El F-35, con tres variantes, lidera el mercado global de cazas, pero su alto precio y reportes de fallas afectan su reputación.
F-35 variantes y versatilidad en misiones aéreas
El Lockheed Martin F-35 Lightning II, un caza furtivo de quinta generación, cuenta con tres variantes: F-35A (despegue y aterrizaje convencional), F-35B (despegue corto y aterrizaje vertical) y F-35C (optimizado para portaaviones). Cada versión satisface necesidades específicas de las fuerzas armadas. El F-35A, utilizado por la Fuerza Aérea de EE. UU. y aliados, ofrece capacidades furtivas y maniobrabilidad supersónica. El F-35B, empleado por los Marines y la Marina Real británica, opera en bases improvisadas y portaaviones ligeros. El F-35C, diseñado para la Marina de EE. UU., soporta despegues asistidos por catapulta y aterrizajes con cables de detención. Esta diversidad permite que el F-35 ejecute misiones de superioridad aérea, ataque terrestre, reconocimiento y guerra electrónica.
La versatilidad del F-35 se basa en su diseño multirol y en la capacidad de integrar sistemas avanzados. Sus sensores, como el radar AN/APG-81 y el Sistema de Apertura Distribuida (DAS), proporcionan conciencia situacional superior. El caza puede llevar armamento interno para preservar su furtividad o armamento externo cuando se requiere una carga mayor, con un límite máximo de 22,000 libras. En 2024, el F-35A recibió certificación para transportar bombas nucleares B61-12, lo que amplió su rol en disuasión estratégica. La interoperabilidad entre variantes facilita la logística y el entrenamiento conjunto entre las fuerzas armadas de EE. UU. y aliados.
El programa F-35, que comenzó en 2001 después de la victoria del X-35 sobre el Boeing X-32, reemplaza a cazas como el F-16, F/A-18 y AV-8B Harrier. Hasta junio de 2025, se entregaron más de 1,200 unidades a EE. UU. y 19 naciones aliadas, con más de un millón de horas de vuelo acumuladas. La capacidad del F-35B para operar en entornos austeros, como bases temporales en zonas de conflicto, y del F-35C para operar desde portaaviones de gran escala, refuerza su adaptación a distintos teatros operativos.
En operaciones reales, el F-35 ha mostrado eficacia. En 2024, unidades F-35B a bordo del USS Essex realizaron bombardeos contra posiciones talibanes en Afganistán a través de nubes, con precisión en condiciones adversas. Las variantes participaron en misiones de combate en Oriente Medio y en ejercicios multinacionales que la Marina italiana llevó a cabo en el mar de Filipinas en 2024.
Datos clave sobre la versatilidad del F-35
- F-35A, F-35B y F-35C permiten despegue convencional, vertical y operaciones en portaaviones.
- Capacidad para ejecutar misiones de ataque, reconocimiento y guerra electrónica con un solo diseño.
- Certificación nuclear en 2024 para F-35A, lo que amplió sus roles estratégicos.
- Operado por 20 naciones, con más de 1,200 unidades entregadas hasta 2025.
Mercado global de cazas y dominio del F-35
El F-35 lidera el mercado global de cazas, con más de 3,100 unidades proyectadas para entrega hasta 2035. Nueve naciones, incluidas EE. UU., Reino Unido, Italia y Australia, aportaron $4,375 millones al desarrollo, mientras países como Japón, Israel y Corea del Sur lo adquirieron. Hasta 2025, 655 cazas fueron entregados a socios internacionales. UU., solo detrás del F-16. Su diseño modular y el esquema de producción internacional, con socios como Northrop Grumman y BAE Systems, facilitan su exportación.
La participación en el mercado responde a la estandarización. Las tres variantes comparten un 80% de componentes, lo que reduce los costos de producción y mantenimiento para los operadores. Sin embargo, en 2025, Portugal reconsideró su compra debido a preocupaciones sobre costos y dependencia de EE. UU., aunque finalmente concluyó que el F-35 era la única opción viable para reemplazar sus F-16.
El F-35 compite con cazas como el Eurofighter Typhoon, Dassault Rafale y Sukhoi Su-35. No obstante, su furtividad, sensores avanzados y capacidad nuclear lo distinguen. En 2025, Aviation A2Z clasificó al F-35 como el mejor caza del mundo por su proliferación y desarrollo continuo. Su presencia en 20 naciones y la ausencia de alternativas furtivas de quinta generación refuerzan su dominio, aunque decisiones como la del Reino Unido, que redujo su pedido de 138 a 60-80 F-35B, reflejan sensibilidad a los costos.
La producción alcanzó su capacidad de tasa completa en 2024, después de 23 años de desarrollo. Los lotes 18 y 19, en negociación en 2025, podrían superar los $100 millones por unidad debido a mejoras como el Tech Refresh 3, que incorporó nuevos procesadores y software. La cadena de suministro global, con piezas fabricadas en países como Reino Unido e Italia, garantiza la continuidad del programa, aunque la dependencia de Lockheed Martin genera críticas por monopolio.
Costos del F-35 y problemas de mantenimiento
El precio del F-35 representa su mayor debilidad. El programa, con un costo estimado de $2 billones a lo largo de su vida útil, se considera el más caro de la historia militar. En 2023, los costos de sostenimiento aumentaron un 44%, de 1.1 a 1.58 billones. El costo por hora de vuelo se mantiene elevado, lo que llevó a la Fuerza Aérea y la Marina de EE. UU. a reducir su uso en un 19% y 45%, respectivamente. Cada F-35A tiene un precio de adquisición de 80-$100 millones, mientras que Noruega estimó un costo de ciclo de vida de 769 millones por cada uno de sus 52 cazas.
Los problemas de mantenimiento reducen la disponibilidad del F-35. En 2023, la flota estuvo operativa solo el 51% del tiempo, lejos del objetivo del 65%. El sistema Autonomic Logistics Information System (ALIS), desarrollado para gestionar mantenimiento y misiones, presentó fallas de conectividad, lo que obligó a recurrir a soluciones manuales. En 2020, el Departamento de Defensa reemplazó ALIS por el Operational Data Integrated Network (ODIN), pero este también presentó retrasos y recortes presupuestarios. En febrero de 2023, el tiempo promedio para realizar reparaciones en depósitos fue de 141 días, lo que superó con creces el objetivo de 60 días.
El sistema de enfriamiento del F-35, sometido al calor generado por sus subsistemas, obliga al motor a operar fuera de sus parámetros, lo que reduce su vida útil y eleva los costos de mantenimiento en $38,000 millones. En 2023, el programa suspendió temporalmente la entrega de nuevos cazas hasta que concluyeran las pruebas del Tech Refresh 3, que introdujo mejoras en procesadores y pantallas. Incidentes como la pérdida de un F-35 en Carolina del Sur en 2023 revelaron vulnerabilidades en los sistemas automatizados.
La reputación del F-35 se ha deteriorado por estos problemas. Informes del Pentágono en 2024 identificaron deficiencias en confiabilidad y preparación para el combate. En redes sociales como X, usuarios cuestionaron los costos de sostenimiento y la baja disponibilidad, con publicaciones en 2025 que estimaban que el 85% de la flota estadounidense no estaba lista para misiones de combate. Estos reportes, aunque no siempre precisos, amplifican las percepciones negativas sobre el programa.