El gobierno estadounidense bajo la presidencia de Donald Trump expresa una profunda inquietud ante la decisión del fondo soberano noruego, valorado en dos billones de dólares, de retirar sus inversiones en Caterpillar, una empresa dedicada a la fabricación de equipos de construcción.
Esta medida genera tensiones diplomáticas, por lo que Washington mantiene conversaciones directas con las autoridades noruegas para abordar la guerra. El portavoz del Departamento de Estado califica la acción como fundamentada en acusaciones infundadas contra la compañía y el gobierno israelí.
Este fondo, el mayor a nivel global y administrado por el banco central de Noruega, anunció la semana pasada su desvinculación de Caterpillar por consideraciones éticas. La evaluación se centra en el empleo de los productos de la empresa por parte de las fuerzas israelíes en Gaza, así como en Judea y Samaria, regiones bajo control israelí. Tales usos, según el fondo, contravienen principios internacionales establecidos.
El comité ético del fondo determinó que las excavadoras y otros equipos de Caterpillar facilitan violaciones graves y sistemáticas del derecho humanitario internacional. Esta conclusión surge de un análisis exhaustivo que revela patrones repetidos de conducta inapropiada por parte de las autoridades involucradas.
Caterpillar no adoptó ninguna iniciativa para impedir tales aplicaciones de sus productos, lo que agravó la postura del fondo. La compañía mantuvo silencio frente a las consultas sobre esta desinversión. Esta inacción resalta una brecha en las políticas corporativas que podría haber evitado el retiro de fondos significativos.
El Departamento de Estado estadounidense rechaza las premisas de la decisión noruega, ya que las percibe como reclamos injustificados. Por consiguiente, las autoridades de Washington priorizan el diálogo bilateral para resolver las discrepancias.
Además de las gestiones oficiales, el senador republicano Lindsey Graham, un aliado cercano de Trump, propone medidas retaliatorias. Entre ellas figuran la imposición de aranceles comerciales y la revocación de visas para funcionarios noruegos.