Ucrania registra una creciente preocupación por la menor eficacia de los misiles superficie-aire Patriot frente a los misiles balísticos rusos modificados. La Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) confirmó que estos proyectiles pueden alterar su trayectoria y maniobrar a altas velocidades, reduciendo la capacidad de intercepción de los sistemas de defensa antiaérea ucranianos. La dependencia de estos interceptores para proteger los cielos y ciudades ucranianas genera vulnerabilidad frente a los ataques aéreos rusos.
Analistas habían advertido desde hace tiempo sobre la disminución de eficacia de los Patriot frente a los misiles rusos que ejecutan maniobras y no siguen trayectorias fijas. La DIA reconoció oficialmente esta situación en un informe reciente. Este desarrollo genera alarma en Ucrania y también entre los países occidentales y miembros de la OTAN, incluidos Estados Unidos, que dependen de los SAM Patriot para la protección aérea de sus territorios y aliados.
Ucrania depende completamente de los Patriot para proteger sus cielos y ciudades, mientras Rusia ha incrementado los ataques aéreos con cientos de misiles y drones semanalmente. La maniobrabilidad aumentada de los misiles balísticos rusos permite que varios de ellos penetren las redes de defensa antiaérea ucranianas. Esta situación se agrava por las dificultades de Kiev para garantizar un suministro constante de interceptores Patriot desde Estados Unidos, lo que limita la capacidad defensiva frente a los ataques continuos.
El mes pasado, un reportaje de The Guardian señaló que Estados Unidos dispone únicamente del 25 % de los interceptores Patriot necesarios para sus planes militares. “Estados Unidos posee apenas el 25 % de los interceptores de misiles Patriot que requiere para todos los planes militares del Pentágono, después de haber agotado las reservas en Oriente Medio durante los últimos meses, un agotamiento alarmante que llevó a la administración Trump a congelar la transferencia más reciente de municiones a Ucrania”, informó el medio.
Las reservas estadounidenses habían descendido a niveles que podrían comprometer la seguridad nacional y afectar operaciones militares. A pesar de esto, Estados Unidos reanudó el suministro de misiles Patriot a Ucrania. Hasta el momento, Kiev recibió tres baterías de Estados Unidos, dos de Alemania, una de Rumanía y otra suministrada conjuntamente por Alemania y Países Bajos. Los aliados intentan también entregar baterías adicionales para reforzar la defensa antiaérea ucraniana.
El informe del Inspector general Especial confirma que la eficacia de los Patriot frente a los misiles balísticos rusos ha disminuido. “La Fuerza Aérea Ucraniana \[UAF] enfrentó dificultades para emplear de manera consistente los sistemas de defensa antiaérea Patriot con el fin de protegerse contra los misiles balísticos rusos, debido a mejoras tácticas recientes por parte de Rusia, que incluyen avances que permiten a sus misiles alterar la trayectoria y ejecutar maniobras en lugar de volar en una trayectoria balística tradicional”, indica el documento.
El informe detalla que el 28 de junio, de siete misiles lanzados, la UAF derribó solo uno, y que el 9 de julio, durante el mayor ataque aéreo desde el inicio de la guerra, 13 misiles fueron lanzados, de los cuales la UAF neutralizó siete. Sin embargo, no especifica qué modelos enfrentan dificultades ni las modificaciones aplicadas para aumentar la maniobrabilidad, dejando incertidumbre sobre la efectividad de los interceptores Patriot en situaciones específicas.
El portavoz de la Fuerza Aérea Ucraniana, Yurii Ihnat, mencionó los misiles Iskander-M y los KN-23 de Corea del Norte. Ambos son misiles balísticos de corto alcance y constituyen los proyectiles más comunes en los ataques aéreos rusos contra Ucrania. Ihnat indicó que el 24 de mayo, seis de nueve misiles lanzados sobre Kiev fueron interceptados por las defensas ucranianas. “Dos tercios representa una cifra elevada”, afirmó.
Ihnat señaló que los misiles modificados incorporan sistemas de señuelos y trayectorias cuasibalísticas, lo que dificulta la intercepción mediante Patriot, aunque no la hace imposible. “Creo que nuestros socios ya trabajan para mejorar las capacidades del sistema”, declaró. Además, explicó que la trayectoria cuasibalística complica que el software del Patriot calcule con precisión el punto de intercepción, aumentando la complejidad de la defensa antiaérea ante los ataques rusos.
Rusia podría extender el uso de señuelos a otros misiles balísticos, aumentando la eficacia frente a los Patriot. Ucrania posee también sistemas de defensa antiaérea de la era soviética, como los S-300V1, con cierta capacidad antibalística terminal, aunque su disponibilidad actual es limitada. Por ello, la dependencia de los SAM Patriot persiste, y su uso prolongado ha permitido a Rusia estudiar sus capacidades y desarrollar armas mejoradas y contramedidas.
La escasez de interceptores Patriot añade presión sobre Ucrania, ya que depende exclusivamente de Estados Unidos para su aprovisionamiento. Lockheed Martin produce entre 500 y 600 misiles al año, limitando la disponibilidad global. La disminución en eficacia genera preocupación adicional para países como Israel, Japón y Taiwán, que también dependen de estos sistemas para su defensa antiaérea, mientras adversarios como Irán, China y Corea del Norte podrían replicar las técnicas desarrolladas por Rusia para superar los Patriot.