El embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, se presentó el miércoles en el Tribunal de Distrito de Tel Aviv para presenciar el desarrollo del juicio en curso contra Benjamín Netanyahu. Este gesto de solidaridad con el primer ministro israelí se produjo tras varias declaraciones del presidente Donald Trump, quien expresó su indignación por lo que calificó como un “proceso motivado políticamente”.
Trump fue más allá al exigir que se cancelara el juicio “de inmediato” o que se concediera un indulto a Netanyahu. Como era previsible, los mismos activistas y comentaristas que durante años colaboraron con la administración Biden con el propósito de “salvar a Israel de Netanyahu” reaccionaron con furia ante lo que consideraron una intervención estadounidense inaceptable en los asuntos internos de Israel.