Durante una conferencia de prensa celebrada en Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa calificó la ayuda humanitaria a Gaza como una “cuestión de vida o muerte”. El líder eclesiástico explicó que “negarla no es una demora, sino una condena”, advirtiendo que cada hora sin acceso a comida, agua, medicinas ni refugio genera consecuencias perjudiciales para la población.
La semana anterior, tres cristianos murieron tras el impacto de un proyectil de tanque israelí en la única iglesia católica de la Franja de Gaza. El patriarca ortodoxo Teófilo III, quien visitó el lugar con Pizzaballa, declaró: “Fuimos testigos de un profundo dolor y de una esperanza inquebrantable”. Añadió que “el silencio ante el sufrimiento es una traición a la conciencia”.
Pizzaballa afirmó que “Cristo no está ausente de Gaza”, indicando que lo ve representado en los heridos, los escombros y los gestos de solidaridad. Describió la situación como “moralmente inaceptable e injustificable” y dirigió un mensaje a los líderes internacionales al señalar: “No puede haber un futuro basado en el cautiverio, el desplazamiento de los palestinos o la venganza”.
Solicitó también la liberación de los rehenes en Gaza y declaró que “es hora de acabar con este disparate, poner fin a la guerra y poner el bien común de la gente como máxima prioridad”. Explicó que la iglesia carece de conocimientos militares, por lo que no puede determinar si el ataque a la iglesia fue intencional. “No tenemos ninguna prueba ni evidencia”, dijo. “Quizás sea un error, no lo sabemos”.
Aunque los patriarcas no llevaron suministros durante su visita, obtuvieron autorización israelí para enviar 500 toneladas de ayuda humanitaria. Pizzaballa indicó que se encuentran organizando la logística y que los envíos comenzarán “el próximo día, cuando todos los elementos estén listos”.
Los clérigos observaron señales de escasez de alimentos durante su recorrido por Gaza. Pizzaballa expresó que “el hambre no se ve. Se experimenta”, y describió situaciones donde los niños pedían comida y los precios de los alimentos resultaban excesivos. Mencionó que las personas se encontraban desorientadas al no tener medios para satisfacer necesidades básicas.
Al referirse a la posición de la iglesia frente al conflicto, Pizzaballa afirmó que, aunque “denunciamos lo que está sucediendo en Gaza”, también reconocen gestos de solidaridad desde sectores de la sociedad israelí. Reiteró: “No estamos contra Israel, no estamos contra el pueblo judío”, sino en desacuerdo con “la política actual en Gaza”, la cual consideró injustificable.
La Iglesia de la Sagrada Familia se ubica en una zona bajo orden general de evacuación emitida por las Fuerzas de Defensa de Israel. Sin embargo, Pizzaballa confirmó que no han recibido instrucciones específicas respecto a ese templo, en el que permanecen refugiadas aproximadamente 400 personas.