El reciente ataque con misiles ejecutado por Irán contra posiciones estadounidenses en el Medio Oriente causó daños estructurales en la Base Aérea de Al Udeid, en Qatar, aunque no se registraron víctimas. A pesar de que la mayoría de los proyectiles fue interceptada por las defensas antiaéreas, al menos uno impactó en el interior de la instalación. Las imágenes satelitales posteriores confirmaron la destrucción de una antena protegida por un radomo geodésico.
Fotografías obtenidas desde tierra mostraron la antena con daños graves. Análisis anteriores ya habían identificado el área afectada a partir de imágenes orbitales, en las que se observaban marcas de quemaduras y escombros. El radomo afectado albergaba una antena de comunicaciones integrada en el sistema Modernized Enterprise Terminal (MET), desarrollado por L3Harris. Esta estructura probablemente requerirá una sustitución total, debido a la magnitud del daño recibido.
Exclusive: A U.S. military radome was destroyed in Iran’s June 23 strike on Al Udeid. A detail absent from the Pentagon’s initial statements pic.twitter.com/8EYmxYGrWy
— Fardad Farahzad | فرداد فرحزاد (@FardadFarahzad) July 10, 2025
La Base Aérea de Al Udeid cumple funciones estratégicas para las fuerzas estadounidenses en la región, ya que aloja el cuartel general avanzado del Comando Central (CENTCOM), el Centro de Operaciones Aéreas 609 y múltiples aeronaves de combate. La infraestructura destruida formaba parte del sistema global de comunicaciones satelitales de banda ancha (WGS), que permite coordinar operaciones entre CENTCOM y mandos ubicados en Estados Unidos y países aliados.
El sistema WGS opera con frecuencias de banda Ka y banda X, y proporciona capacidades superiores a las de sistemas anteriores como el DSCS III. Actualmente hay diez satélites WGS en órbita, y se prevé que el WGS-11 se incorpore antes de que termine el año. La antena destruida, designada AN/GSC-52B(V5), pertenecía al primer MET desplegado fuera del territorio estadounidense desde 2016.
El modelo dañado disponía de una antena parabólica de 12,2 metros y estaba resguardado por un radomo. Su contraparte original fue instalada en Hawái, en una estructura sin cubierta. La sustitución del equipo afectado se considera prioritaria para restablecer completamente las comunicaciones. Hasta que se complete ese proceso, el Ejército podría recurrir al despliegue de una antena MET transportable como medida provisional.
L3Harris fabrica dos versiones móviles de antenas parabólicas de 7,2 metros, una estándar y otra con radomo de protección, ambas montadas sobre remolques. Aunque no alcanzan el rendimiento de la terminal fija, resultan adecuadas para compensar temporalmente la pérdida operativa sufrida en Al Udeid. También se evalúa la instalación permanente de uno de estos sistemas en la base o en una ubicación próxima.
La elección del objetivo, pese a su perfil bajo en comparación con aeronaves o centros operativos, indicó una selección deliberada. El radomo, al constituir una estructura fija sin capacidad de desplazamiento, representa un blanco más expuesto. A diferencia de los edificios reforzados, no puede blindarse sin comprometer el funcionamiento del sistema de comunicaciones satelitales que protege.
La designación de este blanco también pudo haber reducido el riesgo de causar bajas humanas, lo cual habría incrementado la posibilidad de una respuesta militar directa por parte de Estados Unidos. Sin embargo, aún no se ha determinado si el radomo fue un objetivo específico o si el impacto ocurrió de manera accidental. La posibilidad de que otros misiles estuvieran dirigidos a blancos más sensibles continúa abierta.
Es probable que el Pentágono haya contemplado escenarios similares y elaborado planes de contingencia, entre ellos el uso de antenas móviles. No obstante, el ataque puso en evidencia una vulnerabilidad considerable en la infraestructura de comunicaciones militares. Incluso un daño localizado en un nodo clave como Al Udeid puede interferir en operaciones tácticas en desarrollo.
Algunas fuentes iraníes divulgaron afirmaciones incorrectas respecto al equipo destruido, al sostener que pertenecía a un sistema de radar de alerta temprana. Esta información ha sido desmentida. La ubicación del radomo entre edificios impide el campo visual requerido por un radar, y los niveles de radiación afectarían al personal en las proximidades. Los radares suelen instalarse en torres elevadas, como sucede en otras secciones de la misma base.