Un anciano recibió un disparo en la cabeza en su sala de estar. Otro fue hallado muerto en su dormitorio. El cuerpo de una mujer yacía en plena calle. Tras varios días de enfrentamientos en Sweida, la ciudad siria de mayoría drusa, los sobrevivientes comenzaron a salir el jueves para recoger y enterrar los numerosos cadáveres hallados en distintos puntos de la ciudad.
Un alto el fuego decretado durante la noche puso fin a los intensos combates entre milicias drusas y fuerzas gubernamentales enviadas para sofocar los enfrentamientos entre drusos y beduinos.
Según testimonios recogidos por Reuters entre una docena de residentes de Sweida, dos reporteros presentes en el lugar y un grupo de monitoreo, la violencia se aumentó notablemente tras la llegada de las fuerzas del gobierno.
Los habitantes describieron cómo sus amigos y vecinos fueron abatidos a corta distancia, dentro de sus viviendas o en las calles. Señalaron que los autores de los asesinatos fueron soldados del ejército sirio, identificados por sus uniformes y las insignias que portaban.
Reuters logró verificar la fecha y la ubicación de algunos vídeos que mostraban cuerpos sin vida, aunque no pudo confirmar de manera independiente quién cometió los homicidios ni en qué momento ocurrieron.
En una declaración grabada en vídeo la mañana del jueves, el líder sirio Ahmed al-Sharaa afirmó que una de sus prioridades era proteger los derechos de la comunidad drusa y responsabilizó a “grupos fuera de la ley” que, según él, intentaban exacerbar las tensiones, por los crímenes contra civiles.
Aseguró que los responsables de violaciones contra los drusos enfrentarían consecuencias, pero no precisó si las fuerzas gubernamentales se encontraban entre los responsables.
Un comunicado previo del gobierno sobre el alto el fuego en la región indicaba que se llevaría a cabo una misión de investigación para examinar “los crímenes, violaciones e infracciones ocurridas, determinar a los responsables y compensar a los afectados… tan pronto como sea posible”.
Los residentes de Sweida que hablaron con Reuters expresaron que la masacre incrementó su desconfianza hacia el gobierno islamista de Damasco y sus temores respecto a la capacidad de Sharaa para garantizar la protección de las minorías en Siria.
Durante un episodio de violencia sectaria en la región costera del país, en marzo, fuerzas afines a Sharaa mataron a cientos de personas de la minoría alauita.
“No doy abasto con las llamadas que recibo sobre los muertos”, declaró Kenan Azzam, un dentista residente en las afueras orientales de Sweida, en conversación telefónica con Reuters.
Relató que acababa de enterarse del asesinato de un amigo suyo, el ingeniero agrónomo Anis Nasser, a quien —según dijo— las fuerzas del gobierno se llevaron de su casa esta semana.
“Hoy encontraron su cuerpo entre una pila de cadáveres en la ciudad de Sweida”, afirmó Azzam.
Otro habitante de Sweida, que pidió ser identificado solo como Amer por temor a represalias, compartió un video que —según indicó— mostraba a sus vecinos asesinados en el interior de su vivienda.
El video, que Reuters no pudo verificar de forma independiente, mostraba el cuerpo de un hombre en una silla. En el suelo aparecían un anciano con una herida de bala en la sien derecha y un joven boca abajo sobre un charco de sangre.
Al igual que en otros casos, Reuters no logró confirmar quién perpetró los asesinatos.
Portavoces de los ministerios del Interior y de Defensa no respondieron de inmediato a las consultas de Reuters sobre si las fuerzas del gobierno fueron responsables de los homicidios ocurridos en viviendas y calles.
La Red Siria para los Derechos Humanos, una organización que ha documentado violaciones durante toda la guerra civil y que continúa activa, informó que ha verificado la muerte de 254 personas en Sweida, entre ellas personal médico, mujeres y menores.
