EL KHIAM, Líbano — El enviado estadounidense Tom Barrack interrumpió el miércoles su visita al sur del Líbano en medio de protestas contra la presión de Washington para desarmar a Hezbolá, informaron medios estatales libaneses. La Agencia Nacional de Noticias (NNA) detalló que Barrack llegó en helicóptero a un cuartel del ejército en Marjayoun, cerca de la frontera, donde se desplegaron soldados en la zona.
Posteriormente, la agencia indicó que el diplomático canceló las paradas programadas en Khiam, atacada por Israel durante enfrentamientos pasados con Hezbolá, y en la ciudad costera de Tiro. La embajada de Estados Unidos evitó comentar sobre la agenda de sus funcionarios y señaló que las medidas se adoptan por motivos de seguridad.
Un corresponsal de AFP informó que residentes en Khiam protestaron contra Barrack, algunos con banderas de Hezbolá y fotografías de dirigentes del grupo muertos en combate. Manifestantes se situaron sobre una Estrella de David dibujada en el pavimento, junto a inscripciones que decían en árabe “América es el gran Satanás” y en inglés “Barak es un animal”, en referencia a declaraciones recientes del enviado en Beirut.
En una conferencia de prensa celebrada el martes, Barrack pidió a los periodistas actuar con civilidad y agregó: “En cuanto esto se vuelva caótico, casi animal, nos vamos”. Sus palabras generaron indignación en sectores políticos libaneses y motivaron una disculpa oficial de la oficina del presidente Joseph Aoun.
Bilal Kashmar, funcionario de la unión de municipios del sur, señaló que decenas de personas se concentraron en Tiro para rechazar la posible llegada de Barrack y las “políticas sesgadas” de Washington. La manifestación se realizó en paralelo al anuncio del ejército libanés sobre un plan para abordar el desarme de Hezbolá Barrack declaró que el plan debía presentarse antes del 31 de agosto y aclaró que no contemplaría de inmediato una acción militar, sino medidas de persuasión.
Hezbolá, respaldado por Irán y con amplio apoyo en el sur del país, sufrió un debilitamiento tras más de un año de enfrentamientos, incluidos dos meses de guerra abierta con Israel que concluyeron con un alto el fuego en noviembre. El grupo sostiene que Israel debe completar su retirada del territorio libanés y detener los ataques para considerar un debate sobre el desarme.
El líder de Hezbolá, Naim Qassem, advirtió la semana pasada al gobierno libanés que no adoptara medidas contra la organización, para asegurar que “no habría vida” en el país si lo hiciera. Por su parte, la oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu declaró el lunes que Israel está “listo para apoyar” los esfuerzos del Líbano y reducirá gradualmente su presencia militar como “medida recíproca”.