La policía argentina recuperó una pintura del siglo XVIII que los nazis robaron a un coleccionista judío holandés. Este suceso ocurrió más de una semana después de que la obra apareciera en un anuncio de venta de una propiedad. Investigadores anunciaron el hecho el miércoles. Los fiscales explicaron que el retrato, obra del pintor barroco italiano Giuseppe Ghislandi, regresó gracias al abogado de la dueña actual.
Los expertos confirmaron que la pintura, titulada “Retrato de una dama”, se encontraba en buen estado pese a su antigüedad de 1710. Ariel Bassano, especialista en arte que participó en el caso, compartió esta evaluación con los periodistas. El periódico local La Capital de mar del Plata citó su valoración en unos 50.000 dólares. Esta estimación resalta el valor histórico y artístico de la pieza.
El diario holandés AD identificó la obra la semana pasada en fotografías de una casa en venta ubicada en el balneario de mar del Plata. La imagen mostraba el retrato de una mujer noble sobre un sofá verde en la sala de estar. Esta propiedad pertenecía a Patricia Kadgien, hija de Friedrich Kadgien, quien fungió como gurú financiero de las SS y escapó a Argentina tras la guerra.
La pintura formaba parte de más de 1.000 obras que los nazis saquearon al marchante de arte Jacques Goudstikker en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial. Este robo sistemático afectó a numerosas colecciones judías en Europa. El hallazgo en Argentina conecta directamente con ese legado de expolio. Por lo tanto, el descubrimiento revivió memorias dolorosas de aquel período histórico.
El hallazgo provocó una oleada de entusiasmo en ambos lados del Atlántico. Sin embargo, la pintura desapareció poco después de su identificación. Cuando la policía argentina intentó registrar la propiedad, no localizó la obra en ningún sitio. Esta evasión inicial complicó las investigaciones y generó incertidumbre sobre el paradero del retrato barroco.
Kadgien y su esposo quedaron bajo arresto domiciliario el martes tras varias búsquedas policiales infructuosas. Estas acciones intensificaron la presión sobre los involucrados. Finalmente, la devolución voluntaria a través del abogado permitió que la pintura regresara a las autoridades. Este desenlace cierra un capítulo en la recuperación de arte saqueado durante la guerra.