La Asociación Internacional de Estudiosos del Genocidio, criticada después de acusar a Israel de genocidio a principios de esta semana, rechazó las críticas a su resolución contra Israel y afirmó que bloqueó la adhesión de nuevos miembros.
La resolución del lunes recibió amplia cobertura mediática que presentó al grupo como un prestigioso cuerpo de expertos, pero activistas proisraelíes descubrieron después que cualquiera podía unirse a la asociación por solo 30 dólares. Algunos activistas se unieron a la asociación y otros lo hicieron con nombres falsos a modo de burla.
Los críticos afirmaron que la política de membresía abierta debilitaba la posición de la asociación como entidad de expertos.
Otras críticas se centraron en el contenido de la resolución, que citaba cifras de víctimas del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, sin diferenciar entre civiles y combatientes; mencionaba grupos internacionales que reinterpretaron la definición legal de genocidio para acusar a Israel; incluía a un investigador de la ONU con antecedentes de antisemitismo; e interpretaba de manera incorrecta un fallo de la Corte Internacional de Justicia.
La asociación no incorporó ninguna investigación original en su resolución.
Los miembros de la asociación también denunciaron lo que consideraron una falta de transparencia en la aprobación de la resolución sobre el genocidio. La asociación no sostuvo discusiones sobre el documento, no permitió un espacio para publicar opiniones disidentes internas tras las solicitudes de los miembros y no identificó a los redactores de la resolución.
La respuesta, enviada hoy a los miembros y compartida con nosotros, destacó el “amplio interés” y la cobertura mediática “positiva” que generó la resolución, y reiteró que la declaración se publicó conforme a los estatutos y prácticas habituales del grupo.
La declaración censuró la “campaña para saturar con mensajes a nuestros miembros” mediante nombres falsos “como ‘Adolf Hitler’ o direcciones de correo electrónico como fuckiags@retards”. En respuesta, la asociación bloqueó temporalmente la adhesión de nuevos miembros.
La junta ejecutiva también deshabilitó el directorio público de miembros de la asociación para proteger a los integrantes, según el comunicado, y agregó que la junta fue objeto de acoso a través de correos electrónicos y redes sociales.
El grupo defendió su política de puertas abiertas y afirmó que la asociación está “diseñada para estar abierta a todos los comprometidos con el trabajo en temas relacionados con el genocidio”, incluidos “artistas, defensores, académicos independientes, académicos del Sur Global, comunidades marginadas y sobrevivientes”.
“El objetivo es incluir las voces de quienes no poseen doctorados, afiliación institucional oficial o medios financieros para acceder a la ‘educación convencional’ que a menudo privilegia las formas de experiencia del Norte Global. Se busca evitar cualquier privilegio académico elitista”, señaló el comunicado.
La declaración no abordó las críticas de fondo a la resolución ni la falta de transparencia en torno a su aprobación.