Los trabajos en el UR-82073, un Antonov An-124-100 fabricado en 1994, se suspendieron cuando la invasión rusa amenazó con tomar la capital ucraniana, Kiev, en febrero de 2022. Para entonces, el proceso de reacondicionamiento se encontraba en curso en el aeródromo de Sviatoshyn, donde la aeronave había sido desmontada, lo que la dejaba completamente fuera de condiciones para volar.
A una distancia ligeramente mayor de Kiev, en las instalaciones principales de Antonov en Hostomel, se produjo un enfrentamiento que marcó una de las fases más decisivas en las etapas iniciales de la invasión. Allí se enfrentaron fuerzas aerotransportadas rusas contra defensores ucranianos.
Con una pista de 3.500 metros de longitud, Hostomel constituía un objetivo estratégico cuya toma permitiría a Rusia sostener operaciones ulteriores. Ucrania logró repeler varios ataques rusos sucesivos, aunque perdió la funcionalidad del aeródromo y el Antonov An-225 Mriya, de reconocimiento mundial, fue destruido. La empresa también perdió su único An-26 y su único An-74 durante el combate.
Los restos del An-225 Mriya pueden observarse desde el frente tras su destrucción durante la batalla por el aeropuerto de Antonov. A medida que las líneas del frente se desplazaron hacia zonas más cercanas a la frontera internacionalmente reconocida con Rusia, el entorno de Kiev pasó a considerarse relativamente seguro, aunque continuaba expuesto a ataques aéreos. Esta situación permitió reanudar las labores sobre el An-124. Si bien el An-225, por su enorme capacidad de carga, constituía el orgullo de la flota de Antonov, los An-124 forman el núcleo operativo de la compañía.
Los An-124 que se encontraban en tierra dentro de Ucrania al momento de la invasión quedaron, en la práctica, inmovilizados. No se ha confirmado la pérdida total de ninguna de estas aeronaves, aunque el UR-82009 sufrió daños en Hostomel. Cinco An-124 que se hallaban fuera de Ucrania en misiones operativas fueron trasladados posteriormente al aeropuerto de Leipzig, donde Antonov estableció sus operaciones de transporte.
La demanda por los An-124 de Antonov ha aumentado desde la invasión rusa. Estas aeronaves deben realizar envíos de ayuda y equipos hacia aeropuertos europeos con destino final en Ucrania. Además, contratistas externos, incluidos ejércitos occidentales, solicitan su capacidad de carga con frecuencia, ya que la flota de Volga-Dnepr Airlines, de propiedad rusa, dejó de estar disponible.
Algunas de esas aeronaves han quedado varadas en el extranjero debido a confiscaciones efectuadas por autoridades locales. Actualmente, se desarrollan conversaciones para evaluar la posibilidad de transferir la propiedad de esos aviones a Antonov Airlines.
Un Antonov An-124 Ruslan llegó el 2 de mayo a la base aérea de Decimomannu, en Cerdeña, Italia. La aeronave transportó dos helicópteros de ataque Tiger destinados al ejército alemán, que los empleará durante el ejercicio de la OTAN Noble Jump 23. El AN-124 constituye el avión de carga en producción con el mayor peso bruto del mundo y el más pesado entre los aviones de carga operativos.
АТ «#АНТОНОВ» завершило складний багаторічний проєкт із глибокої модернізації одного зі своїх легендарних транспортних літаків #Ан124-100.
— ANTONOV Company 🇺🇦 (@AntonovCompany) July 16, 2025
Детальніше – https://t.co/9azGMTAUSU pic.twitter.com/cmWmYQxYhU
Recuperar los An-124 de Antonov atrapados en distintas regiones del mundo permitiría aliviar esta carga adicional. Sin embargo, la situación del espacio aéreo ucraniano, donde ninguna de las partes posee una superioridad clara, implica que cada vuelo se expone a un riesgo real de ser derribado.
El vuelo del UR-82073, registrado el 11 de julio de 2025, apareció por primera vez en servicios de rastreo como Flightradar24 cuando la aeronave se aproximaba a la frontera occidental de Ucrania, cerca de Leópolis. Por tanto, no se dispone de información que permita determinar si se adoptaron medidas para reducir su vulnerabilidad antes de ingresar a un espacio aéreo más seguro.
Es posible que la aeronave volara a baja altitud para minimizar la posibilidad de detección por parte de radares hostiles. Además, dada la relevancia de la flota de Antonov para el país, existe la posibilidad de que cazas de la Fuerza Aérea Ucraniana realizaran misiones defensivas previas y simultáneas a la salida de la aeronave.
El trayecto del UR-82073 desde Ucrania hasta Leipzig, según Flightradar24. De acuerdo con Antonov, como parte del reacondicionamiento y modernización del UR-82073, se reemplazaron los componentes de origen ruso —que ya no pueden mantenerse por causa de la guerra— por equivalentes fabricados en Ucrania y en países occidentales. La estructura de la aeronave ha registrado más de 21.000 horas de vuelo en un total de 5.500 misiones.
La empresa declaró que el traslado exitoso de la aeronave representa un símbolo de estabilidad, profesionalismo y unidad entre los fabricantes de aeronaves ucranianos. El UR-82073 se incorporará ahora a su flota hermana dentro de las operaciones internacionales de Antonov. La compañía utiliza el nombre ‘Condor’ para referirse a sus aeronaves, adoptando así la designación empleada por la OTAN en lugar del término ruso ‘Ruslan’, que significa ‘león’.
En referencia a las batallas libradas a orillas del río Irpín, cerca de Kiev, durante las primeras etapas de la guerra, y al papel que desempeñó ese río en la defensa contra el avance ruso, el UR-82073 exhibe en su fuselaje la frase “Sé valiente como Irpín”. Junto a esta inscripción se encuentra el tridente ucraniano (Tryzub), escudo nacional asociado de forma directa con la independencia de Ucrania.
Comentaristas rusos en línea expresaron su frustración ante el hecho de que las fuerzas armadas rusas no lograran impedir que este activo estratégico abandonara Ucrania para reincorporarse a la flota de Antonov. La cobertura continua de radar por parte de la Fuerza Aérea Rusa sobre buena parte del territorio ucraniano ha sido objeto de cuestionamientos tras la pérdida de varios aviones de alerta temprana Beriev A-50.
Este traslado genera orgullo tanto en Antonov como en muchos ciudadanos ucranianos, quienes lo interpretan como una victoria adicional frente a Rusia.
A largo plazo, tanto Rusia como Ucrania han manifestado su intención de reanudar la producción del An-124 sin colaboración entre ambas partes. La Fuerza Aérea Rusa y Volga-Dnepr comparten la posición de principal operador del An-124, aunque, como ya se indicó, parte de la flota de esta última ha sido incautada en el extranjero, lo que deja su situación futura en entredicho.
Puesto que los motores Progress D-18 utilizados por el An-124 se fabrican en Rusia, cualquier intento de Ucrania por retomar la producción de este modelo requeriría la elección de un nuevo motor. Antes del estallido de la guerra ya se habían llevado a cabo estudios con ese objetivo.
En cuanto al An-225, de mayores dimensiones, Ucrania mantiene su compromiso de devolver esta aeronave emblemática al servicio. Cabe señalar que, desde hace varios años, existe un fuselaje parcialmente construido en las instalaciones de Antonov, a la espera de financiación para finalizar su fabricación. Dado el nivel de destrucción del fuselaje que se encontraba operativo, la reasignación de recursos hacia esta segunda unidad podría constituir la mejor opción de Antonov para devolver el Mriya al servicio.