El presidente de la Universidad Northwestern, Michael Schill, anunció que renunciará, con lo que pondrá fin a un mandato de tres años marcado por la congelación de cientos de millones de dólares en fondos federales por parte de la administración Trump y por las fuertes críticas de los republicanos de la Cámara de Representantes sobre la respuesta de la universidad a las protestas antiisraelíes y antisemitas en el campus.
En un comunicado en el que informó su renuncia, Schill reconoció esos desafíos de manera directa. “Es fundamental que sigamos protegiendo la misión de investigación y la excelencia de la universidad, al mismo tiempo que preservamos la libertad, la integridad y la independencia académicas”, afirmó.
Northwestern se convirtió en un objetivo destacado de la campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para reformar las universidades de élite, a las que ridiculizó como semilleros de liberalismo y antisemitismo. En abril, la administración congeló $790 millones en fondos federales destinados a la escuela en Evanston, Illinois, que forma parte de decenas de universidades investigadas por no haber hecho lo suficiente para proteger a los estudiantes judíos durante las protestas en el campus.
Durante la ola de protestas propalestinas y antiisraelíes en la primavera de 2024, Northwestern generó la indignación de los conservadores por un acuerdo alcanzado con los manifestantes para desmontar su campamento. A cambio, Northwestern se comprometió a restablecer un comité asesor sobre inversiones universitarias en Israel y a cumplir otros compromisos.
Schill defendió el acuerdo durante una comparecencia en mayo de 2024 ante un comité de la Cámara de Representantes que investiga el antisemitismo en el campus.
“Tuvimos que desmontar el campamento”, declaró Schill. “La solución policial no iba a estar disponible para garantizar la seguridad de las personas, y además puede que no fuera la opción más adecuada, como hemos visto en otros campus del país”.
Los partidarios de Israel y funcionarios de la administración calificaron las protestas en Northwestern y en otras universidades como antisemitas y “pro-Hamás”. Sin embargo, quienes participaron en las manifestaciones rechazaron esa caracterización y afirmaron que defender los derechos palestinos o un Estado palestino, o criticar la acción militar israelí, no constituye antisemitismo.
Schill continuará como presidente hasta que se designe un líder interino, indicó Northwestern. También colaborará con la Junta de Fideicomisarios en los esfuerzos para recuperar los fondos federales congelados de la universidad, señaló la institución.