Tras un comunicado en el que Hamás aseguró estar dispuesto a negociar un acuerdo integral para finalizar la guerra en Gaza, la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu calificó la iniciativa como “otra maniobra de Hamás, que no aporta nada nuevo”.
La posición israelí establece que la guerra puede concluir de inmediato únicamente si se cumplen cinco requisitos: la liberación de todos los rehenes, el desarme de Hamás, la desmilitarización completa de la Franja, la supervisión de seguridad israelí en el territorio y “el establecimiento de una administración civil alternativa que no adoctrine para el terrorismo, no envíe terroristas y no amenace a Israel”. La oficina de Netanyahu sostuvo que “solo estas condiciones impedirán que Hamás se rearme y repita una y otra vez la masacre del 7 de octubre, como ha prometido abiertamente hacer”.
El ministro de Defensa, Israel Katz, subrayó que Hamás debe elegir entre aceptar estas exigencias o enfrentar la destrucción de Gaza. Advirtió que la ciudad “se convertirá en otra Rafah y Beit Janún” si el grupo no cede, al tiempo que lo acusó de “seguir engañando y pronunciando palabras vacías”.
Las declaraciones de Katz siguieron a un mensaje en el que Hamás planteó su disposición a liberar a todos los rehenes a cambio del fin de la guerra y la retirada completa de las fuerzas israelíes. Sin embargo, Israel mantiene sus planes para una ofensiva ampliada en la ciudad de Gaza, mientras el presidente estadounidense Donald Trump ha insistido en la liberación inmediata de los cautivos que aún permanecen con vida.
Hamás, en su comunicado, afirmó aceptar un “acuerdo global en el que todos los prisioneros enemigos retenidos por la resistencia serán liberados a cambio de un número acordado de terroristas palestinos presos retenidos por la ocupación”. El grupo precisó que dicho pacto “pondrá fin a la guerra en la Franja de Gaza, dará lugar a la retirada de todas las fuerzas de ocupación de toda la Franja de Gaza, abrirá los pasos fronterizos para permitir la entrada de todos los productos de primera necesidad en la Franja de Gaza y dará inicio al proceso de reconstrucción”.
Además, aseguró estar dispuesto a crear “una administración nacional independiente de tecnócratas” que asuma la gestión del enclave. Israel, no obstante, ha reiterado que solo considerará un acuerdo en caso de que Hamás entregue sus armas y se rinda por completo.