La investigación concluyó que agua en el fluido hidráulico se congeló y causó fallos en el tren de aterrizaje durante un vuelo en Alaska en enero de 2025.
Conclusiones de la investigación sobre el accidente del F-35A en Eielson
La Junta de Investigación de Accidentes determinó que la causa principal del accidente del F-35A el 28 de enero de 2025 radicó en la contaminación del fluido hidráulico con agua. Esta contaminación provocó que el fluido se congelara en temperaturas extremas de Alaska. El avión, con número de cola 19-5535, pertenecía al Escuadrón de Caza 355 de la Ala de Caza 354. El piloto eyectó durante un vuelo de entrenamiento rutinario. El informe, firmado el 9 de julio de 2025 por el coronel Michael Lewis, identificó fallos en los procedimientos de mantenimiento.
El agua en el fluido hidráulico se originó probablemente en un barril utilizado durante un despliegue en la Base Aérea de Kadena, Okinawa, en 2023. Este barril contenía aproximadamente un tercio de agua. La contaminación no se detectó por lapsos en los procedimientos de mantenimiento y registro de materiales peligrosos. Factores contribuyentes incluyeron decisiones tomadas durante una conferencia telefónica de 50 minutos con el supervisor de vuelo, ingenieros de la Fuerza Aérea e ingenieros de Lockheed Martin. Los participantes no consultaron un circular de mantenimiento de abril de 2024 sobre problemas en sensores en clima frío.
El accidente se saldó con la destrucción total del avión, valorado en $196,5 millones, al impactar contra el suelo y estallar en llamas. El piloto sufrió lesiones menores, como una fractura por compresión en la columna media y abrasiones en el cuello y la cara. No se registraron víctimas adicionales ni daños colaterales en la base. Los respondedores de emergencia llegaron al sitio en un minuto y extinguieron el fuego rápidamente. La temperatura ambiental fue de 1,4 grados Fahrenheit, o -17 grados Celsius.
Durante el despegue a las 11:22 a.m. hora local, el tren de aterrizaje nasal no se retrajo correctamente. El fluido hidráulico contaminado se congeló e inclinó la rueda nasal entre 17 y 25 grados hacia la izquierda. El piloto recibió una advertencia de sobrepaso de velocidad en tren a 275 nudos. Inició un patrón de espera. Decidieron intentar dos aterrizajes de toque y despegue para recentrar la rueda. En el primer intento, el tren de aterrizaje principal derecho no se extendió por completo debido al hielo en los puntales.
Datos clave sobre el incidente y sus causas inmediatas
- Accidente ocurrió el 28 de enero de 2025 en Base Aérea de Eielson, Alaska, durante vuelo de entrenamiento.
- Piloto eyectó a las 12:49 p.m. después de oscilaciones no comandadas en guiñada y cabeceo.
- Fluido hidráulico contaminado con agua de barril de 2023 en Okinawa causó congelación en puntales.
- Sensores de peso sobre ruedas indicaron falsamente que el avión estaba en tierra mientras volaba.
Detalles del vuelo y decisiones durante la emergencia en el F-35A
En el segundo intento de toque y despegue, la rueda nasal se alineó parcialmente a unos 6 grados. El hielo en los puntales principales izquierdo y derecho impidió la extensión total. Los sensores de peso sobre ruedas, engañados por esta condición, activaron el modo de control de vuelo en suelo. Esta transición provocó oscilaciones en guiñada y cabeceo. El avión alcanzó un cabeceo de 30-40 grados hacia arriba y un rolido de 38 grados a la izquierda a 372 pies sobre el suelo y 222 nudos.
El piloto, con más de 2.700 horas de vuelo totales y 555 horas en el F-35A, eyectó con éxito. El avión subió a 3.205 pies sobre el nivel del mar, o 2.665 pies sobre el suelo, antes de entrar en pérdida y estrellarse con un rolido de 116 grados a la derecha. El piloto recibió una calificación de loable en liderazgo de vuelo y desempeño como instructor por su habilidad y conocimiento. No se incluyeron recomendaciones explícitas en el informe.
Los sensores de peso sobre ruedas en el tren de aterrizaje principal presentan un historial de fallos por daños internos. Estos fallos se vuelven más frecuentes en operaciones de frío extremo. El avión se prepara en un hangar climatizado y se expone al ambiente exterior 20-40 minutos antes del despegue. Las operaciones en tierra extendidas en temperaturas extremas contribuyeron al problema. El mantenimiento utilizó menos fluido del requerido debido a limitaciones de equipo, como un carrito manual en lugar de uno de servicio de nitrógeno.
Las líneas no se enjuagaron adecuadamente. La gestión de materiales peligrosos sufrió por insuficiente personal y cambios frecuentes en la supervisión. Un incidente similar ocurrió el 6 de febrero de 2025, cuando otro F-35A experimentó un mal funcionamiento en el tren de aterrizaje nasal después del despegue. El piloto voló durante 40 minutos con el tren bajado y aterrizó sin incidentes. Las pruebas en tierra confirmaron contaminación por fluido hidráulico congelado, atribuida a agua preexistente.
Factores contribuyentes en mantenimiento y operaciones del F-35A
Los fallos en los interruptores mecánicos de los sensores se manifestaron como códigos de reporte de salud accionables que no se abordaron por completo. El informe concluyó que la adherencia estricta a procedimientos establecidos y la referencia a circulares de mantenimiento existentes mitigaron el riesgo. Esta lección se aplica a toda la flota de F-35A, que opera en diversas condiciones ambientales globales. Los hallazgos afectan operaciones futuras en climas similares, como en Canadá y Finlandia.
La destrucción del avión representó una pérdida financiera sustancial para la Fuerza Aérea. El accidente resaltó vulnerabilidades en el mantenimiento que requieren corrección inmediata para prevenir recurrencias. La investigación destacó que el agua en el puntal del tren de aterrizaje nasal se congeló primero e inició los eventos en cascada. La respuesta rápida de los equipos de emergencia evitó daños adicionales y aseguró la seguridad del personal en tierra.
El accidente subraya la importancia de la integridad en la cadena de suministro de fluidos hidráulicos. La capacitación continua en manejo de emergencias en vuelo resulta esencial. Los participantes en la llamada no consultaron el circular de mantenimiento de Lockheed Martin de abril de 2024, que advertía sobre problemas con los sensores de peso sobre ruedas en clima frío. Esta omisión influyó en la decisión de realizar un segundo toque y despegue en lugar de un aterrizaje completo o una eyección controlada.
La contaminación se originó en un barril hidráulico con agua que no se detectó. El escuadrón desplegó en Kadena en 2023 y utilizó ese barril. Los procedimientos de mantenimiento no incluyeron verificaciones adecuadas. El informe identificó incumplimiento en el servicio hidráulico. La supervisión en el programa de materiales peligrosos presentó deficiencias. Estos elementos contribuyeron al mal funcionamiento de los sensores y al accidente subsiguiente.