La familia de Daniel Edri, un reservista del ejército israelí que se suicidó el sábado por la madrugada tras padecer un trastorno de estrés postraumático relacionado con su servicio, exige que se le reconozca como soldado caído y se le conceda un entierro militar.
Durante los últimos meses, Daniel mostró signos persistentes de trauma psicológico tras su participación en operativos militares en la Franja de Gaza y en el Líbano. Su familia declaró que había solicitado al ejército ser reconocido como enfermo de trastorno de estrés postraumático, pero que el proceso seguía sin resolverse al momento de su muerte.
Las Fuerzas de Defensa de Israel aclararon que los funerales militares se reservan exclusivamente para soldados que mueren mientras prestan servicio activo, ya sea en el ejército regular o en la reserva. Según el ejército, Daniel no se encontraba en situación de reserva en el momento de su Muerte, por lo que no cumple con los requisitos legales para ser reconocido como soldado caído.
Su madre, Sigal Edri, relató al medio Ynet que su hijo le describía alucinaciones vívidas relacionadas con cuerpos calcinados y que en varias ocasiones se despertaba sobresaltado en mitad de la noche, convencido de estar en un escenario de combate. Según ella, Daniel manifestó en distintas ocasiones su intención de quitarse la vida, debido a que no quería seguir viviendo con el peso del trauma.
Sigal manifestó que la familia desea que Daniel sea sepultado en un cementerio militar. “Perdió su alma en el servicio militar y murió debido a su servicio militar”, expresó. “Si no pudieron salvarle la vida, no deben profanar su cuerpo y su alma dos veces”.
Durante el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 en el festival de música Nova, dos amigos cercanos de Daniel fueron asesinados. Ese atentado provocó la muerte de 1.200 personas y desató la actual guerra en Gaza. Luego del ataque, Daniel fue convocado al servicio de reserva como conductor para transportar suministros a las tropas desplegadas en la Franja, además de participar en la recuperación de cuerpos.
Con el inicio de los ataques de Hezbolá desde el Líbano, en apoyo a la ofensiva de Gaza, Daniel fue nuevamente asignado al frente. Su madre declaró que, en ambas campañas, estuvo expuesto a escenas extremadamente violentas. Durante su período de servicio, que se extendió por aproximadamente 18 meses, Daniel comenzó a mostrar síntomas evidentes de deterioro mental.
En dos licencias que recibió, según el relato de su familia, rompió objetos personales, incluidos instrumentos musicales, y se golpeó contra las paredes hasta sangrar. Tras finalizar su servicio, continuó mostrando secuelas graves, que lo llevaron a solicitar asistencia del Ministerio de Defensa. Aunque dicha entidad ofrece tratamiento especializado para veteranos con trastorno de estrés postraumático, la madre afirmó que el proceso de evaluación es prolongado y no se resolvió a tiempo.
En los días previos a su muerte, Daniel volvió a hablar abiertamente sobre el suicidio. Según su madre, ya había intentado quitarse la vida en una ocasión anterior. Estaba previsto que el domingo ingresara a un retiro de rehabilitación, pero no llegó a hacerlo.
Daniel fue hallado muerto dentro de un vehículo incendiado en un bosque cercano a Safed. Las autoridades confirmaron su Muerte en el lugar. “Ya entregó su alma, ¿por qué esperaron hasta que entregó su cuerpo?”, se lamentó Sigal ante el medio Ynet.
A Daniel le sobreviven su madre, dos hermanos y una hermana. Su padre murió cuando él y sus hermanos eran aún niños. En sus últimos mensajes, envió a su madre las palabras: “Te perdono, lo siento”, y a sus hermanos les escribió: “Acuérdense de mí para bien”. Uno de ellos intentó llamarlo tras recibir el mensaje y alcanzó a oír sus últimos suspiros, relató Sigal.
El ministerio de Defensa señaló que en febrero ya había determinado que Daniel sufría problemas de salud mental y que se le ofrecieron diversos tratamientos, aunque indicó que no se presentó a recibirlos. Las Fuerzas de Defensa de Israel reiteraron que, según el marco legal vigente, los soldados caídos son únicamente aquellos que mueren mientras prestan servicio activo.
En junio del año pasado, las FDI hicieron una excepción en el caso de Eliran Mizrahi, un reservista con trastorno de estrés postraumático que también se suicidó. Aunque inicialmente no fue reconocido como soldado caído, una investigación posterior concluyó que él, su comandante y otro soldado se habían reunido días antes en el marco de preparativos operativos posteriores a una citación de servicio. Tras esa constatación, se autorizó su entierro con honores militares.