Tom Barrack, enviado de Estados Unidos para Siria, respaldó la decisión del presidente Donald Trump de retirar las sanciones impuestas a Damasco. En su declaración, instó a todas las facciones involucradas en la guerra a cesar las hostilidades y entregar las armas, tras varios días de enfrentamientos que provocaron un elevado número de muertes en la región de Sweida.
Desde el domingo anterior, al menos 940 personas han muerto en Sweida debido a enfrentamientos sectarios entre drusos y beduinos. la guerra ha implicado la intervención del gobierno sirio de orientación islamista, así como de Israel y tribus armadas procedentes de otras zonas del país. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, confirmó esta cifra y detalló la composición de las víctimas.
Barrack afirmó que “la decisión del presidente Trump de levantar las sanciones fue un paso de principios, que ofrece al pueblo sirio la oportunidad de superar años de sufrimiento y atrocidades inimaginables”. En su mensaje publicado en la red social X, añadió que “esta frágil ambición se ve ahora ensombrecida por una profunda conmoción, ya que los actos brutales de las facciones beligerantes sobre el terreno socavan la autoridad del gobierno y perturban cualquier apariencia de orden”.
El diplomático exhortó al fin inmediato de los enfrentamientos: “Todas las facciones deben deponer inmediatamente las armas, cesar las hostilidades y abandonar los ciclos de venganza tribal. Siria se encuentra en una coyuntura crítica: la paz y el diálogo deben prevalecer, y deben prevalecer ahora”.
Según el informe del Observatorio, entre las víctimas se encuentran 326 combatientes drusos y 262 civiles drusos, de los cuales 165 fueron ejecutados sumariamente. También murieron 312 efectivos de seguridad del gobierno y 21 beduinos suníes, incluidos tres civiles ejecutados por combatientes drusos. Otros 15 soldados del gobierno murieron en ataques israelíes registrados durante el mismo periodo.