Rusia ha introducido una nueva versión móvil del dron kamikaze Geran-2, al montar el dispositivo en la plataforma trasera de vehículos civiles todo terreno. El sistema permite a las unidades de lanzamiento operar desde zonas remotas con infraestructura limitada, lo que amplía el alcance operativo y reduce la vulnerabilidad ante ataques contra plataformas fijas. El cambio representa una modificación táctica orientada a aumentar la autonomía y movilidad del sistema.
El nuevo modelo incorpora un sistema de guía óptica con control remoto mediante tarjetas SIM móviles, con planes de migración futura a redes satelitales rusas. Esta capacidad posibilita la interoperabilidad con otros vehículos aéreos no tripulados, incluidos sistemas como el Gerbera, lo cual mejora la coordinación táctica en operaciones en red y fortalece la integración de plataformas no tripuladas en el frente de batalla.
The full 07:03 video of mass production of Russian Geran-2 drones at the Alabuga plant. pic.twitter.com/BNvRdWIdoV
— Doveofwar (@Doveofwar) July 20, 2025
El Geran-2 pesa cerca de 200 kilogramos, se lanza por medio de una catapulta asistida por propulsor sólido y cuenta con una ojiva explosiva de fragmentación de hasta 90 kilogramos. Este tipo de carga permite atacar infraestructuras militares medianas y grandes, como centros de mando, radares, puentes y depósitos de combustible. El dron opera a una velocidad de 180 km/h, alcanza altitudes de hasta 4.000 metros y puede permanecer en vuelo durante 12 horas, con un alcance máximo estimado de 2.000 kilómetros.
El dron utiliza un motor de pistón de 50 caballos de fuerza, y su coste de fabricación se estima entre $20.000 y $50.000 por unidad. Estas características lo convierten en una herramienta económica para ataques de precisión a larga distancia, dentro de un esquema de guerra de desgaste sostenida. El nuevo formato de despliegue refuerza su utilidad en escenarios donde las condiciones de terreno y cobertura satelital requieren sistemas flexibles.
Rusia ha incrementado la producción del Geran-2 dentro de su estrategia militar en Ucrania. Este esfuerzo incluye la habilitación de nuevas líneas de ensamblaje, la incorporación de personal técnico y la expansión de la capacidad industrial dedicada a drones. Las autoridades han implementado soluciones técnicas internas con el fin de sortear las restricciones impuestas por las sanciones y mantener un suministro estable de componentes críticos.
Las fuerzas rusas llevan a cabo diariamente ataques con enjambres de Geran-2 contra objetivos en territorio ucraniano. Estos ataques se dirigen a sistemas antiaéreos, depósitos logísticos, redes energéticas y otras infraestructuras militares. La alta frecuencia de los ataques demuestra tanto la disponibilidad del sistema como su eficacia operativa en condiciones de combate continuo.
Geran-2 launches from technicals: no fixed launching sites, no elaborate equipment necessary, just a roof rack on a pickup. Simple, flexible, cheap and effective: pic.twitter.com/6K8oPOdDUU
— Ork on the WAAAGHpath (@ZedSignBot) July 21, 2025
El uso extendido de drones kamikaze constituye una constante en la guerra entre Rusia y Ucrania. Ambos bandos emplean estos sistemas para tareas de ataque, reconocimiento y guerra electrónica. En este contexto, el Geran-2 cumple una función destacada en la estrategia de presión sostenida por parte de Rusia, mientras que Ucrania responde con desarrollos propios y modelos suministrados por países aliados.
La producción intensiva del Geran-2 en Rusia se mantiene a pesar de las sanciones económicas internacionales. Esta continuidad en la producción influye directamente en la configuración de la guerra y en la dinámica de poder entre las partes involucradas.