Durante el ejercicio conjunto VANAHEIM, desarrollado en el Área de Entrenamiento de Hohenfels en Alemania, el Ejército Británico evaluó en condiciones operativas el sistema antidrón CORVUS-RAVEN del fabricante estadounidense L3Harris. El despliegue permitió a las tropas británicas interactuar directamente con la tecnología, mientras la empresa recopiló datos críticos en tiempo real para ajustar el desarrollo del sistema. La actividad fue organizada por la Fuerza de Tarea RAPSTONE del Reino Unido.
La unidad RAPSTONE fue establecida como parte del programa de transformación Future Soldier y se encarga de acelerar la integración de tecnologías en el entorno táctico. Su función consiste en identificar y validar capacidades que mejoren el rendimiento operativo, la protección de las tropas y el conocimiento situacional. Sirve como vínculo directo entre los usuarios militares y la industria para adaptar las soluciones tecnológicas a los requerimientos específicos del personal en combate.
El ejercicio VANAHEIM reúne fuerzas del Reino Unido y Estados Unidos para probar soluciones CUAS diseñadas contra drones pequeños de Clase 1. Estas aeronaves no tripuladas se han multiplicado en los conflictos recientes, lo que ha llevado al Ejército Británico a priorizar sistemas portátiles, fáciles de operar y compatibles con infraestructuras existentes. CORVUS-RAVEN fue considerado un componente clave para estas pruebas debido a sus características de despliegue flexible y respuesta táctica.
El sistema CORVUS-RAVEN combina sensores de detección pasiva con capacidades de guerra electrónica en un solo paquete. Puede identificar señales a distancias de hasta cuatro kilómetros e interrumpirlas mediante un nodo miniaturizado, el CORVUS ICN. Este nodo, basado en software, alterna entre funciones de vigilancia y bloqueo, y se vincula con herramientas de gestión como ATAK, lo que permite a las unidades desmontadas ejercer control táctico desde plataformas móviles.
Para los ensayos de VANAHEIM, L3Harris presentó dos variantes: una integrada en un vehículo táctico Coyote y otra portátil para patrullas a pie. Los soldados probaron ambas configuraciones en simulaciones realistas que reproducían ataques con drones. El material recolectado por los técnicos servirá para modificar el diseño del sistema antes de su posible integración en combate. La retroalimentación obtenida de los usuarios ha sido considerada esencial en este proceso de optimización.
La colaboración entre L3Harris y el Reino Unido refuerza la alianza tecnológica bilateral en materia de defensa, especialmente en el ámbito de los sistemas contra drones. Frente a la proliferación de estas amenazas por parte de actores estatales y no estatales, dispositivos como CORVUS-RAVEN ofrecen una respuesta concreta ante los desafíos emergentes del campo de batalla contemporáneo. Su adopción podría resultar decisiva ante el uso generalizado de drones en zonas de conflicto.
la guerra en Ucrania ha demostrado la urgencia de incorporar capacidades CUAS efectivas. Drones de pequeño tamaño se han convertido en herramientas de vigilancia, ataque y desestabilización, utilizadas por ambas partes para múltiples fines tácticos. Su bajo costo y facilidad de empleo han superado los esquemas defensivos tradicionales, lo que ha expuesto la necesidad de contar con contramedidas electrónicas en tiempo real. Sin estos sistemas, incluso unidades con recursos avanzados enfrentan una exposición elevada.
En este contexto, la integración de sistemas CUAS ya no es opcional. La experiencia sobre el terreno ha evidenciado que la capacidad de detectar, rastrear y neutralizar amenazas aéreas ligeras condiciona el resultado de las operaciones. El desarrollo acelerado de tecnologías como CORVUS-RAVEN busca responder a esta exigencia operativa, que se ha vuelto central en los escenarios actuales y previsiblemente también en los futuros.