El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, declaró que España no dispone de armas nucleares ni de otras capacidades militares decisivas para intervenir en la guerra de Gaza. Expresó esta posición durante el anuncio de sanciones contra Israel efectuado el lunes, cuando explicó que las medidas buscan frenar las operaciones israelíes, procesar a los responsables y respaldar a la población palestina.
Ese mismo día, Sánchez comunicó un embargo de armas y una prohibición parcial de importaciones a Israel. El Gobierno español precisó que estas restricciones pretenden consolidar en ley la suspensión de compraventa de material militar con Israel vigente desde el inicio de la guerra.
Los medios españoles difundieron extractos adicionales de la comparecencia de Sánchez que reflejan un tono más severo. En esas declaraciones afirmó: “España, como saben, no tiene armas nucleares, ni portaaviones, ni grandes reservas de petróleo”. Añadió: “No podemos detener por nosotros mismos la ofensiva israelí”.
Spain's Prime Minister Pedro Sánchez:
— Clash Report (@clashreport) September 11, 2025
Spain does not have nuclear bombs, aircraft carriers or large oil reserves.
We alone cannot stop the Israeli offensive. But that doesn't mean we are going to stop trying.
Because there are causes that are worth fighting for, even if… pic.twitter.com/sVZaCPie9m
Sánchez sostuvo también que continuará las gestiones diplomáticas a pesar de la falta de medios militares para detener la guerra. Aseguró: “Hay causas que merecen ser defendidas, incluso cuando ganarlas no dependa solo de nosotros”. Estas expresiones intensificaron el debate político en España.
El líder del partido Vox, Santiago Abascal, acusó al presidente del Gobierno de querer disponer de armas nucleares “no para defender España, sino para defender a Hamás”. Un portavoz del Partido Popular cuestionó: “¿Una bomba nuclear sobre Tel Aviv? ¿Eso es lo que pretende?”.
Sánchez se ha convertido en el dirigente europeo de mayor rango en calificar de “genocidio” los combates en Gaza. Su gobierno se distanció de varios socios europeos al reconocer al Estado palestino en 2023, lo que generó tensiones con Israel y precedió anuncios similares de otros países como Francia y el Reino Unido.
Las medidas adoptadas por España recibieron la condena del ministro israelí de Asuntos Exteriores, Gideon Sa’ar, quien acusó al Ejecutivo español de promover políticas antisemitas. Según Sa’ar, “el Gobierno de España encabeza una línea hostil y antiisraelí” y utiliza su postura para “desviar la atención de graves escándalos de corrupción”.
El Ministerio español de Asuntos Exteriores respondió con la retirada temporal de su embajadora en Tel Aviv. Un día después, Madrid prohibió la entrada en España del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ambos pertenecientes a la ultraderecha israelí.
Este intercambio tensó aún más las relaciones bilaterales. Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, en el que murieron unas 1.200 personas, la mayoría civiles, el Ejecutivo español ha incrementado sus críticas a Israel por la guerra en Gaza.
El Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, afirma que más de 64.000 personas han muerto o se presume que han muerto en la Franja durante los combates. Esa cifra no ha podido verificarse de forma independiente ni distingue entre civiles y combatientes.