Benjamin Netanyahu atribuyó una “victoria histórica” a la coordinación entre Israel y Estados Unidos, y en particular a su vínculo directo con el presidente Donald Trump. Antes de compartir una cena oficial en la Casa Blanca, el primer ministro israelí sostuvo que esta alianza generó un resultado “decisivo” frente a la amenaza iraní.
En declaraciones previas al encuentro bilateral, Netanyahu aseguró que la cooperación entre ambos países logró “hacer retroceder los dos tumores que amenazaban la vida de Israel: el tumor nuclear y el tumor de misiles balísticos”. Afirmó que los planes de Irán consistían en fabricar 20.000 misiles y lanzarlos contra un territorio con dimensiones similares a las del estado de Nueva Jersey. “Ningún país puede resistir eso. Entonces, ¿qué haces cuando tienes dos cosas que te van a matar? Hay que eliminarlos con nuestro esfuerzo combinado, [y] lo hicimos”, expresó el primer ministro.
Aunque considera que el peligro fue contenido, Netanyahu advirtió que la amenaza iraní no ha desaparecido por completo. “Pero cuando se extirpa un tumor, eso no significa que no pueda reaparecer. Hay que monitorear constantemente la situación para asegurarse de que no haya ningún intento de traerlo de vuelta”, declaró.
A juicio de Netanyahu, los ataques dirigidos por Washington y Jerusalén transformaron el panorama geopolítico regional. Según su análisis, “cambiaron la cara de Oriente Medio” y generaron las condiciones para avanzar en los procesos de normalización diplomática con países árabes y musulmanes, dentro del marco de los Acuerdos de Abraham.
Interrogado sobre la posibilidad de promover un cambio de régimen en Irán, el primer ministro se limitó a responder: “Depende del pueblo de Irán”. También afirmó que espera que Teherán no intente poner a prueba la capacidad de disuasión de Israel. “Me gustaría creer que Irán no pondría a prueba nuestra fortaleza, porque sería un error”, concluyó.