Cinco aviones de combate Eurofighter Typhoon de la Luftwaffe aterrizaron el 4 de agosto de 2025 en la base aérea de Minsk Mazowiecki, al este de Varsovia. Se trata del primer despliegue de aeronaves alemanas en territorio polaco. Bild reportó este hecho el mismo día, en el marco de los preparativos de Rusia y Bielorrusia para el ejercicio militar conjunto Zapad-2025, previsto para mediados de septiembre.
El despliegue integra una operación de vigilancia aérea reforzada de la OTAN, previa al ejercicio ruso-bielorruso, que movilizaría unos 13.000 soldados. Las operaciones de los cazas alemanes comenzarán el 5 de agosto. Alrededor de 150 efectivos de la Bundeswehr fueron destacados en funciones logísticas y operativas. Un portavoz de la Fuerza Aérea alemana afirmó que esta presencia constituye una “clara señal de solidaridad aliada” y apunta a fortalecer la defensa colectiva en el flanco oriental de la Alianza.
Los Eurofighter Typhoon utilizados en esta misión pertenecen a una generación de cazas polivalentes desarrollados por Alemania, Reino Unido, Italia y España. El modelo incorpora aviónica avanzada, un radar CAPTOR con capacidad de transición hacia AESA, y una cabina diseñada para mejorar la conciencia situacional del piloto. Su velocidad máxima es de 2.495 km/h, con un alcance de hasta 2.900 km. Puede emplear misiles aire-aire Meteor, misiles Brimstone, bombas GBU-24 y dispone de un cañón Mauser de 27 mm.
Aunque Minsk había anunciado que el ejercicio se realizaría en zonas más alejadas para evitar una escalada con Occidente, esa medida podría modificarse. El viceministro de Defensa, bielorruso, Pavel Muraveika, declaró que las condiciones militares y políticas actuales podrían llevar a una revisión de esa decisión.
Desde el inicio de la invasión a Ucrania, Bielorrusia no ha enviado tropas al combate, pero ha prestado su territorio para operaciones rusas, especialmente durante los avances hacia Kiev en 2022. Esta colaboración ha generado preocupación en los Estados miembros de la OTAN, que observan con atención la continuidad de esa coordinación estratégica.
En febrero, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, señaló la posibilidad de que Rusia despliegue hasta 150.000 soldados en Bielorrusia. Esta advertencia, junto con evaluaciones similares de funcionarios occidentales sobre una posible guerra a gran escala en los próximos años, ha impulsado una vigilancia más estricta dentro de la OTAN. El nuevo secretario general de la Alianza, Mark Rutte, instó recientemente a Europa a prepararse para un conflicto importante antes de que termine la década.
El despliegue alemán representa una respuesta concreta a ese panorama. Su presencia en Polonia forma parte de una estrategia de posicionamiento preventivo orientada a reforzar el control aéreo y la capacidad de respuesta en una zona considerada vulnerable dentro del perímetro de la Alianza Atlántica.
El acercamiento del ejercicio Zapad-2025 coincide con un reajuste operativo por parte de Alemania, alineado con el entorno de seguridad en Europa del Este. Esta acción se enmarca en una política más amplia de fortalecimiento de la presencia militar avanzada de la OTAN a lo largo de su frontera oriental.