Su director, Fadel Abdulghany, precisó que esta cifra incluye ejecuciones sumarias perpetradas por ambos bandos, víctimas de ataques israelíes y personas fallecidas durante los enfrentamientos, aunque aclaró que se requería más tiempo para desglosar los datos por categoría.
Abdulghany añadió que la organización también había documentado ejecuciones extrajudiciales cometidas por milicias drusas contra miembros de las fuerzas gubernamentales.
El gobierno no ha informado sobre el número de civiles o soldados muertos en Sweida.
El Ministerio de Salud afirmó que decenas de cuerpos de civiles y efectivos gubernamentales fueron hallados en el hospital principal de la ciudad, sin ofrecer más detalles.
Disparos a quemarropa
Los drusos de Siria practican una religión derivada del islam y conforman una minoría que también está presente en Líbano e Israel.
Grupos suníes ultraconservadores, incluido el Estado Islámico, consideran a los drusos como herejes y los atacaron repetidamente desde el inicio de la guerra sirio en 2011.
Las milicias drusas respondieron, y Sweida logró mantenerse en gran medida al margen de la violencia que asoló al país. La guerra, que duró 14 años, concluyó en diciembre con el derrocamiento del presidente Bashar al-Ásad.
Cuando las fuerzas de Sharaa avanzaron desde el noroeste de Siria hacia Damasco el año pasado, muchas minorías temían a los rebeldes, pero se sintieron aliviadas al ver que los combatientes no se detuvieron en sus localidades y se dirigieron directamente a la capital.
Un reportero en Sweida, que pidió el anonimato, declaró haber presenciado cómo fuerzas del gobierno dispararon a quemarropa contra cuatro personas, entre ellas una mujer y dos adolescentes.
Contó que los cadáveres quedaron esparcidos por las calles.
Uno de ellos, una mujer, yacía boca arriba sobre la acera con una aparente herida de arma blanca en el abdomen, según su testimonio.
Un residente, que también pidió no ser identificado, mostró al reportero el cuerpo de su hermano asesinado en un dormitorio de la vivienda familiar el martes. Había recibido un disparo en la cabeza.
Reuters verificó un video que mostraba dos cuerpos en una calle comercial del centro de Sweida. Otro video mostraba cadáveres, varios con heridas de bala en el pecho, en la casa de huéspedes Al-Radwan, también en Sweida.
Ryan Maarouf, del medio local Suwayda24, informó el jueves a Reuters que había encontrado a una familia de doce personas asesinadas dentro de una misma vivienda. Entre las víctimas se encontraban mujeres desnudas, un anciano y dos niñas pequeñas.
No fue posible confirmar quién mató a las víctimas en esos casos.
Saqueo de viviendas
El reportero declaró haber oído a soldados del gobierno insultar a los residentes drusos llamándolos “cerdos” e “infieles”.
Afirmó que los efectivos saquearon refrigeradores y paneles solares de las viviendas, además de incendiar casas y tiendas de alcohol, incluso después de haberse anunciado el alto el fuego el miércoles.
Algunos residentes entrevistados por Reuters aseguraron que las tropas del gobierno usaron navajas, tijeras y máquinas eléctricas para afeitar los bigotes de hombres drusos, lo que describieron como una humillación.
Portavoces de los ministerios del Interior y de Defensa no respondieron de inmediato a preguntas sobre los saqueos, los incendios, el uso de lenguaje sectario ni los afeitados forzados.
Mientras la violencia se intensificaba, el ejército israelí lanzó ataques contra convoyes gubernamentales en Sweida, así como contra el ministerio de Defensa y las inmediaciones del palacio presidencial en Damasco, en cumplimiento de la promesa de Jerusalén de proteger a la comunidad drusa.
La intervención de Estados Unidos contribuyó a poner fin a los combates. El secretario de Estado Marco Rubio afirmó que las “históricas rivalidades” entre las comunidades drusa y beduina habían “desembocado en una situación desafortunada y, al parecer, en un malentendido entre la parte israelí y la parte siria”.