Al menos 248 personas murieron en la provincia de Sweida, al sur de Siria, tras varios días de enfrentamientos que motivaron el despliegue de fuerzas gubernamentales, según reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El informe atribuyó el aumento de la violencia a combates sostenidos en la región, donde se registraron múltiples bajas entre civiles y combatientes.
Del total de muertos, 92 pertenecían a la minoría drusa, entre ellos 28 civiles. El Observatorio indicó que 21 de estas muertes ocurrieron por “ejecuciones sumarias por parte de las fuerzas gubernamentales”.
El mismo organismo informó la muerte de 138 efectivos de seguridad sirios y de 18 combatientes beduinos aliados del gobierno. Los datos sugieren una fuerte presencia de fuerzas estatales y grupos armados no oficiales en los combates, lo que aumentó la magnitud de las hostilidades en la región de al-Harir.
En respuesta a los acontecimientos, Israel ejecutó ataques aéreos contra posiciones sirias. Además, emitió una advertencia directa, indicando que repetirá las acciones militares si las tropas sirias no se retiran de Sweida. La ofensiva israelí se suma al contexto de inestabilidad y eleva el riesgo de una escalada en la guerra fronterizo.