una necesidad defensiva frente al vacío de poder y la amenaza de fuerzas hostiles.
El 12 de junio, las autoridades sirias denunciaron que el ejército israelí mató a un civil y detuvo a siete personas durante otra incursión nocturna. Por su parte, las FDI confirmaron la detención de operativos vinculados al grupo terrorista Hamás, sin precisar mayores detalles.
Israel ha expresado interés en alcanzar acuerdos de normalización con Siria y con el Líbano, aunque ha dejado claro que los Altos del Golán, capturados durante la guerra de 1967 y posteriormente anexados, seguirán bajo soberanía israelí incluso si se formaliza un tratado de paz.
Un alto funcionario del gobierno israelí reveló la semana pasada que ambas partes mantienen “conversaciones avanzadas” para resolver la guerra formal y definir una nueva administración sobre la zona de amortiguamiento. Según el funcionario, los contactos giran en torno a aspectos de seguridad, aunque evitó proyectar una fecha concreta para un posible acuerdo definitivo.
Israel y Siria arrastran décadas de hostilidad, que incluyen combates directos desde la Guerra de Independencia de 1948 hasta la Primera Guerra del Líbano en 1982. La situación actual refleja una dinámica inestable en la frontera, marcada por enfrentamientos intermitentes y operaciones preventivas.