La Sociedad para la Protección de la Naturaleza en Israel informó que la espiga de mar, presagio tradicional del otoño, inició su floración puntual en todo el país, a pesar de las intensas olas de calor que afectaron la región este verano, incluida una que podría romper récords esta semana.
La espiga de mar se adapta al clima mediterráneo cálido y seco. Crece a partir de un bulbo subterráneo robusto que excava en la roca y requiere temperaturas frías para su protección. Su nombre hebreo, hatzav, tiene una raíz lingüística común con términos como cavar o cantar.
Durante la primavera, el bulbo produce hojas largas y verdes encargadas de la fotosíntesis para generar energía. Al aumentar la temperatura, las hojas mueren y emergen tallos altos y estrechos, coronados por racimos de pequeñas flores blancas.