La Fuerza Aérea de EE. UU. reduce la compra de F-35 para financiar el caza de sexta generación, ya que reorienta prioridades estratégicas ante nuevos desafíos.
Recortes profundos en adquisiciones del F-35 confirman cambio de planes
La Fuerza Aérea de Estados Unidos enfrenta recortes inevitables en las adquisiciones del caza F-35A. Los planes reducen el número anual a 24 para el año fiscal 2026. Esta decisión se debe a limitaciones presupuestarias y a la necesidad de financiar el desarrollo del caza F-47 de sexta generación. Tal ajuste refleja una tendencia que inició con la disminución de pedidos de 110 a 80, luego a 60 y finalmente a 48 por año. El objetivo oficial de 1763 unidades resulta improbable; la flota podría limitarse a menos de 1000 o incluso 850 aviones.
La presentación china de dos prototipos de cazas de sexta generación en diciembre de 2024 aceleró la priorización del programa Next Generation Air Dominance (NGAD), con el F-47 como su principal componente. La entrega del F-35A número 500 en julio de 2025 marcó un hito, pero coincidió con esta presión creciente. Estos factores, combinados con tasas de disponibilidad bajas y costos operativos excesivos, indican que el Pentágono ajusta su estrategia para mantener la superioridad aérea frente a potencias como China y Rusia. La nueva estrategia no compromete alianzas en Occidente ni con socios clave como Israel.
El presupuesto para el año fiscal 2026 asignó 13.$1 mil millones al F-35, pero redujo las adquisiciones de la Fuerza Aérea a 47 unidades. Esta cifra se compara con las 74 unidades del año fiscal 2025. La reducción forma parte de un recorte general en el financiamiento de compras de la Fuerza Aérea, que pasó de 65.6 mil millones en 2024 a 57.6 mil millones en 2026. Los ajustes eliminan redundancias para priorizar la eficiencia en el gasto del departamento.
El Departamento de Defensa identificó ahorros de $30 mil millones a través de la eliminación de desperdicios. Esta medida liberó recursos para programas de alta prioridad como el F-47. El financiamiento para el F-47 mostró un aumento considerable, desde 2.4 mil millones en 2025 a 3.5 mil millones en 2026. La caída de las acciones de Lockheed Martin, tras la presentación china en diciembre de 2024, confirmó la nueva dirección estratégica del Pentágono, el cual elevó la prioridad del programa NGAD.
Datos clave sobre la transición en la aviación militar de EE. UU.
- La tasa de disponibilidad del F-35 se mantiene por debajo del 50 por ciento en muchas unidades.
- Los costos operativos proyectados del programa F-35 superan los $2 billones.
- El envejecimiento promedio de la flota de la Fuerza Aérea es de 28 años, una de las más antiguas.
- Boeing obtuvo el contrato para el programa Next Generation Air Dominance (NGAD) F-47 en marzo de 2025.
Desafíos logísticos y de costos del F-35 impulsan la reorientación
Las tasas de disponibilidad del F-35 representan un desafío persistente. Informes del Congreso indican niveles por debajo del 50 por ciento en muchas unidades. Tales problemas se atribuyen a dificultades de mantenimiento y logística. La Oficina de Presupuesto del Congreso analizó que solo las aeronaves más nuevas superan el 10 por ciento de disponibilidad para misiones completas en variantes B y C. La flota general sufre un envejecimiento prematuro y requiere un soporte elevado.
Los costos operativos proyectados del F-35 superan los $2 billones a lo largo del ciclo de vida del programa. Este monto representa un incremento del 44 por ciento desde las estimaciones de 2018. El despliegue de más de 1700 unidades resulta insostenible sin comprometer otros presupuestos. Estos excesos incluyen contratos que sufrieron un deslizado, como el de diciembre de 2024 para 145 unidades adicionales por 11.8 mil millones. Se suman problemas con actualizaciones de componentes, como el radar, que retrasaron las entregas.
La Fuerza Aérea contrajo su estructura general. Ocurrieron reducciones en escuadrones codificados para combate, de 42 a 40. Un envejecimiento promedio de la flota de 28 años obliga a priorizar los retiros de cazas de cuarta generación como el F-16 para liberar fondos. El programa de modernización de la Fuerza Aérea debe equilibrar la inversión en futuras capacidades con la gestión de su flota actual.
A pesar de estos obstáculos, el F-35 mantiene relevancia como el caza de quinta generación más producido en Occidente. Cuenta con pedidos para más de 20 servicios globales y representa la mitad de la producción de cazas en el mundo occidental. La Armada y el Cuerpo de Marines de Estados Unidos también adquirieron variantes B y C, con 26 unidades en el presupuesto de 2025 para el Departamento de la Marina, aunque se aplicaron reducciones similares en sus tasas anuales.
Implicaciones estratégicas de la transición y la posición de aliados
Lockheed Martin propuso variantes mejoradas con capacidades de “generación 5+” que podrían servir como un puente si el F-47 enfrenta demoras. Sin embargo, los costos proyectados y las limitaciones inherentes frente a los diseños de sexta generación reducen la probabilidad de una producción a gran escala de estas variantes. La adjudicación del programa NGAD a Boeing, en lugar de a Lockheed, generó escrutinio en Wall Street y confirmó un cambio en la dinámica industrial, con implicaciones directas para la cadena de suministro del F-35.
La Ley de Responsabilidad Fiscal de 2023 impuso reestructuraciones que preservaron las capacidades a corto plazo, pero aumentaron los riesgos en la modernización. Esto afectó directamente al programa F-35. Analistas del Mitchell Institute recomendaron adquisiciones anuales de 60 a 80 F-35A para cerrar brechas de capacidad, pero el presupuesto actual se mantiene por debajo del mínimo necesario de 72 unidades para el rejuvenecimiento de la flota.
El contexto geopolítico, con China como amenaza principal, exige un equilibrio entre el sostenimiento inmediato y la inversión futura. El F-35 equipa a aliados clave en la OTAN y en regiones como el Medio Oriente, donde ayuda a contrarrestar las influencias de Irán. La superioridad aérea occidental depende de transiciones eficientes. Los recortes en el F-35 podrían exponer vulnerabilidades si el F-47 no entra en servicio a tiempo.
La Fuerza Aérea planea madurar las tecnologías para el programa NGAD mientras decide sobre las adquisiciones adicionales del F-35. Sin un acuerdo que impida el acceso iraní a armas nucleares, la superioridad aérea occidental es crítica. La trayectoria actual confirma que profundos ajustes en el programa F-35 resultan inevitables para alinear los recursos disponibles con las prioridades estratégicas nacionales.