El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mostrado interés en recibir el Premio Nobel de la Paz el próximo mes. Sin embargo, el Comité Noruego del Nobel afirmó a la agencia AFP que mantiene total independencia en sus decisiones y que no acepta influencias externas. La institución destacó que la atención mediática sobre algunos candidatos no interfiere en las deliberaciones internas.
Desde su retorno a la Casa Blanca en enero, Trump expresó públicamente su deseo de obtener el galardón, otorgado en 2009 a su antecesor demócrata, Barack Obama, poco después de asumir el cargo. El mandatario de 79 años aseguró en diversas intervenciones que “lo merece” y sostuvo que logró poner fin a seis guerras, aunque los conflictos en Ucrania y en Gaza entre Israel y Hamás permanecen activos.
Kristian Berg Harpviken, secretario del comité, explicó en Oslo que las nominaciones se evalúan de forma individual. “El comité considera cada candidato por sus méritos”, declaró. Añadió que ser nominado no representa un logro significativo, dado que la lista de personas autorizadas para presentar propuestas es extensa. El nombre del ganador de este año se dará a conocer el 10 de octubre.
Trump defendió su aspiración al señalar que varios líderes extranjeros, como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, lo nominaron o respaldaron su nominación. No obstante, las propuestas para la edición de este año debieron entregarse antes del 31 de enero, apenas once días después de su regreso a la presidencia.
En julio, Netanyahu entregó personalmente a Trump una carta enviada al Comité Noruego en la que confirmaba su nominación. Ante ello, Harpviken puntualizó: “Ser nominado no es necesariamente un gran logro. El gran logro es convertirse en laureado”.