La Autoridad de Antigüedades de Israel anunció el descubrimiento de una moneda de bronce acuñada en el cuarto año de la Gran Revuelta Judía (69-70 d.C.) cerca del Monte del Templo en Jerusalén.
Hallazgo arqueológico revela detalles de la revuelta judía
Encontrada en el Jardín Arqueológico de Jerusalén – Centro Davidson, la moneda ofrece evidencia de los últimos meses antes de la destrucción del Segundo Templo en el año 70 d.C. Las excavaciones se realizaron en colaboración con la Ciudad de David y la Compañía de Reconstrucción del Barrio Judío.
La moneda presenta en el anverso una copa con la inscripción “Por la redención de Sión” y en el reverso un lulav junto a dos etrogim, símbolos de Sucot, con las palabras “Año Cuatro”. Este artefacto, hallado a principios de julio de 2025, fue identificado por Yanniv David Levy, curador del Departamento de Monedas de la Autoridad de Antigüedades, durante una inspección con detector de metales.
El cambio en la inscripción, de “Por la libertad de Sión” en los primeros años de la revuelta a “Por la redención de Sión” en el cuarto año, indica un giro en la mentalidad de los rebeldes. Según Levy, los judíos apelaban a la intervención divina en lugar de confiar en sus propias acciones para lograr la libertad.
El descubrimiento tuvo lugar en un contexto arqueológico significativo, cerca del Monte del Templo, un lugar central para la revuelta. La moneda, que se encontraba cubierta de suciedad en el momento de su hallazgo, fue limpiada en laboratorio para confirmar su origen y características. Este artefacto forma parte de las aproximadamente 400 monedas de bronce de este período encontradas en Israel, la mayoría en Jerusalén.
Datos clave sobre la moneda de la Gran Revuelta
- Acuñada en el cuarto año de la revuelta (69-70 d.C.) cerca del Monte del Templo.
- Inscripción cambió de “libertad” a “redención” de Sión.
- Presenta símbolos de Sucot: lulav y etrogim, usados en rituales judíos.
- Tamaño mayor que monedas de años previos, posiblemente por decisión política.
Significado histórico de las monedas rebeldes
Las monedas de la Gran Revuelta Judía cumplían una función económica y servían como medio de comunicación masiva. Yanniv David Levy explicó que acuñar monedas constituía una forma de proyectar fuerza y transmitir el mensaje de la revuelta tanto a los judíos como a los romanos. Este acto representaba la independencia económica en las áreas controladas por los rebeldes, lo que les daba la posibilidad de operar sin depender de la moneda romana.
El diseño de la moneda incluye elementos religiosos como el lulav y los etrogim.
La acuñación de monedas durante la revuelta marcó un hito, ya que la última vez que un soberano judío había emitido moneda propia fue durante la dinastía Hasmonea, un siglo antes. Este acto reflejaba un esfuerzo por restablecer la autonomía judía, tanto política como cultural, en un período de intensa presión militar romana.
El tamaño de las monedas del cuarto año, mayor que el de años anteriores, podría haber estado relacionado con decisiones de Shimon Bar Giora, líder de la revuelta en su fase final. Aunque no existe una explicación definitiva, Levy sugirió que este cambio pudo haber constituido una estrategia para consolidar su autoridad entre los rebeldes.
Contexto y distribución de las monedas
La moneda fue probablemente acuñada en el Monte del Templo o sus alrededores, un área clave durante la revuelta. De las 400 monedas de bronce de este período halladas en Israel, la mayoría se encontró en Jerusalén, aunque algunas aparecieron en Masada, lo que indica que los refugiados se desplazaron tras la caída de la ciudad en el año 70 d.C.
El hallazgo tuvo lugar pocos días antes de Tishá B’Av, fecha que conmemora la destrucción del Templo. Este contexto añade un valor simbólico al descubrimiento, según Levy, quien expresó que encontrar un artefacto tan cerca del lugar donde ocurrió un evento histórico tan significativo para el pueblo judío resulta especialmente relevante.
Las monedas de la Gran Revuelta son raras en comparación con otros períodos, lo que resalta su importancia arqueológica. Su distribución limitada indica que la producción fue restringida, posiblemente a causa de las difíciles condiciones en los últimos meses de la revuelta, cuando los romanos intensificaron su asedio a Jerusalén.
El trabajo arqueológico en el Jardín Arqueológico de Jerusalén continúa proporcionando evidencia sobre la vida y resistencia de los judíos durante este período crítico. Cada hallazgo, como esta moneda, aporta datos valiosos para comprender los eventos que culminaron en la destrucción del Segundo Templo y el impacto de la Gran Revuelta Judía.