El ejército libanés desarmará completamente a Hezbolá cerca de la frontera con Israel en un plazo de tres meses, declaró el martes el ministro de Relaciones Exteriores en Beirut, mientras el gobierno busca restablecer el control en las zonas del país que durante años estuvieron bajo dominio del grupo terrorista respaldado por Irán.
El jefe militar libanés, Rodolphe Haykal, presentó al gobierno la semana pasada un plan de cinco etapas para implementar una política destinada a consolidar al Estado libanés como el único portador legítimo de armas, informó el ministro de Relaciones Exteriores, Youssef Raggi.
La primera fase está prevista para completarse en un plazo de tres meses, al término del cual se retirarán las armas del sur del río Litani, en noviembre, señaló.
Israel ha exigido durante años que se prohíba la actividad armada de Hezbolá al sur del Litani, situado a unos 25 kilómetros de la frontera israelí en muchos tramos.
Los llamados al desarme de Hezbolá han cobrado relevancia en el Líbano desde que el grupo sufrió grandes pérdidas en un conflicto de un año con Israel. El resultado de esa guerra, concluida en noviembre pasado, alteró un equilibrio de poder que por largo tiempo estuvo en manos del grupo.
Desde entonces, Hezbolá enfrenta una presión creciente a nivel nacional e internacional para entregar su arsenal restante, incluso por parte del presidente libanés Joseph Aoun, quien bajo presión de Estados Unidos ha instado al desarme del grupo.
La semana pasada, el ministro de Información, Paul Morcos, anunció que el ejército comenzará a aplicar el plan aprobado para el desarme de Hezbolá, aunque moderó las expectativas al señalar que las capacidades de Beirut son limitadas en logística, materiales y recursos humanos.
En la reunión gubernamental donde se aprobó el plan, varios funcionarios de Hezbolá y de otras facciones chiítas se retiraron en señal de protesta. El grupo acusó al gobierno de ceder a la presión de Estados Unidos e Israel y declaró que consideraría la decisión como inexistente.
Morcos afirmó también que Israel no ha cumplido con su parte del acuerdo de alto el fuego mediado por Estados Unidos. “Israel, al igual que el Líbano, tiene obligaciones claras. Sin embargo, sus violaciones constantes demuestran su incumplimiento de esas obligaciones y representan una grave amenaza para la seguridad y la estabilidad regional”, indicó.
El alto el fuego establecía la retirada de Hezbolá e Israel del sur del Líbano, pero Israel mantiene tropas en varias zonas que considera estratégicas. Además, continúa con ataques en distintas partes del país en respuesta a lo que califica como violaciones del acuerdo.
Israel ha declarado que sus ataques buscan impedir el rearme de Hezbolá y proteger a los residentes de su frontera norte, y que retirará sus fuerzas de los puntos que aún ocupa en el Líbano cuando Hezbolá deponga las armas. El grupo, sin embargo, ha rechazado cualquier intento de desmantelar su arsenal.
Desde la entrada en vigor del alto el fuego, el ejército libanés ha confiscado regularmente alijos de armas y municiones en la zona sur del río Litani, de donde Hezbolá se ha retirado en gran medida. No obstante, los misiles y drones más pesados del grupo permanecen ocultos.
La guerra entre Israel y Hezbolá estalló cuando el grupo respaldado por Irán lanzó cohetes contra el norte de Israel en apoyo a Hamás, después de la masacre del 7 de octubre en el sur de Israel, en la que murieron unas 1.200 personas y 251 fueron tomadas como rehenes en Gaza.
la guerra derivó en una guerra abierta entre Israel y Hezbolá en septiembre de 2024, que concluyó con un alto el fuego a finales de noviembre de ese año.