El 18 de junio, la cadena de televisión Al-Jazeera, propiedad del Estado de Catar, transmitió en árabe un nuevo video “exclusivo” con un discurso de Abu Obeida, el portavoz enmascarado del grupo terrorista palestino Hamás, respaldado por Irán.
Este grupo dio inicio a la actual guerra en la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023, cuando miles de sus integrantes irrumpieron en territorio israelí, asesinaron a 1,200 israelíes y ciudadanos extranjeros, y dejaron miles de heridos. Además, secuestraron a 251 personas, que fueron trasladadas a la Franja de Gaza, donde 50 permanecen cautivas. Se estima que al menos 20 de esos rehenes aún se encuentran con vida.
No sorprendió que el video del portavoz de Hamás fuera difundido por primera vez a través de Al-Jazeera. Desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás, esta cadena ha actuado abiertamente como vocero no oficial del grupo y de su brazo armado, las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam.
Incluso antes de la guerra, los dirigentes políticos y militares de Hamás solían elegir a Al-Jazeera como plataforma para difundir su propaganda y emitir llamados a la yihad contra Israel. No lo hacían por la reputación periodística o los supuestos estándares éticos de la emisora. Hamás, al igual que otros grupos terroristas islamistas, favorece a Al-Jazeera porque, desde su fundación en 1996, este medio ha funcionado como portavoz semioficial de la organización Hermanos Musulmanes. Cabe señalar que Hamás actúa como la rama palestina de dicha organización.
Hamás sabe que puede confiar en Al-Jazeera porque ambas comparten la misma ideología islamista radical, que aboga por la eliminación de Israel y su sustitución por un estado terrorista islámico.
El video “exclusivo” del portavoz de Hamás no constituye un caso aislado. Desde hace años, el mismo portavoz ha enviado a Al-Jazeera grabaciones de este tipo. En sus mensajes, Abu Obeida presenta a su organización como si estuviera ganando la guerra y afirma que solo se necesita un poco más de paciencia para que Israel se rinda.
Además de los discursos y comunicados de los líderes de Hamás, Al-Jazeera ha transmitido imágenes “exclusivas” de supuestos ataques de Hamás contra soldados israelíes en la Franja de Gaza. Estos videos propagandísticos, filmados por los propios terroristas, tienen como objetivo elevar la moral entre los palestinos al generar la falsa impresión de que el ejército israelí es débil y vulnerable. Este tipo de contenido aparece en la programación de Al-Jazeera con una frecuencia casi semanal.
Hamás no necesita contar con su propia emisora. Tiene a Al-Jazeera, una de las cadenas más influyentes y con mayores recursos del mundo árabe. Esta situación es posible porque la mayor parte del financiamiento proviene de Catar, que ha utilizado sus vínculos con grupos islamistas, en particular con los Hermanos Musulmanes, como instrumento de poder blando para ampliar su influencia regional y global.
Los dirigentes de Hamás que viven cómodamente en Catar siempre han tenido acceso privilegiado a Al-Jazeera. Los líderes del grupo en la Franja de Gaza también han otorgado a la emisora acceso exclusivo a reuniones confidenciales. A comienzos de este año, un documental de Al-Jazeera sobre los comandantes militares de Hamás durante la guerra incluyó material inédito e incluso entrevistas con los autores intelectuales de las masacres del 7 de octubre: Mohammed Deif, Yahya Sinwar e Izz ad-Din al-Haddad.
Además, Al-Jazeera envió a su corresponsal Mustafa Ashour a uno de los túneles de Hamás, donde muchos rehenes israelíes estuvieron y continúan retenidos.
Ningún otro medio ha recibido un trato semejante por parte de esta organización terrorista.
Por su parte, Al-Jazeera ha mostrado una actitud de protección absoluta hacia sus aliados en Hamás. La cadena no permite críticas contra Hamás ni contra Catar. Si algún palestino se atreve a cuestionar al grupo durante una entrevista en vivo, Al-Jazeera interrumpe de inmediato la transmisión.
En una de esas entrevistas, un palestino herido ofreció su testimonio como testigo ocular. El hombre declaró: “¡Lo que ocurre es un crimen! ¿Por qué la resistencia \[Hamás] se esconde entre nosotros? ¿Por qué no se van al infierno y se esconden allí? ¡Eso no es resistencia!” El reportero de Al-Jazeera lo interrumpió de inmediato.
El año pasado, las fuerzas de seguridad israelíes revelaron información de inteligencia y documentos encontrados en la Franja de Gaza que confirman la afiliación militar de seis periodistas de Al-Jazeera con Hamás y con la Yihad Islámica Palestina, el segundo grupo terrorista más grande del enclave costero. Se trata de Anas Jamal al-Sharif, Alaa Abdul Aziz Salama, Hossam Basel Shabat, Ashraf Sami Saraj, Ismail Farid Abu Omar y Talal Mahmoud Aruki.
No se requiere ser experto en periodismo ni en política de Medio Oriente para comprender que Al-Jazeera no es más que una organización terrorista disfrazada de medio de comunicación. Varios países árabes —entre ellos Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Baréin— reconocen el peligro que representa Al-Jazeera.
Por esta razón, han clausurado sus oficinas, bloqueado sus sitios web y exigido a Catar que limite su actividad. Incluso la Autoridad Palestina, encabezada por Mahmoud Abbas, parece estar al tanto de los vínculos entre Al-Jazeera y sus rivales de Hamás. A comienzos de este año, la Autoridad suspendió las transmisiones de Al-Jazeera en Judea y Samaria por difundir “informes tendenciosos” que “provocan divisiones y se entrometen en los asuntos internos palestinos”.
¿Por qué algunos estadounidenses y occidentales siguen considerando que Al-Jazeera es un medio confiable y profesional, si tantos países árabes la identifican como un órgano vinculado al terrorismo islamista y a los movimientos yihadistas? La relación de Al-Jazeera con grupos islamistas y terroristas también perjudica la credibilidad de otros medios y periodistas. Ha llegado el momento de designar a Al-Jazeera como una organización terrorista extranjera.